
Bien, el destino era de órdago, nada menos que Los Dolomitas. Ya habíamos estado la Semana Santa pasada, y a mi mujer le gustó tanto que insistió mucho en repetir, y claro, no pude resistir.¡ No sabéis lo persuasiva que puede llegar a ser!


Por “votación popular” mis hijas decidieron que el viaje lo íbamos a hacer en coche, salía más barato y aventurero, pero teníamos la friolera de 1.980 kms…ahí es nada. Lo planifiqué todo y pensé que lo mejor sería hacer noche en Nimes (la mitad), y allá fuimos..
Salida 22 de abril, Madrid-Nimes, con alguna que otra parada. Mirad como iba el coche, no cabía ni un palillo de dientes!

Por fin llegamos a Nimes al atardecer, a los Apart. City. Son unos apartamentos que están fenomenal, muy cerca del cruce de la A-9 con la A-54 (la que teníamos que coger), y a 10 minutos del centro, por lo que decidimos salir a cenar y recorrer un poco sus calles. Cenamos en una pizzeria fantástica “La Piazetta” en pleno centro y a muy buen precio. El problema es que eran las 10 de la noche y estaba todo desierto, y ¡eso que era viernes!. Está claro que los franceses llevan otro ritmo


Al día siguiente pasamos por la costa azul

Hasta que llegamos a Val Gardena. Bueno, tampoco fue para tanto. Una vez instalados en el apartamento, era ya hora de cenar, y qué mejor que unos buenos platos de pasta!!. Para eso estamos en Italia (casi Austria)…


1º día de esquí
Ya por la noche habíamos hecho la hoja de ruta para toda la semana. El primer día Ana se iba a quedar con las chicas para que hicieran sus deberes y estudiasen (son muy aplicadas), y yo me iría sólo a esquiar..con pena


Nada más salir del apartamento teníamos este remontillo que nos llevaba al telecabina Ciampinoi

La verdad es que había nieve para aburrir y de buena calidad (nada que ver con la del año pasado), pero poco a poco el día se fue cubriendo y mi gozo en un pozo. Tuve que empezar a rebajar mis expectativas….

Me trillé todo el Plan de Gralba, y me fui de regreso a Val Gardena para coger nuevamente el Ciampinoi


Bueno antes, una paradita para un chupito, ahora que mi familia no me ve; es que lo del alcohol lo llevo muy en secreto..!qué es broma!

Subí nuevamente al Ciampinoi 2.254 mts. Y me fui hacia St. Christina. Pero antes estuve bajando varias veces hacia Monte Panna a través de una roja y negra muy golosas, la Alfa y Bravo, luego otra azul para pasear, la Charly. Pero en esta zona empezó a caer muy fuerte


Decidí ir dejándolo. Al final bajé por la Saslong , por la negra, y paré para tomar un pequeño refrigerio en Sta. Christina. Mmmm, la salchicha currywurst estaba deliciosa (estamos casi en Austria)

Después del “tentepié” tomé el telecabina del Saslong y me fui nuevamente a Selva. Quería pasar a la otra zona de la Sella, a la del Dantercepies, el motivo era terminar en el centro del pueblo y acercarme a una tienda, Extreme es su nombre, para conseguir un par de guantes Montigo de Reusch, ya que en España no los distribuyen, y aquí me los compré el año pasado; pero perdí uno de ellos en Astún…y finalmente tenían los mismos

De aquí al bar del hotel Aaritz..con Internet, que mis hijas habían descubierto para conectarse via WiFi

y ellas como una moto. Habían encontrado el paraíso

Aquí conocimos a un chavalote muy majo, Carlos, de León que se está ganado la vida como profesor de esquí en la Scuola 2000, y que desde aquí le mandamos saludos. Finalmente nos fuimos al apartamento a preparar la cena y a dormir. Para el día siguiente ya se incorporaban conmigo Ana y la pequeña Celia, Paula seguía con sus estudios.
2º día de esquí
El día no amaneció mucho mejor que el anterior. Estaba claro que las previsiones se estaban cumpliendo y que no íbamos a tener una semana con tiempo espléndido…pero aún quedaba el miércoles que según decían sería el mejor día y para el que había reservado el ir a la Marmolada toda la familia, pero bueno, quedaban dos días por delante.

Celia no duró ni hora con nosotros ya que le dolían los pies y lo tuvo que dejar. Las botas se le habían quedado pequeñas y habría que alquilar otras más grandes. Esta niña ya tiene un 40 y va a más (ya no le hace falta cama para dormir, lo hace de pie, je je). El caso es que la dejamos nuevamente en el apartamento con su hermana, y Ana y yo nos fuimos solos. Recorrimos la misma zona que hice yo el día anterior, pero con mejor visibilidad.
Bajada al Plan de Gralba desde el Ciampinoi

El imponente macizo de Sassolungo con 3.181 mts.

No está mal el chiringuito que tienen los de la escuela de Selva

Bajada por la pista Bravo hacia Monte Panna, como se ve parece la plaza de Callao en hora punta

Esta es la pista Alfa de la misma zona. A los esquiadores se los había tragado la nieve


Unas baitas (cabañas) muy chulas en mitad de las pistas hacia Monte Panna

Un edificio muy coqueto en Monte Panna

Ana delante del Sassolungo Langkofel

Y así entre bajada y bajada fuimos finalizando el día. Para el día siguiente ya teníamos programado ir a Verona. Mis hijas han visto “Cartas a Julieta” y estaban deseosas de ver la ciudad (son muy románticas!). Yo acepté de buen grado, lo primero porque también me atraía esta ciudad de la que tanto he oído, y por otra daban muy mal tiempo en la estación. Como así fue, se tiró todo el día nevando!.
3º día de no esquí
Amaneció y subí las persianas. Esto es lo que se veía desde el apartamento…¡Vámonos a Verona!. Para que luego diga mi familia que sólo pienso en esquiar


Verona es una ciudad muy bonita y mereció la pena. El día era gris pero al menos nos respetó la lluvia.
Aquí con mis “niñas” delante del anfiteatro Arena

Este era un bebé en la calle haciendo burla a los transeúntes

La famosa y concurrida Via Mazzini

Diferentes rincones de Verona




El famoso balcón donde se asomaba Julieta

Las chicas con la estatua de Giuletta. Sin comentarios con la acción de Ana. Siempre sospeché ciertas desviaciones de mi mujer…


La chulísima Plaza de las Hierbas

Ana y Celia en un mercadillo de la Plaza de las Hierbas

Y por último el conocido puente de Piedra

Después de un magnífico día en Verona regresamos a Selva, pero nada más ponernos en marcha empezó a llover, subiendo a la estación nevando y con mucha niebla, el caso es que el viaje de vuelta fue bastante desagradable. Antes de dormir, como todas noches, varias rondas del juego de los Personajes (todo un clásico en la familia), y al día siguiente ¡A ESQUIAR NUEVAMENTE!.
4º día de esquí
Este día era el programado para esquiar toda la familia en la Marmolada. ¡Por fin!. Pero no…pronto me dí cuenta de que la visibilidad no era la adecuada y el día no era el más propicio para ir hasta allí. Ya el año pasado llegamos a Porta Vescovo, pero por una falta de previsión mía nos quedamos sin tiempo material y no pudimos acceder a la Marmolada. Bien, ya tengo la excusa para intentar volver otro año. Finalmente nos movimos por Selva, Plan de Gralba (hacia Canazei y Passo Pordoi estaban las nubes muy metidas), Monte Panna y Sta. Christina, que no es poco.
Nada más salir del apartamento para coger el Ciampinoi

Camino Passo Sella

No había problemas de nieve. Teníamos para dar y tomar

Allá van las dos buscando saltos y caminos entre el bosque

Las pistas que van a Monte Panna son espectaculares para ir con la familia


¡Qué buena pinta tiene la Alfa hoy!

Por esta zona se hace una travesía hacia St. Christina. Al fondo se ve la negra Saslong

Salida por el camino a la Saslong

Las chavalas encontraron una excusa para descansar

Los Alpes Di Siusi al fondo

Aquí se puede ver a la familia “escojonciada”. Son jóvenes…

Para terminar el día nos fuimos al Col Raiser. Aquí vamos en el funicular Val Gardena Ronda Express

De vuelta a Selva qué mejor que terminar el día en nuestro sitio favorito “La Stúa”. Aquí puedes tomar unas buenas birras, huevos con speck y escuchar música en vivo. La marcha aguanta hasta altas horas de la noche.

5º día de esquí
Hoy se vuelve a quedar Paula en el apartamento porque tiene que continuar estudiando. Nos vamos “los 3 mosqueteros”. La idea es esquiar en Alpe di Siusi. El día amanece como los demás, sol y nubes, cada vez más nubes, y al final volver a nevar a tope “esto es lo que hay…”.

Ahí va “polvorilla” Celia lanzándose a tope por la negra Saslong

La Saslong estaba vacía a esa hora de la mañana. Daba hasta miedo no ver a nadie, parecía la película “Fin”. Todo el mundo había desaparecido


El tantas veces fotografiado castillo de Fischburg en la roja de la Saslong

De Santa Christina nos fuimos a La Seceda.

En esta pizzeria de la Seceda las pizzas están de muerte

Una bonita estampa bajando hacia La longia

La Longia es la pista más larga de Val Gardena, casi 11 kms, y una de las más bonitas de los Dolomitas (¡hay tantas!). Es muy variada con muchas curvas y todo tipo de inclinaciones. Termina en Ortisei para darte la entrada mediante un telecabina a los Alpes di Siusi

La famosa cascada de hielo de La Longia

La siempre concurrida baita Val d’Anna para descansar durante la bajada

Aunque si lo que quieres es descansar aquí hay una silla más larga que un año sin nieve

Ya estábamos llegando a Ortisei

Una vez en Ortisei hay que coger el telecabina que te lleva a Alpe di Siusi, pero antes hay que atravesar el pueblo (el más bonito de Val Gardena), primero a través de un pasadizo con escalera transportadora y después andado



Alpe di Siusi está bien, pero nada que ver con Selva, Alta Badia o Val di Fassa. No tenemos fotos de esta zona porque aquí se cubrió bastante y bajó la niebla. Esta zona estaba más castigada porque recibe por su orientación el sol durante más tiempo. Paramos a comer en una baita muy chula “Sanon”

Tomamos una lasagna, unas salchichas con patatas y unos spaghetti, todo buenísimo, con vino y coca-cola, y nos cobraron 32€. Si lo comparamos con la calidad y cantidad de lo que comemos normalmente en nuestras estaciones, salimos perdiendo


Una vez con el estómago lleno nos fuimos hacia Saltria para coger el autobús (3€) que nos llevaría a Monte Panna. La visibilidad era cada vez mas deficiente y no paraba de nevar

Esta foto está tomada cuando todavía no se habían subido los esquiadores que esperaban en otra parada. Entonces el autobús se llenó hasta arriba e íbamos totalmente como sardinas en lata. Los parajes eran alucinantes y no veía más que nieve y abetos. A mí me recordaba a la película de “El resplandor” de Jack Nicholson, pero Ana se empezó a poner de los nervios, sobre todo por el camino que recorríamos


Finalmente llegamos a Monte Panna y regresamos a Selva. Ana cogiendo el Ciampinoi de vuelta, y Celia y yo esquiando un poco más por las pistas de los toboganes, el túnel del diablo y Piz Seteur. Aquí Celia se lo pasó a lo grande ya que la metí por una zona de árboles con nieve virgen. Disfrutó de lo lindo.
Ya por la noche nos fuimos a cenar a La Stúa


Mientras fuera estaba cayendo lo que no estaba escrito

6º día y último de esquí

Este día, por ser el último, parecía que se presentaba mejor (parecía..) y decidimos irnos a Alta Badía. Poniéndome la bota sufrí un tirón en la espalda (la edad no perdona), pero yo no me iba a quedar sin esquí el último día, así que a modo de Quasimodo salí del apartamento como pude. Me fui a las taquillas para sacar el forfait de Paula, y al pedirlo le pregunté a la chavala que me atendió si lo podía sacar con servicio de ambulancia directamente (por si acaso).

Bajando hacia Corvara el paisaje era precioso, pero Dios mío las nubes volvían a hacer de las suyas




Camino del telecabina Boé

Un trenecito para los de la escuela de esquí en Colfosco

Y mis hijas no quisieron ser menos e hicieron el suyo propio

Subimos en el Boé a 2.200 mts., y bajamos esquiando para coger (después de cruzar una carretera) la silla Pralonguiá. Para entonces ya se habían metido las nubes y empezó a nevar (¡vaya semanita!). Volvimos a Corvara para coger el Colt Alt, y por la zona de la Brancia paramos a comer en La Para (chulísimo). Fuera nevaba a tope.

Después de comer nos fuimos a Piz La Ila, 2077 mts. Y nos encontramos…con ¡Las Vegas!

Mientras Ana y Paula se metieron dentro para entrar en calor, yo me fui con Celia, la peque, para bajar la Gran Risa. Las condiciones no eran buenas: mala visibilidad, ventisca y unas bañeras enormes. Le dije a Celia que la Gran Risa era una de las pistas más difíciles, lo que le animó aún más.

Increíble, toda la bajada dándome la tabarra y diciéndome que era una pedorreta de pista. La verdad es que mientras yo iba ya un poco “deshecho” por mi espalda , ella me iba pisando los talones. Juventud, divino tesoro…me doy cuenta que estoy entrando en el ocaso. En la Villa cogimos el Piz La Ila que nos dejó nuevamente arriba, y nos metimos en el club Moritzino

Después de la chupa que pillamos, ya que en la Villa llovía, aunque en cuanto cogía altura ya era nieve, me tomé un bombardino ¡Cómo no!


El sitio es bastante singular, parecía como un antro de montaña

Pero con tanta perturbación para la vista, se me fue el santo al cielo y perdí la noción del tiempo. Quedaba una hora para que cerraran los remontes y teníamos que regresar a Selva. A todo esto nevaba y con niebla. La carrera fue colosal (no dio tiempo a sacar fotos). Cogimos la última silla Cir que nos llevaba al Passo Gardena justo cuando la cerraban. Nos habíamos ahorrado un buen dinero en taxi.
Ya de regreso a Selva, y con el susto todavía en el cuerpo, bajamos por la pista que cruza el pueblo



Era el momento de quitarse las tablas. Habíamos completado nuestras jornadas de esquí en los Dolomitas y teníamos que recoger los bártulos…

Los Dolomitas es para mí de los sitios más especiales en los que he esquiado. Reúne todos los requisitos para hacer que tu viaje a la nieve sea inolvidable: naturaleza, pistas maravillosas, rincones preciosos, cabañas de ensueño para tomar un bombardino..Cuanto más voy allí, más ganas me entran de regresar nuevamente. Esto último no lo sé, pero tengo que volver, aunque sea para esquiar en la Marmolada, algo que por diferentes circunstancias todavía no he podido hacer en las 3 veces que he estado…
En el viaje de regreso a Madrid, nos encontramos con un tiempo infernal, sobre todo de Brescia a Génova, que se fue calmando a medida que nos adentramos en la costa azul.
Ya en España, se empieza a ver señales de que la primavera está llegando con fuerza


Ahora con la llegada del sol y buen tiempo, mar y playita, pero con la mente puesta en la llegada de la nieve nuevamente. Mientras tanto, y hasta entonces, soñar despierto con lugares maravillosos por los que bajar deslizándose por un manto blanco.
Gracias a los que hayáis leído este reportaje. Espero que os haya gustado
