Subimos por la ruta normal, con nieve blanda y una capa de polvo en la zona del pinar.
Día totalmente despejado, una maravilla.
Al fondo parece que el Tres Provincias también ha pillado buena nevada.
Llegamos a la cresta, al fondo aparece el Ocejón sin apenas nieve. Se nota la retención de las nubes en la cara norte. La nieve se quedó solo en esta zona.
Seguimos hacia Las Peñuelas. Hay nieve pero ninguna maravilla, además de muy venteada como para esquiar.
La mochila pesa muchos kilos y no tenemos claro cómo va a estar la parte alta.
La nieve agarrada solo a una cara de los pinos nos dan una idea de la fuerza con la que sopló el viento. Al fondo Riaza.
Un poco más en detalle el efecto sobre los pinos...
Y este ha sido el resultado sobre el suelo de la cara Norte. Las famosas coliflores pinilleras.
Vista hacia La Buitrera, con mucha menos nieve que el Lobo. Al fondo la Sierra de la Demanda, Picos de Urbión, etc. Aquí si que se veía una buena nevada.
Desde las cercanías de Las Peñuelas hacia La Pinilla. Muuuchas coliflores también aquí.
Aparece ya el Lobo y lo que nos temíamos. Ha pegado mucho viento.
Hacia La Pinilla el aspecto es similar. Parece que hay mucha nieve pero al acercarte se ve que no es así.
Nos vamos acercando al Lobo y el panorama no cambia, mucha nieve venteada y reparto irregular. Las raquetas no sobraban.
En las pilonas del antiguo telecabina encontramos la mejor explicación de cómo había caído la nieve.
Subimos hacia la cresta próxima a la cima del Lobo para ver la cara Este. Nos llevamos un chasco monumental al ver como la zona con mayor acumulación de la Sierra de Ayllón tenía este aspecto...
Alguna bajada posible justo bajo la cresta, pero muy muy cortas. No nos convence.
Y en el punto geodésico del Lobo, más restos de los efectos de la ventisca. Por cierto, me sorprendió verlo lleno de graffitis. La gente debe ser que ya se le ocurre otra cosa que subir hasta aquí para pintar. En fin...
Hacia el Tres Provincias se ve algo más de nieve, pero nosotros empezamos a fijarnos en la Sur del Lobo hacia el Valle del Silencio.
Zoom hacia Guadarrama/Peñalara.
Foto de equipo en la cima.
Buscando posibles líneas en esta zona que pertenece ya a la provincia de Guadalajara (Cerrón al fondo a la izquierda).
Parece que el Valle del Silencio iba a salvarnos el día. Vimos zonas con buena acumulación de nieve y allá que fuimos. Ya decía yo que desde Guadalajara vi una buena nevada...Subimos hasta las cercanías del Alto de las Mesas para empezar la bajada.
Y allá vamos!
Primeros giros con muy buena nieve tanto en cantidad como en calidad.
Encontramos alguna zona entretenida.
Este tubo fue el elegido.
Según bajamos, nieve cambiando a primavera pero con buen espesor. Se nota que el viento se la ha traído desde la cara Norte y la ha ido acumulando en Guadalajara.
Y pensar que hace 40 años esta zona estuvo cerca de ser parte de La Pinilla.
Hubiéramos seguido bajando hasta el mismo río (que se podía sin problemas), pero llegó un momento en que tuvimos que parar. La vuelta es muy dura con todo a la espalda.
Un buen sitio para reponer fuerzas.
Y para arriba de vuelta a Segovia.
Volvemos a pasar por encima de nuestras huellas con unas ganas tremendas de bajar de nuevo.
Seguimos hacia el Portillón para ver en qué estado se encuentra, pero las referencias que tenemos no son buenas.
Como podéis ver, nuestra bajada no era la única posible. Aquí no hay cañones y no falta la nieve.
Pasamos de largo el Portillón al comprobar que la bajada era posible pero no como para disfrutar. Así que seguimos hasta la llegada del antiguo tq. Glaciar II.
Cae la tarde y vamos bajando en dirección a la pista del Periférico pasando junto a los restos del telesquí, muy castigados por el viento.
Aquí abundaban las coliflores y alguna que otra piedra. Hicimos lo que pudimos.
Menudo día despejado que hemos elegido, una pasada las vistas de la mesata desde aquí arriba.
Enlazamos Periférico y seguimos por Testero, con buena nieve.
Estos surferos siempre con ganas de más jeje
Y llegada a la base de la estación con una buena paliza encima pero contentos con la bajada que nos hemos marcado en Guadalajara. Es muy probable que los remontes nunca lleguen a esta zona, pero el que lo quiera probar solo necesita fuerza de voluntad o un equipo de travesía. En cualquier caso, merece la pena.
¡Hasta la próxima!
