Para los que sólo estén interesados en saber las condiciones en que se encontraba la estación, anticiparé mi impresión, pues luego me explayaré con la experiencia completa que supuso el “día gratis” de Formigal. Lo siento, pero ayer no hice ninguna foto.
Temperatura fresca (-2º en pistas) y un poco de viento al principio (sin ser excesivo), que a la tarde fue haciéndose más fuerte. La temperatura también se mantuvo fresca e incluso bajando a la tarde. Todo ello nos permitió disfrutar de buena nieve polvo. Suficiente en pistas, pero escasa para el fuera pista (salvo zonas concretas), si querías garantías de no llevarte algún recuerdo en la suela de los esquís. Sólo estaban abiertos los valles de Portalet, Anayet y Sarrios (en éste, el único telesquí abierto era el de Lanuza). A pesar de las nevadas recibidas, el viento, como siempre en esta estación, había vuelto a hacer de las suyas y las zonas de Sextas, Crestas y 3 Hombres estaban muy peladas. Me dio la impresión de que la pista Río sí tenía nieve (con cañones), pero el telesilla Sallent (de 8 plazas) ni siquiera tenía las sillas colocadas. Creo que con la nevada de hoy (sábado), ya podrán ampliar las pistas abiertas.
Tras unos minutos de avituallamiento y preparación del equipo, nos dirigimos hacia los telesillas. Nos damos cuenta de que las taquillas de Portalet están cerradas ¿?. Mis amigos quieren contratar el seguro de pistas, pero llegamos a la conclusión de que siendo un día de puertas abiertas Aramón quiere ahorrarse el personal de las taquillas y... ¿quizá no se podrá contratar? Yo tengo la tarjeta Aramón Roja, y entiendo que el seguro de hoy lo tengo incluido. En ese momento, no hay nadie para sacarnos de dudas.
Iniciamos el día subiéndonos al telesilla Batallero, pues el de Espelunciecha tiene el acceso cerrado, aunque está en funcionamiento. En el telesilla de Batallero, pasamos por un lateral de las vallas. Nos indica el operario que si no tenemos la tarjeta no se puede pasar por los tornos (¿no se suponía que se iban a dejar los tornos abiertos?). Bueno, pues como sea así todo el día (pienso), se va a montar un buen follón.
Primer descenso (casi en solitario) hacia Anayet por la pista azul La Glera. La nieve perfecta, bien pisada y en condiciones. Ya vemos que hoy no habrá muchas posibilidades de fuera pista (en esa zona se indicaban espesores de 40-60 cm), pero no está nada mal.
Llegamos al telesilla Anayet y, primera sorpresa. Sólo se puede acceder a través de los tornos, pero para ello hay que disponer de una tarjeta de Formigal. Nos dirigimos hacia las taquillas de Anayet (que sí están abiertas) y la cola era… ¡nunca había visto semejante fila!
Decidimos ir al telesilla Garmet para retornar a Portalet y ver si ya habían abierto las taquillas allí. Allí también nos “colamos”. Había muy poca gente, pero el operario nos advierte de que en las siguientes tendrá que ser por los tornos. Ok. Durante la subida, vemos que ambos parking de Anayet ya están casi al completo y nos damos cuenta de la enorme dimensión que está aquiriendo la cola en las taquillas.
Volvemos a Portalet y las taquillas siguen cerradas. En el acceso al telesilla Espelunciecha, una chica con uniforme de Aramón nos informa de que hay que adquirir una tarjeta (forfait), pero sólo se puede hacer en las taquillas de Anayet y que para ello está abierto el acceso al telesilla Batallero.
- ¿No se supone que iban a estar los tornos abiertos? – le pregunto. Al menos eso era lo que habían estado indicando en la página de Facebook. La chica se encogió de hombros.
En vista de las colas que había en Anayet, decidimos hacer unas cuantas subidas seguidas en Batallero para ver si se iban descongestionando las taquillas. Después de unas cuantas bajadas y observar que el parking de Portalet también comienza a completarse, nos damos cuenta de que es mejor ir cuanto antes a Anayet.
La situación, lejos de mejorar, presenta un panorama aún más terrorífico. Yo me aprovecho de tener la tarjeta Aramón Roja y decido subir al telesilla Anayet mientras mis colegas se ponían a la cola para comprar las tarjetas. Mientras subo, voy pensando en que me va a dar tiempo a hacer unas cuantas bajadas hasta que las consigan. Cuando llego arriba y observo el magnífico día que hace, me llaman y me dicen que ya suben en el telesilla.¡¿?!
¿Cómo lo han hecho? Un tío se había dedicado a comprar tarjetas de Aramón (a 3€) y luego las vendía por 10 € en la fila de las taquillas. Mis amigos le compraron las 2 últimas que le quedaban. Sin duda un acierto vista la longitud de la fila.
Bueno, sea como sea, continuamos disfrutando de verdad de un buen día de esquí. En el cielo ni una nube y la nieve perfecta. Sin duda nos gustaría haber disfrutado de un mayor espesor del manto blanco, pero teniendo en cuenta que aún estamos en Noviembre y con un forfait “gratis”, no nos podíamos quejar.
Durante un buen rato permanecimos en la zona de Sarrios, “aislados” de la que estaba preparando en el resto de la estación. Allí estábamos casi solos.
En la silla de Collado ya sufrimos el primer contratiempo del día. Casi 20 minutos parados en la silla. Finalmente arranca, pero a velocidad reducida (motor auxiliar) y conseguimos llegar arriba. Nos dice el operario de la parte superior que van a tener cerrado el remonte hasta nueva orden.
Decidimos volver hacia Portalet y cuando llegamos a la base de Anayet ya nos damos cuenta de que la cantidad de gente que ha acudido ya estaba haciéndose notar en las colas de los telesillas. Yo ya me esperaba algo así (donde no cuesta se llena la cesta), pero parecía que Aramón no. A pesar de la masificación, la capacidad de los remontes desembragables no alargaba en exceso la espera en las colas.
A través de un amigo que llegó más tarde que nosotros me enteré de que ya a media mañana, la Guardia Civil impedía subir por la carretera a partir del acceso a Sextas y obligaba a aparcar allí para, cogiendo un autobús de Formigal, llegar a Anayet. Por lo que supe, la frecuencia de ese autobús no era suficiente para tanta gente.
Desde las sillas de Portalet, se apreciaba el caos que reinaba en la carretera, con multitud de coches aparcados en ella, dificultando la circulación por la misma. Eso nos complicaría el final del día.
Aquí empecé a fijarme que en algunos remontes, los tornos giraban sin necesidad de acercar la tarjeta, y en otros no. Empezaba a crearse una situación un poco caótica en los tornos, pues en los remontes “bloqueados” había gente que accedía normalmente y otros que directamente se los saltaban. Bueno, mucha gente, sobre todo en las horas centrales, pero seguíamos disfrutando de buen día de esquí.
Me llamó la atención que la pista Espelunciecha (roja) la marcaban como cerrada, pero mucha gente bajamos por ella sin ningún problema. Es más, alguna vez, estando oficialmente abierta, la he descendido en peores condiciones.
Tras un buen rato por Portalet y Garmet, con más paradas de los remontes de lo que suele ser habitual, quisimos comprobar si la silla de Collado funcionaba correctamente. Vimos que sí y decidimos aprovecharla a fondo.
Sobre las 15:30, volviendo ya hacia Portalet, quisimos coger el telesilla Garmet, pero ya estaba parado y debía llevar un buen rato, pues la cola era mayor de lo normal. Tras otro buen rato, arrancaron el motor diésel auxiliar y fueron subiendo (velocidad mínima) a los que estaban ya en el telesilla (la temperatura empezaba a bajar y el viento a arreciar), pero no dejaron que se subiera nadie más y lo cerraron. La única posibilidad que teníamos de volver a Portalet era coger un autobús en el parking de Anayet.
Todos, fuerámos a donde fuéramos, con los esquís y tablas al hombro subiendo hacia el parking. La cola para coger el autobús daba miedo. Decidimos apurar más y hacer un par de subidas en Anayet. Cuando volvimos la cola era incluso mayor.
Eran ya las 16:35 y, puestos a la cola, comenzamos a darnos cuenta de que a Formigal esto se les había ido de las manos.
En la cola se mezclaba la gente que quería ir a Sextas y a Anayet, y nadie aclaraba hacia dónde iban esos autobuses. Poca gente organizando y eso, unido a la cantidad de coches que abandonaban el parking y hacía de esa zona un caos. Tampoco ayudaba mucho la actitud de algunos conductores que subían a recoger gente con sus coches, pues se paraban en cualquier sitio sin tener en cuenta la situación que allí se estaba cociendo, dificultando el paso al resto de vehículos. El asfalto de esa zona tenía una capa de nieve que sumaba inconvenientes para resolver el caos circulatorio.
Tras un rato largo, nos conseguimos enterar de que la carretera general, en el tramo entre los accesos a Portalet y Anayet, se había cortado por un accidente, atrapando a los autobuses que estaban dando traslado Anayet-Portalet. Por lo que se veía desde allí, la carretera era un auténtico caos. Era la consecuencia de la imprevisión de afluencia masiva y que la gente hubiera dispuesto aparcar donde le pareciera conveniente. A todo ello había que sumar la ventisca, que había empeorado las condiciones tránsito de la carretera y que la quitanieves no podía hacer su trabajo por los coches en plena calzada. No tengo pruebas de ello, pero algo me dice que la actitud de algunos de los conductores que subían y bajaban por aquel tramo tampoco ayudó a mejorar la situación.
Aramón había contratado autobuses para suplir la emergencia y aunque tardaron en subir (desde Sabiñanigo), la gente que iba a Sextas sí podía ir abandonando Anayet. Incluso minibuses, furgonetas y todo terrenos de Aramón y otros establecimientos afines (así como un minibús de Sallént de Gállego) fueron evacuando a los que tenían el coche en Sextas.
A los que teníamos el coche en Portalet, nos dio la noche, con el frío que eso suponía. Vista la situación, decidimos abandonar la cola y buscar un lugar más caliente para pasar el rato. Mientras tanto, empleados de la cafetería de Anayet fueron ofreciendo caldo (gratis) a los que allí esperábamos.
Serían las 18:30 cuando llegaron otros autobuses a los que nos pudimos subir, pensando que irían directos a Portalet (así nos lo comunicaron cuando subimos al bus), pero la Guardia Civil no les dejó subir por la carretera y acabamos en Sextas, dentro del autobús, esperando a que abrieran el paso. De todo ello nos tuvo que informar el conductor, nadie de Aramón se acercó mientras estuvimos esperando dentro.
No fue hasta las 20h que pudimos llegar al coche en el parking de Portalet, y eso que nosotros teníamos el coche al lado de donde nos dejó el autobús. No quiero imaginar a los que tenían el coche en la carretera…
…y aún nos quedaban 250 km hasta casa.
