BAQUEIRA (6-11 Febrero 2012)
Normalmente un viaje se empieza a contar desde el momento que llegas al destino, pero en este caso es bueno que sepáis los antecedentes con los que jugamos. Lo que pasó fue que yo casi no caminaba por culpa de la condromalacia rotuliana, iba a velocidad ínfima y casi no podía coger peso. Una semana antes nos pilló la gripe como nunca antes lo había hecho, lo peor fue para mi pareja que una semana antes de ir quedó en la cama con una lumbalgia sin poder moverse. Pero claro, el viaje ya estaba pagado y para que íbamos a estar pasando dolores en casa pudiendo estar en Vielha calentitos en un apartamento, aunque fuese viéndolo nevar…
Salimos el domingo día 5 de Bilbao a las 9 de la mañana rezando para que el inmenso temporal de nieve que venía avanzando por el golfo de Vizcaya no nos pillase y ¡vamos si nos pilló! Por Guipúzcoa llovía, por Bayona diluviaba y en Pau la carretera ya estaba con el carril de la derecha medio limpio y el izquierdo cubierto de nieve. Hay que decir que llevábamos ruedas de nieve, cosa que probamos que realmente funcionan y muy bien. Una vez que dejamos la autopista y cogimos la carretera que va a Vielha desde Francia empezó la odisea… Siempre nos hemos quejado por el estado de las carreteras en España, pero lo hacemos porque no sabemos lo que hay fuera de nuestras fronteras.
Desde que cogimos la carretera francesa que va desde la autopista hasta la frontera con España no había pasado una quitanieves desde hacía al menos 24 horas. Los espesores que había en la carretera eran considerables, de hecho en las glorietas se iba el coche completamente y te paraban las acumulaciones de nieve que había en los laterales. Incluso pasamos por un pueblo en el que había 4 quitanieves (de las buenas) en un lateral aparcadas sin conductor. Estuvimos rezando todo el camino para no tener que poner las cadenas, más que nada porque no sabíamos quien se agacharía a ponerlas… Finalmente llegamos a la frontera con España y a pesar de que nevaba muchísimo la carretera estaba completamente limpia y seguimos hasta Vielha sin problemas, donde llegamos a las 3 de la tarde.
El lunes siguió nevando a ratos y nos lo tomamos de descanso. Arriba había -15ºC y viento, sólo estaba abierta la zona baja de Baqueira. Por la tarde empezó a mejorar y ya se podía uno imaginar lo que nos esperaba el día siguiente…
Finalmente llegó el martes y según movimos la cortina del apartamento nuestra cara adquirió ese gesto denominado “cara de tonto”, se fue el temporal y empezó la mejor semana de esquí de nuestras vidas. Pasamos muuuucho frío, hubo días que la temperatura máxima en Vielha eran -7ºC por la tarde. Pero claro, con esas temperaturas ¡Imaginaros como estaba la nieve!
Empezamos esquiando 3 horas el primer día y fuimos aumentando poco a poco las horas de esquí hasta estar el último día unas 5 horas. La preparación en el parking a las 9 de la mañana colocándonos rodilleras, faja, pantalones térmicos, calienta pies y manos… no tenía precio. Y después de la jornada de esquí… ¡no hay nada que el hielo, el fastum gel y los anti-inflamatorios no puedan curar!
La estación nos gustó mucho.
La carretera para llegar es una gozada, el parking subterráneo con baño y acceso por ascensor a la galería comercial no tiene adjetivos que lo definan, sobre todo para los días con mucho frío o nevando.
Los remontes están bien, aunque me sorprende que no le hayan cambiado alguna silla a la zona de Argulls. Las pistas muy bien pisadas y balizadas, el personal de la estación muy amable y creo que es el paisaje más bonito que he visto en una estación de esquí. Lo único que no nos gustó fue la bajada desde Orri a Beret que tenía mucho hielo y demasiada gente.
Nos quedamos con muchas ganas de volver. Sobre todo para disfrutarla estando al 100% de nuestras posibilidades.
Y como no hay reportaje en Nevasport sin hacer referencia a la gastronomía de la zona… ¡Ahí va la foto de esa maravilla culinaria llamada Olla Aranesa! Es imposible que esté más rico….