Renunciamos a hacer planes de avión, habida cuenta que cualquier catarro o problema menor de la pequeña podía obligarnos a anular, y decidimos esperar a última hora y tirar de coche. La idea inicial era viajar a Pirineos, pero la falta de nieve y el hecho de que las únicas estaciones pirenáicas en buenas condiciones, Baqueira y Formigal, carezcan de un verdadero pie de pista nos llevó a lanzarnos a los Alpes.
No necesitábamos una macroestación, ya que esquiaríamos cuatro o cinco horas al día, y lo que buscábamos era un dominio mediano, con un base relativamente baja --no conviene llevar a los bebés por encima de 1.500 metros siempre que no hayan nacido en altura-- y con una cota máxima decente porque no venían tiempos fríos precisamente y así nos garantizábamos la calidad de nieve.
Después de mucho mirar elegimos el dominio de Val Cenis por reunir todos estos elementos: base de 1.460 metros en el pueblo de Lanslevillard, una buena parte de las pistas por encima de los 2.000 metros, llegando hasta los 2.800 metros de cota máxima, y un tamaño suficiente para lo que queríamos: unos 130 km. de pistas. A ello se sumaba el parte: todo abierto y espesores de 40 a 122 cm.
Este es el mapa de pistas. Un dato sorprendente, al menos para mi, es que los árboles llegaban hasta bien entrados los 2.000 metros. Mi experiencia me dice que los árboles además de bonitos te permiten disfrutar los días de escasa visibilidad (nieve, niebla…).
Val Cenis está situada en la parte alta de la provincia de Maurienne, en el departamento de Saboya, no muy lejos geográficamente de las estaciones más conocidas de Francia como Tignes o Valthorens. Los alojamientos están en tres pueblos, Termignon, Lanslebourg y Lanslevillard, todos ellos son pueblos pequeños y rurales, muy tranquilos y con construcciones alpinas.
Es Francia y ello quiere decir que hay supermercados, restaurantes, tiendas de deporte, piscinas climatizadas y spas…, pero poca vida a partir de las seis de la tarde. Nosotros localizamos un bar-bolera que cerraba a la una de la madrugada y que está bien para tomarte unas birras, ver la tele (cuando fuimos estaban echando un partido de la Copa del Rey) o jugar unos bolos. No indagamos mucho más, la verdad.
Unas fotos de los pueblos… Todas son de Lanslevillard, que fue donde nos alojamos (300 euros pagamos por seis noches por un apartamento desde el que salíamos y llegábamos esquiando), salvo la última que es de Termignon.
Bueno, al grano, a lo que son las pistas y el dominio en sí. La estación es el resultado de la unión en 2008 de Val Cenis y Termignon y, desde entonces, sus propietarios están invirtiendo bastante dinero en la modernización de remontes, innivación artificial… Como he dicho cerca de la mitad del dominio son pistas arboladas que se encuentran entre los 1.300 metros, la cota más baja ubicada en el pueblo de Termignon, y los 2.000 ó 2.200 metros de altitud.
Aquí una muestra de lo que digo.
Recomiendo por estas zonas arboladas algunas pistas rojas como Arcelle, la Ramasse o Bois des coqs, con algunas variantes de pistas con más inclinación como MJ. St. Genix. También hay azules tranquilas para disfrutar de forma relajada.
La verdad es que en Val Cenis no vas a encontrar muchas autopistas, a excepción de las zonas más altas, y la mayoría de las pistas son de anchura media e incluso algunas se podrían catalogar de estrechas.
El dominio llega como dije hasta los 2.800 metros a donde se llega después de subirte en un telecabina, una silla desembragable y una silla de pinza fija. Desde allí las vistas de los Alpes italianos son excelentes.
Este es el penúltimo remonte, una silla desembragable de seis, luego os muestro la silla de cuatro que te deja a 2.800 metros y la siguiente foto es lo que se ve nada más bajarte de ella.
Te acercas un poco al borde de la pista para ver con más detalle los Alpes italianos más occidentales, no muy lejos de allí anda Turín.
Desde allí puede elegir para bajar una negra, que no suelen pisar y acostumbra a tener baches, una azul (puedes hacer todo el desnivel por esta azul largaaaaaaaaa) y una roja. Todas anchas, todas con nieve excelente, todas grandes pistas para carvear… Esta zona es también la mejor para hacer fuera de pista.
La primera bajada, común a la azul y roja, es esta
Nevó un par de días: el primero apenas 2 centímetros y el segundo unos 10 cm., que ayudaron a mantener en condiciones las pistas. La noche de la segunda nevada llegamos al apartamento después de dar una vuelta y comprobamos que habían iluminado la pista de enfrente de casa y ¡había gente esquiando! No lo dudé, me calcé las botas y los esquís, bajé al telesilla y pude disfrutar de una horilla de esquí nocturno, gratuito, nevando a saco y puedo decir que es muy, muy, muy divertido. Totalmente recomendable.
La prueba (foto sacada desde la terraza del apartamento).
Me gustaron mucho dos zonas, muy poco concurridas, servidas por perchas. La primera es la zona que sirve el remonte Mont Cenis, que te deja a 2.300 metros y puedes bajar por rojas y azules. La segunda zona es el área de Termingon.
Termignon es la hermana pobre de Val Cenis. Las inversiones han modernizado por ahora los remontes de Lanslevillard y Lanslebourg, y no han llegado todavía a Termignon, pero quizás por eso NO HAY NADIE. Y estamos hablando de una zona que sube hasta los 2.465 metros, que acumula mucha, mucha nieve, y que te permite hacer casi 1.200 metros de desnivel.
Dos perchas te dejan arriba del todo, aquí…
Las primeras bajadas desde allí arriba son despejadas con vistas espectaculares.
A partir de los 2.100 metros más o menos aparecen los árboles hasta que llegas a los 1.300 metros de la base.
Resumen. Me ha gustado la estación, aunque creo que si tienes todas las jornadas completas para esquiar lo ideal es dedicarle 3 ó 4 días y el resto de la semana visitar estaciones cercanas como La Norma, Bonneval Sur Arc, Aussois, Valfrejus… Bueno... Una razón para dentro de un tiempo volver a este valle.
No puedo terminar el reportaje sin agradecer la paciencia a mi chica, que soporta invierno tras invierno mis locuras, y sin dar las gracias a mi madre, ya que sin ella no hubiéramos podido esquiar. Y por supuesto a mi hija, a Ainhoa, que se portó como una campeona pese a las palizas de coche y los paseos en carrito por las calles nevadas.
Por cierto, y a título informativo para quienes se aventuren a hacer algo similar, el viaje no lo hicimos del tirón. Paramos dos noches al ir y una al regresar y aprovechamos para hacer turismo: Carcassonne, Mirepoix, Camon y Montsegur a la ida, y Avignon y Biarritz a la vuelta.