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Última actualización: 17/04/2024 a las 20:07:00 (CET)

Aosta Marzo 2010, parte II. Cervinia

Aosta Marzo 2010, parte II. Cervinia
¿Qué mejor para pasar el mal trago del verano que un reportaje de plena temporada de esquí? Mientras escribo estas líneas, miro el contador de Nevasport y me cuesta evadirme del calor y pensar en montañas, nieve, telesillas y glaciares.
¿Qué mejor para pasar el mal trago del verano que un reportaje de plena temporada de esquí? Mientras escribo estas líneas, miro el contador de Nevasport y me cuesta evadirme del calor y pensar en montañas, nieve, telesillas y glaciares. Pero creo que es buena idea, tanto para mí como redactor como para vosotros como lectores, ver unas cuantas fotos de nieve y leer unas refrescantes líneas, para empezar a pensar ya en el invierno que se nos acerca.

La historia, ya la conocéis: Marzo, Italia, valle de Aosta, Pila... y Cervinia. Los integrantes del viaje, mi padre y yo mismo. El objetivo, esquiar y conocer uno de los lugares más legendarios de la montaña alpina. Ya hice una primera crónica de este viaje hace unos meses:

Aosta: Marzo 2010. Parte I. El valle

Me reservaba este segundo volumen para cuando el calor aprieta más. El objetivo de este reportaje, enseñaros Cervinia, la hermana pobre de Zermatt, la emperatriz de los alpes. Es el anexo, lo que queda a la derecha, el patito feo, comparado con su suiza compañera inseparable. Sin embargo, este topicazo que me he hartado de leer aquí en Nevasport, no es más que eso. Cervinia bien vale una visita por sí sola. Ni es tan plana, ni el pueblo tan feo, ni tan aburrida como me lo habíais pintado muchos. Aunque también hay parte de verdad en esto: ya me explayaré más tarde.



Nada más doblar la carretera que serpentea durante 30 kilómetros desde el valle, la visión es sobrecogedora. Breuil-Cervinia está situada donde muere un largo valle, donde sus grandes paredes dan un respiro. Es una gran planicie, a los pies del monte Cervino. El pueblo es grande, lleno de hoteles y apartamentos, y también con una pequeña zona histórica. Aquí se ha practicado el esquí desde hace décadas. Cervinia es una estación con solera.

El edificio del telecabina que sube a Plan Maison, la zona principal de servicios en pista, es un fiel reflejo de lo que representa la estación. El edificio, probablemente construido en los años 50, es vetusto pero muy funcional. La fachada está medio en ruinas, y su estética es más bien "oldschool", cemento gris, pintura sucia, gotelé y grietas en las paredes. Un gran cartel cubre parte de la fachada, recordando épocas lejanas y gloriosas donde sin duda los reclamos publicitarios no eran diferentes a los que se utilizan ahora.



El pueblo, lo dicho. Ni excesivamente bonito, ni excesivamente feo. Es semi-peatonal, está cuidado, hay edificaciones bonitas y otras algo más feas. Además de establecimientos hoteleros, hay muchos comercios, restaurantes y cafeterías con encantoEs un resort, no una aldea. Pero es un resort que tiene mi aprobación. . Claro, que tampoco voy a poner fotografías de los bloques de apartamentos, ¿no? ¡Tengo que venderlo!



El frente de nieve es amplio, y tiene varias zonas diferenciadas. A la derecha, Cielo Alto. Una zona de apartamentos situados en la ladera de la montaña, atravesados por dos vetustos telesillas. En el plano de pistas parecen cortos, que no llegan a ninguna parte. ¿Cortos? Por lo menos tienen 300 o 400 metros de desnivel, además de algunas de las pistas más exigentes y bonitas de la estación. Sobre estas líneas, detalle del pueblo, y al fondo, una de las sillas de Cielo Alto, subiendo hacia ninguna parte.



Conclusión de esta primera visión: Cervinia es ENORME. Remontes encadenados, un desnivel de 1500 metos (y 2000 en la parte de Valtournenche, de la que luego hablaremos) y una infinidad de terreno por explorar. Aunque, bien es cierto, la estación tiene zonas planas. Las pistas azules de Cervinia hay que tratar de evitarlas a toda costa, ¡Sobre todo con el frío que hace!



A la izquierda del frente de nieve, y bajo las faldas del monte Cervino, dos modernos telesillas remontan la ladera. Imprescindibles sillas, que salvan un buen desnivel en pocos minutos. No os perdáis las dos pistas rojas 24 y 9bis, largas y con pendiente, siempre aprovechando el desnivel y bajando hasta el pueblo. Majestuoso esquiar a los pies de semejante paredón... aunque nosotros en ocasiones lo tuviéramos entre la niebla.



Surcando el enorme plató que es la ladera de Cervinia, hay una segunda línea de remontes. Desde Plan Maison (en la imagen, es la viva imagen de los edificios vetustos pero funcionales que pueblan la montaña), suben tres telesillas desembragables consecutivos hasta el Theodulpass, punto de conexión con Zermatt. Salvo para pasar a Suiza -es la vía más rápida-, o para bajar las rojas de la parte superior, estos remontes no merecen la pena. La parte inferior es un terrible plano donde pasar frío mirando el paisaje. Esquiar, poco.



Aquí vemos, desde el glaciar suizo, el paso del Teodulo. Es un lugar magnífico, escarpado, colgado entre montañas y glaciares. La conexión con Zermatt, desde Italia, yo no la aconsejo más que a modo de visita. No se puede ir a Italia pensando en esquiar en Suiza. La espada de Damocles de quedarse colgado es demasiado poderosa... Aún así, dos de los días nos "escapamos", hicimos tres bajadas (lo que en orografía alpina representa tres horas) y volvimos para Italia, donde los capucccinos cuestan un euro y medio y las pizzas, siete.



De Zermatt, qué os voy a contar. Esta imagen representa la estación completa. Probablemente uno de los lugares más bellos donde se puede esquiar. Hay tantos reports en el foro, que sólo os dejaré estas dos imágenes.



En la segunda, sobre estas líneas, se aprecia la odisea del retorno a Italia, con la cabina del Klein Matterhorn cerrada y teniendo que sufrir media hora de telesquí bajo una ventisca infernal. La foto, nunca mejor dicho, es bastante gráfica. Sol y tempestad.



Ya de vuelta a Italia, exploramos la tercera línea de remontes. Telecabina y teleférico hasta el Plateau Rosa, los tres remontes nos dejan a 3400 metros, en la salida de una serie de pistas rojas imprescindibles. Toda esta zona es vasta, árida, enorme. Muchísimo terreno para variar y divertirse, con pendiente más que suficiente, aunque no desafiante, desde luego.



Las vistas, al principio de la pista, son sobrecogedoras. Un mar de nubes y unos cuantos kilómetros de bajada por delante nos esperan. Son las pistas 7 y 40, conectando con la 36, 37 y 38, para terminar después empalmando con las bajadas de Cielo Alto (13, 33, 16). Y una vez abajo, volvemos la cabeza y miramos a lo lejos.



¡Desde allá arriba hemos bajado!



Por último, repasamos la zona de Valtournenche. mucho desnivel, y un total de siete u ocho pistas repartidas en un valle que repta hacia Suiza, primero entre bosques y después entre laderas desnudas. Aquí, salvo la cabina que sube desde el pueblo (precioso recorrido), el resto de remontes tampoco son lentos. Sobre todo la silla principal que conecta con la parte superior del valle.



Esta zona tampoco es exigente, pero sí divertida. Y la pista que baja al pueblo (número 1) es impresionante. La hicimos por lo menos cinco veces seguidas, empalmando desde lo más alto que nos dejaban los remontes, para así asegurarnos casi 1500 metros de desnivel. Una roja larga, con palas bastante curiosas, y totalmente vacía de gente.



El recorrido, entre bosque, granjas y chalets, me recuerda a Austria. Finalmente, se llega al pueblo, Valtournenche, se termina esquiando por mitad de las casas, cruzando un parking y ale, otra vez al telecabina!



Y con esta foto del Cervino envuelto en la niebla, brillando como una antorcha, ya voy a ir terminando. Cervinia ha superado mis expectativas. ¿Remontes antiguos? Falso. ¿Pistas aburridas? Sólo si no sabéis descubrir las buenas. ¿Caro? ¿Feo? Para nada. Creo que la estación italiana sufre las inevitables comparaciones con su vecina suiza. Y claro, ahí sale perdiendo por goleada. Pero bien merece una visita, sobre todo combinada con el pintoresco valle de Aosta. ¡Volveré!



SIn embargo, lo veo un destino interesantísimo para combinar con el resto del valle de Aosta. Y me faltan todavía Courmayerur y Monte Rosa, así que volveré, vaya que si volveré.

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4 Comentarios Escribe tu comentario

  • #1
    Fecha comentario:
    18/08/2010 12:44
    #1
    Cuánto te has hecho de rogar!!! estábamos esperando el repor como agua de mayo.
    Felicidades, y muchas gracias por la info, ya te mandaré un privi para que me cuentes más cosas.

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    • Gracias!
  • #2
    Fecha comentario:
    18/08/2010 14:16
    #2
    Muy buen reportaje.

    Comparto la opinión de ser Cervinia una gran estación.

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    • Gracias!
  • #3
    Fecha comentario:
    18/08/2010 14:20
    #3
    Felicidades por el reportaje, por las fotos y por la descripcion detallada de las cosas interesantes.
    Gracias por compartirlo y por el esfuerzo de elaborarlo.

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  • #4
    Fecha comentario:
    06/10/2010 16:25

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