Día 4
Hoy sólo subimos JD y yo. Las chicas han preferido quedarse abajo y descansar tras 3 largos días de esquí, así que nos levantamos temprano y a las 9 en punto estamos en pistas.
Hemos quedado para comer en el apartamento a las 14:30 porque por la tarde iremos a conocer los alrededores de Saint-Lary, así que más nos vale aprovechar bien el tiempo.
Pronto queda claro que hoy no es día de fotos, hoy sólo es día de esquí.
Tras un par de bajadas de calentamiento por la zona de Pla D'Atet, la niebla se nos empieza a echar encima, por lo que decidimos ir a la zona de 2400, sólo que esta vez a través de Bouleaux + Forêt, aunque antes cambiar de zona bajamos por Tétras un par de veces. Es una buena pista azul, con variedad, ancha, y con poquísima gente. Algo comprensible teniendo en cuenta lo lento (lentísimo) que es el remonte.
Forêt es otro camino de enlace, en este caso roja y además estrecha, pero ya es nuestro 4º día, y con la progresión que hemos tenido no nos supone mucha dificultad.
Hoy nos dedicamos a conocer toda la zona de 2400 en profundidad. Subimos por las perchas Glacier y Arrouyes, que nos vienen de perlas para ir perfeccionando técnica. Las pistas son anchas y están bien pisadas, pero nuevamente se cumple una máxima: no puedes despirtarte; si pierdes un poco de velocidad, acabarás remando, especialmente al final de Marmotes y de Palombes.
Al rato decidimos probar lo único que nos falta: la zona de Espiaube. Mirabelle, Soumaye (desde arriba se tiene una vista preciosa), y Peyramede. Definitivamente esta es la zona de la estación que tiene más chicha.
¡Anda! Ya es hora de irse. ¿Porqué el tiempo pasa tan rápido cuando uno lo pasa bien?
Mirabelle 2 y Tortes están cerradas por riesgo de avalancha, así que tenemos que bajarnos sentados en la silla Mouscades. No importa, vamos disfrutando de las vistas y con una sonrisa en la cara: el día nuevamente ha sido magnífico.
Por hoy basta de esquí. Ahora toca disfrutar de los alrededores.
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Salimos pronto, sobre las 16 h. Aunque arriba las nubes se estaban cerrando, abajo el día no está nada mal.
A medida que nos vamos alejando de Saint-Lary, los pueblos son mas "auténticos", más "viejos". Se nota que Saint-Lary vive del turismo. Está en perfecto estado de conservación, lo que a veces también transmite un aire algo "artificial".
Nuestra primera parada....Arreau.
Es muy diferente a Saint-Lary. Transmite verdadera sensación de antiguedad, de decadencia....
....lo cual no impide sacar verdaderas instantáneas de cuento.
El verdadero héroe del viaje también se merece una foto. Nos ha llevado ya a través de más de 1300 km, y lo que le queda. Para ser un vejete de 10 años y 370.000 km, no está mal!
Dejamos Arreau y nos ponemos en camino rumbo al Valle del Louron.
Teniendo en cuenta donde estamos, uno siempre puede encontrarse la verdadera esencia de la vida en la montaña en cualquier momento....
Reanudada la marcha, parece que ya estamos llegando.......
Sin duda la visita ha merecido la pena.
Había leído que era bonito, pero hasta que no estás allí no te das cuenta de la verdadera presencia escénica que tiene todo el conjunto que forman las montañas, el valle y el lago........Como siempre, la cámara solo muestra parte de lo que uno siente en vivo.
Una buena despedida se hace imprescindible. Quien sabe, tal vez pasemos por allí camino de Peyragudes o Val-Louron otro año.
