¡¡¡ Esquí extremo !!!
No es que dudemos de la capacidad de Caperucita pero esto ya son palabras mayores, más apropiadas para un report del Tron.
Bueno, vamos a ver cómo acaba la cosa.
Todo empezó el sábado pasado, el 3 de mayo.
Ese día el Malvado Lobo pasaba el rato ojeando los periódicos locales en la zona VIP montada en la llegada de la pista de esquí de hierba donde estaba previsto organizar una carrera (sí, sí, no es broma; cuando se acerca el final de la temporada de alpino, para el Lobo ya empieza la pre temporada de esquí de hierba), cuando una noticia atrajo su mirada.
En la primera página de todos los periódicos, en letras capitales, habían estampado esta frase de Toni Valeruz:
"Los jóvenes de hoy en día, como Caperucita, son unos cagones, no pueden afrontar un descenso de esquí extremo".
Ignorando el hecho de que meter a Caperucita en la categoría de joven es ya una metedura de pata
,
la pregunta que surge espontáneamente es: Caperucita es famosa por sus logros, pero ¿quién es Toni Valeruz?
Después de una laboriosa pesquisa arrojamos algo de luz sobre este desconocido;
bah, nada, unas bajaditas del Cervino, Gran Vernel, Tofana di mezzo, Civetta...... Naah, nombres que dicen poco, serán colinas.
Leyendo los artículos se deja ver que los periodistas, para acaparar lectores, se ponen a escribir titulares sensacionalistas, pero que al final la hazaña no tiene ni chicha ni limoná;
se trata nada más que de bajar esquiando la cara norte del Monte Camicia el cual pertenece a la cadena montañosa del Gran Sasso, Italia centro, cosa nunca realizada hasta ahora.
Al Lobo esto le parece más bien una gimkana para niños de colonia de verano
, pero ya que este tipo, el Toni, ha lanzado un desafío, Caperucita tendrá que aceptar pese a estar bastante ocupada en este período
.
Para cualquier empresa, aún la más pequeña, hace falta pasta...
Esta vez el Lobo busca financiación entre los patrocinadores actuales de Caperucita.
Después de una extenuante negociación se alcanza un acuerdo económico con: MASELLA 2015 - XI KDD Nevasport .
El Toni es un boca chancla, pero se las apaña para sacarle a sus patrocinadores un helicóptero que le permita llegar al punto de partida, mientras que el sponsor de Caperucita es de corto alcance y la pobre se ve obligada a coger el primer telecabina que le pilla...
¡Que por cierto es recientísimo!
Vista la poca antelación con la que ha avisado de su partida, no han ido ni los cuatro gatos de turno a saludarla.
Bueno sí, se ha presentado uno
Le habían dicho también que por estos lares hay mucho mangui así que le puso a su vehículo el último modelo antirrobo.
Puñeta.... dan ganas de cascar la ventanilla nada más que para llevarse el cepo.
El veloz ascenso deja a Caperucita poco tiempo para pensar (o para temblar pensando) en el alojamiento base elegido por el Lobo.
La verdad es que mucho donde escoger, en estas laderas ignotas el único sitio donde se puede pernoctar es en el Hotel Campo Imperatore, 4****
A Caperucita empieza a caérsele la baba
...... Hacía mucho que esperaba poder alojarse en una estructura a la altura de su estatus, y esto era un hotel de 4 estrellas no ya a pie de pista, ¡¡sino en medio de la misma!!
Desde la llegada del funicular hasta el hotel hay que recorrer una serie de pasillos subterráneos; en las paredes hay carteles con los rostros de famosas personalidades. Podría compararse con el pasillo de los famosos de Ischgl.
Delante de la imagen de "The Body", su ídolo, Caperucita se queda perpleja; en su interior se pregunta: Qué foto más cutre, ¡si lo hace pepón!
Lo que pasa es que no se entera de que la foto tiene más años que la polca. Anda que no hace que cambió de marca de esquís.
Ni siquiera presta atención a la placa conmemorativa expuesta en el atrio del hotel donde se recuerda que allí estuvo prisionero Mussolini antes de ser liberado por los alemanes.
Para los interesados en la historia basta buscar en youtube: Mussolini Campo Imperatore .
Caperucita después de haber dejado el equipaje en la habitación decide ir a relajarse en el spa.
El estado de abandono le hace pensar que quizá esté así desde los tiempos de la segunda guerra mundial.
Claramente el tratamiento reservado al Lobo es totalmente diferente: Piscina, gimnasio y sauna, todo para su uso exclusivo.
El chef de origen napolitano al servicio del Lobo prepara una cena sobria y al mismo tiempo inolvidable, tagliatelle ai funghi porcini (óptimos, no como los agusanados de Salva
) y unas porciones de pizza margherita que Caperucita definirá como la mejor que ha probado hasta la fecha.
¡A dormir, que mañana toca desafío!
La noche transcurre tranquila para el Lobo, acostumbrado a vivir a la intemperie, las ráfagas de viento a 80 km/h no lo disturban. En las primera luces del amanecer desde su ventana puede ver parte de la estación....
...y del valle donde se ubica la capital de la provincia del Abruzzo: L'Aquila.
El hotel con su cuatro plantas había sido reservado en su totalidad para el evento, por eso tenía un cierto aire misterioso un molesto rumor que provenía del salón de ceremonias... ¿Será algún fantasma?
Misterio desvelado, era Caperucita que de manera autodidacta se estaba familiarizando con los primeros rudimentos del piano.
El observatorio astronómico situado enfrente del hotel estaba cerrado al público, los objetivos de los telescopios apuntaban esta vez, más que al cielo, a la cima de Monte Camicia. Aquí no hay transmisión directa en streaming, dada la peligrosidad de la empresa es preferible no turbar los inocentes ojos de los jóvenes seguidores de Caperucita con imágenes cruentas....
El funicular en el que ha llegado Caperucita es el único medio de acceso a la estación durante el periodo invernal. Pero esta ha cerrado las puertas el 1 de mayo, con la nieve que había se habría podido abrir por lo menos hasta este fin de semana dando una imagen sin precedentes, al fin y al cabo se trataba de abrir sólo dos sillas.
Se ha hecho esperar, pero al final Caperucita hace su entrada triunfal.. ¡¡¡y que entrada!!!
Caperucita, ¿no te parece te parece ir demasiado lejos con el asunto?
Si ya de por si es arriesgado, ¡tú encima te lo quieres hacer con esquís de telemark!
El Lobo ocupado con las public relations del evento encarga a su asistente
el deber de acompañar a Caperucita hacia el punto de encuentro.
Un largo descenso hasta el valle, y una aún más difícil subida con un considerable desnivel esperan a Caperucita.
Hoy resplandece el sol, pero en los días precedentes además del fuerte viento se han dado precipitaciones de carácter nevoso que han modificado y hecho más difícil encontrar las vías de subida planeadas por el Lobo.
Ya se han verificado desprendimientos de placas de nieve, es necesario prestar mayor atención aún a la escalada de la vertiente....
De repente vuelve a la base el asistente del Lobo, ¡solo!
¿Le habrá pasado algo a Caperucita?
Falsa alarma
... ¡es que se había olvidado de hacer sus necesidades!
Después de pasado un rato se deja entrever la silueta de Caperucita volviendo al campamento base. En un breve resumen cuenta al Lobo que en la ascensión no se prevén problemas de importancia pero que la bajada presenta dificultades debidas a la costra del manto nivoso que hacen difícil la genuflexión....
El Lobo tiene solución para todo, esta vez ordena que sean pisadas todas las pistas, aunque sea para el uso personal de Caperucita.
Ahora ella ya no tiene excusas, puede ejecutar sin problemas sus ejercicios de calentamiento en espera del descenso extremo.
Todo está preparado, el show puede empezar, cuando de repente llega una noticia que ninguno se esperaba, ninguno excepto el Lobo que entre muchas otras cosas lee el futuro.
El Toni, llegado a la cima del Monte Camicia en helicóptero decide que no se dan las condiciones para bajar con seguridad y declara anulado y aplazado el desafío a la próxima temporada.
La toma desde lo alto de la cresta no deja lugar a dudas, las condiciones eran:
Llegados a este punto no hay nada que hacer para Caperucita, así que recoge los bártulos y baja al valle en la cabina... acompañada de su nutrido grupo de jóvenes y selectos admiradores.
O.T. La banal
versión de los hechos de Caperucita:
Los cuentos de Lobo no tienen ni pies ni cabeza, si yo sólo he ido a probar mi equipo de telemark... ¡Y me lo he pasado pipa!
¡¿Pero qué se te había perdido en el centro de Italia?! Que sepas que el hotel sigue igual, es un auténtico pedazo de historia.
