Esta sorprendente pregunta es más habitual de lo que uno se puede esperar.
A mucha gente que le comentaba que me iba a esquiar a Japón me miraba extrañado como preguntándose si no había otro sitio mejor al que ir, algo más cercano e incluso algunos se preguntaban cómo era posible que en Japón se pudiera esquiar.
Algunos me envidiaban, porque Japón es un país que atrae a mucha gente, pero por otros motivos muy distintos a los del esquí. Pero a nadie de las personas que yo conozco y que no esté relacionada con el mundo alpino, e incluso con algunas que sí lo estaban, se les habría ocurrido que a Japón también se puede ir a esquiar.
Hasta no hace mucho, yo también me hacía esa pregunta. Para ser sincero, ni siquiera me lo preguntaba, no se me había ni pasado por la cabeza.
Entonces ¿Cómo acabé esquiando en Japón?
Todo empezó cuando un familiar, conociendo nuestras inquietudes por conocer otras culturas y visitar otros países, nos regala unas entradas para visitar el Fitur, la feria de turismo que se celebra todos los años en los recintos del IFEMA en Madrid, la más importante de este tipo que existe en el mundo y que se celebra a finales de enero.
Por supuesto, acudimos encantados y fuimos visitando algunos stands para obtener información sobre viajes que nos gustaría realizar a mí o a mi mujer.
Acudía excéptico porque pensaba que iban a venderme las bondades de sus países o regiones a toda costa, temiéndome los típicos paquetes estándar a través de agencias de turismo, pero muy al contrario, me sorprendió gratamente las promociones que cada uno de los países o regiones realizan para atraer al público, mostrándote las actividades que se pueden practicar, ciudades que se pueden visitar, mostrándote cosas excepcionales y poco conocidas y todo esto sin tratar de que "te lo llevaras puesto" y sin recomendarte ninguna agencia, a no ser que se la solicitaras, algo que me agradó mucho.
Y aunque no lo íbamos buscando específicamente, uno de los stands que visitamos fue precisamente el de Japón y, como no, una de las preguntas de rigor que solía hacer a todos los representantes con los que hablaba era la de cuál es la mejor época para realizar el viaje.
Su respuesta cuanto menos, me dejó boquiabierto. Año Nuevo.
Yo esperaba que me dijera lo típico que hablan los libros o que te recomienda la gente, es decir, me esperaba que me dijera en primavera para ver el florecimiento de los cerezos y mi pregunta iba encaminada a determinar mejor la fecha. Pero no, me dijo Año Nuevo.
¿Cómo es posible? ¿Por qué Año Nuevo?
Resulta que la fiesta más importante para los japoneses y en la que se celebran la mayoría de los eventos en Japón es Año Nuevo. Todo el mundo aprovecha para reunirse con sus familias, muchas de las empresas cierran, se realizan banquetes familiares, se va a los templos a rezar, se piden los deseos para el nuevo año...
El representante de Japón me lo vendió tan bien que me dejó realmente impactado. Tanto que le seguí dando vueltas días después. Nunca lo hubiera esperado. Y al cabo de los días, me dije a mi mismo - pero si en Japón nieva y mucho por esa época ¿Por qué no hacer un dos en uno? - Aprovecho para hacer turismo, pero alargo un poco más el viaje para dedicarlo al esquí.
Inmediatamente surgieron nuevas dudas ¿Realmente merece la pena ir a Japón para esquiar? ¿Será tan caro como dicen? A priori parece un viaje complicado ¿Seré capaz de llevarlo a cabo por mi cuenta? Y, por supuesto, la pregunta del millón. En lo que respecta al esquí ¿Qué tiene Japón que no tengan estaciones cercanas como nuestros fantásticos Alpes?
Pues realmente no lo sabía, sólo sabía lo que había visto en unos cuantos vídeos que había colgado la gente por Internet, y lo que había visto me había gustado, pero era inevitable la pregunta ¿No será publicidad? Todos esos vídeos de nieve en cantidades ingentes, esas palas vírgenes, esos paisajes, si se cuida bien, se pueden hacer promociones así hasta en nuestros magníficos Pirineos. Surgía así el temor de encontrar algo que perfectamente podría encontrar mucho más cerca.
La respuesta me la dí a mí mismo:
No hay forma de saber si lo que me encontraré será mejor, igual o peor a lo que hay aquí, ya que no conozco personalmente a nadie que haya estado, pero al fin y al cabo no sólo vas a esquiar, también vas a visitar el país, a conocer otra cultura, a vivir en definitiva una aventura, así que si al final no resulta tan sorprendente el tema del esquí no habrá sido un viaje en balde y no habrás tirado el dinero.
Por tanto, la idea se fue poco a poco reforzando. Empezamos a tantear en el trabajo si podríamos irnos por esas fechas y la respuesta fue sorprendentemente afirmativa.
Ya no había ningún obstáculo que nos impidiera ir a Japón, salvo quizás el económico o la de alguna improvable enfermedad, por lo que la maquinaria se puso en marcha.
Ya era abril y aún no sabía si podría llevar a cabo el viaje, porque Japón tiene fama de ser muy caro. Pero mirar y cotillear, leer, informarse, eso no cuesta dinero. Así que empecé a leer blogs de viajes, a informarme de los posibles destinos, a ver precios de vuelos y, sorpresa, los vuelos de ida y vuelta a Tokyo no son tan caros.
Definitivamente, pusimos en marcha el viaje. Encontramos un vuelo de ida y vuelta a Tokyo con Swiss Air por 640 €. Un precio más que competitivo. El seguro de anulación estaba incluido y nos permitían por persona dos piezas de equipaje de 23 kg. además del equipaje deportivo. Todo esto fue en mayo.
Ya no había marcha atrás. No sé si nevará o no en Japón para las fechas que vamos, pero eso ya es algo que pasa a segundo plano, vamos a dar por supuesto que sí.
La siguiente pregunta que se nos vino a la cabeza fue ¿Y a que estaciones de esquí vamos? ¿Cómo elegiremos bien?
Yo sabía de la existencia de Niseko, ya que tiene mucha fama, sobre todo para aquellos amantes del freeride, pero poco más y yo quería visitar más allá de Niseko. Por supuesto que lo visitaría pero quería hacer más. Quería, en definitiva, hacerme una idea más general de lo que supone esquiar en Japón.
Después de mucho buscar, encontré algunas referencias en cuanto al esquí en la famosa guía de viajes Lonely Planet. También otro de los sitios en los que se pueden encontrar referencias es en la JTNO (Japan Tourist Nacional Organitation), que disponen de una web que en parte está desarrollada en español (http://www.turismo-japon.es/) y otro sitio muy recomendable es leerse el blog de Kirai (http://www.kirainet.com/).
Después de mucho leer y buscar, llegué a la conclusión de que las zonas más importantes de esquí en Japón pueden dividirse en tres. La isla de Hokkaido, la zona de Nagano y la de los Alpes Japoneses, al norte de Nagano, también conocida como el norte profundo o Deep North.
En Hokkaido los centros de esquí más importantes son la famosa Niseko, con fama mundial, Rusutsu, que se puede combinar fácilmente con Niseko a través de autobús y Furano, que está en el centro de la isla.
En cuanto al Deep North, básicamente podemos subdividirlo en dos zonas: Yamagata-Ken y Akita-Ken. En Yamagata-Ken se encuentra una de las estaciones más conocidas y populares entre los japoneses, Zao Onsen. Su fama se debe a la formación de los llamado Juhyo Monster, un efecto de cencellada bestial sobre los árboles de la zona que le dan un aspecto fantasmagórico.
La zona de esquí más recomendable en Akita-Ken es la que se encuentra en los alrededores del lago Tazawa-ko. Además, esta zona es muy recomendable si se quiere combinar con turismo, ya que es uno de los distritos samuráis por excelencia con su capital Kakunodate, uno de los más grandes y mejor conservados del país.
Y en lo que respecta a la zona de Nagano, existen también varias opciones para visitar. Para los amantes de los grandes dominios y pistas interminables, se dispone de Shiga-Kogen, que con 21 zonas interconectadas entre sí es el mayor dominio esquiable de Japón y uno de los mayores del mundo. Además, muy cerca se puede visitar Jigokudani, famoso porque en sus aguas termales suelen bañarse los monos de la zona.
Además de Shiga-Kogen, mítica también es la estación de Happo-One y que goza de buena fama entre los japoneses y una tercera opción es la estación de Nozawa Onsen, en la cual, el 15 de enero se celebra en el pueblo un espectacular festival del fuego.
Nuestro tour de esquí incluyó la increíble Hokkaido, en la que visitamos las estaciones de Niseko y Rusutsu. Posteriormente visitamos la estación de Zao Onsen, en el Deep North, ya que quería conocer los famosos Juhyo Monsters y tampoco podríamos dejar de visitar la zona de Nagano, en la que visitamos únicamente la estación olímpica de Nozawa Onsen.
Nos quedamos con ganas de conocer Shiga-Kogen, pero el problema era la comunicación entre ambas estaciones, ya que no era muy buena y no permitía realizar la visita en un sólo día.
Aunque lo mejor hubiera sido dejar Hokkaido para el final, por un tema de fechas y logística, debido a que quería conocer el festival de fuego de Nozawa, tuvimos que organizarlo de esta manera.
En los siguientes capítulos os iré describiendo una a una la visita a todas estas estaciones. Espero que disfrutéis de los textos tanto como yo disfruto al recordarlos.