Pero no importa levantarse temprano si es para comenzar un viaje largo tiempo esperado: apertura de temporada en Dolomitas con los foreros Carol y Zanna. Carol y yo llegamos al aeropuerto sin contratiempos, si no fuera por el billete que se sujeta con fuerza en la mano uno se preguntaría qué hace allí. Superamos indemnes el escrutinio de las azafatas de Ryanair en busca de unos centímetros de más sobre los que lanzarse, y finalmente el avión nos teletransporta sin dilación al Bel Paese. A nuestra llegada y haciendo gala de una exquisita puntualidad, nuestro guía, Zanna, ya nos está esperando en el aeropuerto, y eso que llegamos antes de lo previsto. La primera parada es para recoger los esquís. Mmm, recién salidos del taller siempre saben mejor...
Una vez hecho esto comenzamos el viaje hacia nuestra base de operaciones, Nova Ponente. Para añadir una experiencia más al viaje, la de abrirme camino en las carreteras italianas, solicité el puesto de chofer, que gustosamente me fue concedido, y puedo decir que no es tan malo el lobo como lo pintan, al menos por aquellos lares. Tras recorrer algunos kilómetros el paisaje comenzó a tornarse montañoso, las formaciones rocosas se cernían sobre la planicie como un acantilado sobre el mar. Se mezclaban las poblaciones de tintes tiroleses con las zonas industriales hasta que comenzamos a subir la montaña. Las estaciones de radio empezaron a escasear. De camino paramos en un abierto lleno de silencio, donde encaramado a una colina reposaba, intemporal, un palacio blanco que parecía sacado de un cuento.
Poco después llegamos al pueblo. Los apartamentos estaban enclavados en una ladera, olía a madera y establo. Había vacas de capa blanca y roja y un gato inusualmente cariñoso, que saldría a saludarnos en cada entrada y salida durante toda nuestra estancia en su territorio. Una chica de la familia nos recibe con gran amabilidad y nos enseña el apartamento y el cuarto de la caldera que haría las veces de guardaski. Más tarde ese mismo día nos ofreció leche y dulces caseros que por desgracia rechazamos, teniendo que conformarnos en los próximos días con desayunos a base de tostadas de mortadela, queso brie y mermelada de melocotón. Soltamos las maletas y los equipos y buscamos un sitio donde comer. En el pueblo encontramos el que parece ser el único restaurante abierto, volvemos loco al camarero pidiendo la comida en alemán e italiano; si nos echó algo en la comida no se notó, estaba todo muy bueno: las diferentes variedades de pan, los canederli agli spinacchi, el rissotto con i pulpetti y los spaghetti al pesto, ¡sí, probé de todos los platos! Para ocupar la tarde, nos vamos a Bolzano. Damos una vuelta por el mercadillo navideño, lleno de multitud de cosas bonitas y caras. Que lástima, mi angelote de plástico tendrá que aguantar un año más.
Hay un puesto donde la gente se apiña, ¿venderán el adorno de moda esta temporada? No, se arraciman entorno a un buen vaso de vin brulée.
Para compensar el disgusto de no habernos gastado nada en el mercadillo, entramos en una acogedora cafetería donde nos sirven el café como en una película de época, con la taza acompañada de sus jarritas de leche, café y agua en una bandejita individual. Por si esto fuera poco, hay a disposición del cliente una amplia selección de periódicos entre los que encontramos también diarios españoles. Al salir de la cafetería, a un miembro de la tripulación se le antoja Strudel y nos acercamos rápidamente al puesto donde los vendían, por desgracia han cerrado la caja… Y nos lo regalan. En el apartamento el guía decide que Solda será nuestro primer destino esquiatriz del viaje.
2 de diciembre de 2011
Desayuno con tostadas y cialdi, la versión floja de las tortas de anís como lo es el jamón de Parma al jamón serrano, estos italianos no saben lo que es bueno.
Partimos hacia Solda. El paisaje es un collage de pequeños pueblos, rodeados de montañas alfombradas de pinos y abetos. Me llaman la atención las madereras con sus pulcras pilas de troncos, que parecen ser la industria predominante en la zona junto con las canteras.
Algunas curvas después, llegamos. La base de la estación está desprovista de nieve. Hay que coger un teleférico para encontrarla. Es la primera vez que subo a uno y la espera no puede ser más intrigante, en las instalaciones un grupo de esquiadores espera tras las puertas en solemne cuchicheo a que llegue el transporte. Una vez podemos salir, nos subimos a una enorme cabina oscilante que lentamente nos lleva a la cima. Apenas hay gente y busco entre los paneles rallados uno que me permita ver el paisaje sobre el que colgamos; por un momento fue como asomarse a un abismo, las gigantescas pilonas me devolvieron a la realidad.
La primera parada la hacemos en la sorprendentemente bonita cafetería. Ese día aprendí que para obtener un café tamaño desayuno debía pedir un latte macchiato. ¡Llega el momento de esquiar! Tomamos una silla con capota que nos resguarda del frío y del viento, fuerte, a juzgar por las paradas que hacían durante el trayecto. La nieve estaba algo dura pero se dejaba hacer; por si acaso la miré de cerca unas cuantas veces para asegurarme de que estaba allí.
Parada técnica en una acogedora cabaña hecha con unos troncos enormes, alfombrada y hasta con cortinitas, ¡encantadora! Nadie se tropezó y cayó con la bandeja como yo imaginaba que ocurría en los buffet de las estaciones de esquí así que desvié la atención hacía mis spaghetti bolognesa y el Tirolergröstl que había en la mesa. Después de comer, unas bajadas más y vuelta a la cafetería para relajarnos antes de marchar, no sin antes observar desde detrás de los cristales gente deslizándose por las pistas aparentemente sin más medios que el fondillo del pantalón. ¡Están locos estos italianos!
Un juego menos divertido fue el que se traían entre manos un grupo de niños armados con gigantescas mochilas, en las instalaciones de salida, dales tiempo y un torno fácil de saltar y te manipularán el terminal del teleférico, sin duda alguna. 
A la vuelta la cabina estaba llena de alemanes en modo pre après-ski que saltaban y cantaban. Siguiente parada: Obereggen, pista de esquí nocturno. Por desgracia estaba cerrado y eso que parecía haber nieve suficiente y que estaba anunciado en la web. Vuelta al apartamento a planear el día siguiente, objetivo: Plan de Corones.
3 de diciembre de 2011
Las instalaciones en la base de Plan de Corones me impresionan, delante del amplio ventanal de las espaciosas taquillas donde pido mi skipass, no puedo evitar pensar en el edificio de Valdesquí y los agujeros-guillotina a través de los cuales se hace la transacción, pobres, no me extraña que estén todos amargados
… Como el viaje ha sido un poco largo, nos paramos en la cafetería para redesayunar, el primer latte macchiatto del día acaba en mi chaqueta y pantalones. ¡Menos mal que no era Grog! 
Nos ponemos en marcha hacia otra nueva cima que conquistar, unas escaleras mecánicas nos llevan hasta un telecabina pequeño, como el compartimento de un tren. Aprendo rápidamente por qué hay gente a la que no le gustan los telecabinas, hay que levantar los esquís para meterlos en la cestita mientras sostienes los bastones y entras antes de que se te escape, quitado de casco y guantes opcional. Abajo está lloviendo y aunque arriba esta vez sí se convierte en nieve, la humedad nos deja un extraño manto bajo las espátulas, enganchón, irregular y sobretodo cansino.
Lo miré de cerca unas cuantas veces a lo largo del día para tratar de comprender qué era aquello.
Tener que coger telecabinas en todos los trayectos no ayuda mucho a mis consumidas fuerzas, la poca visibilidad tampoco. Lástima de telemarkeros perdidos en la niebla a los que traté de seguir con poca fortuna. Intento de reponer fuerzas con zuppa d'orzo, gnochetti agli spinacchi con la panna y raviolis de plato ajeno, no completado. En los últimos descensos tengo que recurrir a la cuña para no besar más pistas. No me quejo, fue toda una experiencia esquiar en esa nieve y a pesar de las circunstancias, logré mejorar en mis sucesivas bajadas.
Para recompensar el duro día de esquí nos encontramos al llegar abajo con que habían abierto una deliciosa pista azulita, pisadita y con focos; y con la oscuridad que había a las 16:30 se puede decir que al final conseguimos hacer esquí nocturno. Impresionante estación que no pude disfrutar en toda su magnitud debido a las condiciones meteorológicas, habrá que volver.
Pero, aún no habíamos cumplido todos los objetivos de nuestra misión en Plan de Corones y tras dejar los esquís en el coche volvemos para un poco de après-ski. Para mí el primero. Ya me habían hablado un poco de los hütte pero aún así me sorprendió el ambiente: DJ pinchando, música a todo trapo y gente bailando subida en la barra, por no hablar del grupo de alemanes intentando hacer claqué con las botas de esquiar. A esas horas quedaban poco cuerpos para absorber decibelios pero los que aún quedaban estaban absorbiendo todos los que podían, junto con unas buenas jarras de cerveza, solo así se explica montar un trenecito en el suelo…
Después de la obligada conga y decidir que salgo mejor en la cara adelgazante del espejo de distorsión del estrepitoso baño, nos vamos a visitar el mercadillo navideño de Brunico. Más casetas de madera llenas de bonitos artículos artesanales, esta vez no puedo evitar comprarme algo y me llevo un cervatillo cubierto de suave pelo y un adorno para el árbol de Navidad.
Una vez más la caseta que triunfa es la del vino. Otro método menos popular para calentarse, era acercarse al fuego que contenían unos enormes recipientes que había distribuidos por la zona y que luego cubrieron con tapas cual gigantesca olla. Extraño, a nadie se le ocurrió sacar unos chorizos y unas pancetas, estos italianos…
Retorno al apartamento, mañana visitaremos una estación cercana, Obereggen.
4 de diciembre de 2011
Salimos hacia Obereggen. Viendo lo lleno que está el aparcamiento se confirma que esta vez sí están abiertos, pero tímidamente.
Hace un día espléndido, despejado. Una vez arriba aprovecho para echar una mirada hacia las alturas, y así las majestuosas montañas desprovistas de nieve se convierten en un recuerdo permanente. Para esquiar, sólo tres pistas pero muy disfrutonas, variadas y extensas. La cata que hice revela una nieve suelta sin exagerar, joven, cosecha de noviembre 2011, con un bouquet de cañón bodegas TechoAlpin.
Con el fin de reponer las fuerzas necesarias para alejarse de estos parajes, un buen pedazo de lasagna alla bolognesa. Después de comer nos preparamos para volver, el viaje de vuelta se desarrolla entre la niebla, a través de la cuál se despliegan en sentido inverso al de la llegada, las montañas, los pequeños pueblos, las sinuosas curvas de la carretera en descenso, las imponentes rocas, las planicies, las fábricas, el aeropuerto, el hogar.
(Unos días después...)
Mi primera salida fuera del Central y de España ha sido apabullante, pero tendré que volver a Dolomitas para disfrutarla con nieve y mejor tiempo...
¡y para recuperar el neceser que me dejé en el apartamento!
La version "fantastica"
de zanna bianca
Suena el despertador a las 3 de la mañana. No es un sueño...es una pesadilla.
Realmente hay que levantarse y abandonar el mundo de “Las amigas de Siffredi”.
Pero vayamos por orden. Todo empezó cuando mi hermano Dani tuvo una de sus magníficas ideas: organizar un sorteo;
como premio, un maravilloso fin de semana en Dolomitas con él en calidad de guía .
Cuando de manera desinteresada Dani se enteró que el vencedor era este forero
(nick: krampus) conocido en Austria en noviembre:
empezó a decirme: -me duele la cabeza, no puedo coger el avión;...... hace tanto que no esquias... ¿Por qué no coges el puesto de guía?
¡Que no haría yo por un hermano! Así que acepté el encargo de guía pero antes cambié la lista de vencedores, hice vencer a las segundas de la lista que eran Carol y Aeon.
La cosa mejoró, poco
, pero algo es algo.
Llegué puntual al aeropuerto de Bergamo, tengo la factura del parking que lo confirma (Dani, aún estoy esperando el reembolso de los gastos
)
y observé que mi llegada no había pasado desapercibida porque de repente se produjo un extraño alboroto.
En octubre Gill había dormido en el aeropuerto de Bergamo, se cuentan cosas extraordinarias de él con una azafata y algunas universitarias;
bien, la azafata me había reconocido como el chófer de Gill y pensando que esta vez también había venido al aeropuerto a recogerlo, estaba llamando a todas las colegas y amigas... Hubo escenas de llanto incontrolado
cuando en vez de Gill comparecieron las dos vencedoras.
- De Aeon como chófer no puedo decir nada bueno, aunque hablo un castellano fluido ella no me entendía en muchas ocasiones, yo le decía “¡tira!” y ella entendía “¡gira!”
No sé qué le pasó, a lo mejor le había afectado la diferencia horaria entre Madrid y Bergamo.
- Una chica de la familia nos recibe con gran amabilidad, ya me habia enviado un correo diciendome que se llamaba Andrea (en Italia ese nombre solo es para los hombres) y que era una chica. La chica era guapísima incluso con las botas de trabajo y se alegró
mucho de que yo fuera soltero, y me callo
- Por si alguno tiene dudas, es a mi a quien la chica en el mercadillo regaló el strudel, dentro de la caja estaba su número de teléfono y su Face.
- De la comparación que Aeon ha hecho con el jamón de Parma no hace falta decir nada, es una tontería
.
3 de diciembre 2011 Plan de Corones - Como el viaje ha sido un poco largo, nos paramos en la cafetería para redesayunar, el primer latte macchiato del día acaba en la chaqueta y pantalones de Aeon.
La camarera cuando me vio, guapo y atractivo como soy
, se emocionó de tal manera que tiró el latte macchiato sobre la chaqueta y los pantalones de Aeon.
Aunque se comenta por ahí, que la camarera estaba celosa de mis acompañantes, y lo hizo aposta
.
¡Cómo me gusta cuando las mujeres se pelean por mi!
- Los paparazzi reclutados por Gill para descubrir los métodos de entrenamiento de Aeon sólo lograron sacar esta foto, todavia el nivelazo
de Aeon queda secreto, entonces Gill tendrá que esperar el viaje a Austria para saber quién de los dos será enterrado
Aeon: Intento de reponer fuerzas con zuppa d'orzo, gnochetti agli spinacchi con la panna y raviolis de plato ajeno, no completado .
que mentirosa!!!
Aeon se lo comió todo, estaba tan llena que luego empezo la siesta en el primer sitio, sin verguenza
Aeon: No me quejo, fue toda una experiencia esquiar en esa nieve y a pesar de las circunstancias, logré mejorar en mis sucesivas bajadas.
Bien, aqui tienes razon...has logrado mejorar en las sucesivas bajadas a pesar de las circunstancias.
aqui unas fotos de las pistas que has bajado....sin darte cuenta de la dificultad
Las fotos son del 26 de Dic.
4 de Diciembre 2011
Es un día triste para mí
Aeon no está satisfecha con mis métodos de entrenamiento y decide despedirme de entrenador.
Estoy cierto que Aeon ha sufrido mucho antes de tomar esta decisión, se entiende de la expresión de .........triunfo
