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Última actualización: 21/03/2024 a las 11:59:00 (CET)

Aosta: Marzo 2010. Parte I. El valle

Aosta: Marzo 2010. Parte I. El valle
A principios del mes de Marzo de 2010, pude hacer mi segunda y última escapada alpina del año. Esta vez, mi afortunado acompañante fue mi padre, un esquiador de los tardíos, pero no por ello menos apasionado que yo.
A principios del mes de Marzo de 2010, pude hacer mi segunda y última escapada alpina del año. Esta vez, mi afortunado acompañante fue mi padre, un esquiador de los tardíos, pero no por ello menos apasionado que yo. Hasta la fecha, era un escéptico alpino: ¿Tener que coger un avión para esquiar? ¿Alquilar un coche? ¿Irse tan lejos? Afortunadamente busqué una zona a su medida, ya que mi padre ha sido montañero antes que esquiador. El valle de Aosta se planteaba el lugar perfecto.

En Aosta, tendríamos nieve asegurada, picos de más de 4000 metros, belleza inigualable a lo que tenemos aquí en España, y sobre todo, el poder tener a nuestro alcance las zonas más míticas del montañismo, que mi padre había conocido de joven. Mont Blanc, Zermatt, el Cervino...Mi miedo era que nos saliera un viaje rana , a saber: problemas con los vuelos, con el equipaje, con el coche, mal tiempo, demasiada nieve, demasiado frío,.... Cualquier cosa podría torcerse. Pero afortunadamente, han sido unos días perfectos, yo casi diría inmejorables. En esta primera parte del reportaje quiero darle un repaso al valle: sus pueblos, estaciones y picos. Para una segunda, dejaré un análisis del dominio rey de la zona: Zermatt - Cervinia - Valtournenche. Trataré de ser original, ya que de aquí hay tantos reportajes y tan buenos que cuesta construír uno que aporte algo, al menos, diferente.





Si algo me ha gustado del valle de Aosta, aparte de su riqueza paisajística, es la autenticidad del mismo. Esto no es Austria ni Suiza, y aquí, las cosas, no son perfectas. Si una casa tiene un desconchón en la pintura de la pared, ahí se queda. Si un muro de una finca se estropea, ahí permanece: derruído. No hay florituras ni adornos superfluos. Las casas están para vivir, y la verdad es que se vive muy bien.





Las dos imágenes anteriores reflejan el día a día del valle. Chatillon, nuestro pueblo base, con su iglesia, sus calles y sus casas. Un valle amplio, largo, ramificado, con unas infraestructuras viarias, industriales, agrícolas... impresionantes. Aquí hay dinero, señores. En la siguiente imagen, el hotel Le Verguer, una encantadora casita típica del valle regentada por dos encantadores señores que se deshacían en esfuerzos por hacernos la estancia agradable.





El día de nuestra llegada, teníamos toda la tarde por delante, así que subimos a Cervinia, nuestro destino primordial de esquí para los 4 días. Queríamos tantear el terreno, buscar el mejor parking, las taquillas, etc. ¡Y ver el Cervino! La verdad es que, habiendo oido hablar tan regular de la población, urbanísticamente hablando, el lugar nos gustó más de lo que esperábamos. Aunque hay apartamentos feotes, tiene rincones preciosos y edificios magníficos.





Lo más impresionante es el circo que forma el valle al terminar, justo al pie de la divisoria. Impresionante la verticalidad de las paredes que cierran el valle por el Oeste. Increíbles picos de 4000 metros, glaciares colgados, crestas afiladas... y claro, el Cervino... que éste primer día estaba tapado por las nubes, y no pudimos ver.





También llama bastante la atención lo grande que es el dominio esquiable. En el plano, Cervinia parece poco más que unos cuantos remontes en fila. Pero en realidad, a pie de remonte, es fácil darse cuenta de la magnitud de todo aquello. Incluso los remontes de Cielo Alto, que aparecen dibujados en el plano de pistas como dos pequeños telesillas que no van a ninguna parte, son dos telesillas que suben, y sube, y suben, y se pierden por las alturas, probablemente tengan cerca de 1500 metros de longitud cada uno.





Nos quedamos un buen rato admirando el ecpectáculo que rodea a la estación de esquí, y nos bajamos a casa a cenar. Tarea difícil cuanto menos. Aquí se cena temprano, y a las nueve de la noche cierran los pocos bares que tenemos cerca del hotel. Al final encontramos uno, pero la lectura es que para próximos días es mejor moverse por el valle buscando sitios más turísticos. Chatillon es un pueblo bonito, pero por la noche parece fantasmal.

Al día siguiente, los dueños del hotel llaman a la estación de Cervinia. Sale un día deslumbrante, despejado, pero todo está cerrado. Olvidémonos de esquiar allí y ya ni que decir tiene de pasar a Zermatt. Se me enciende una lucecita en la cabeza... ¿Y Pila? " Si en Cervinia e tempestoso, en Pila e buono " chapurrea el señor. Allá que vamos.





No pensábamos esquiar en Pila, pero bendito viento. Una estación realmente peculiar, y muy muy aprovechable. Sobre todo porque es la esencia del valle. Un ambiente 100% italiano. Nada de turismo. Y sobre todo, unas vistas,,,, qué vistas. Pila es el balcón perfecto para asomarse a todo el valle de Aosta, y recomiendo a todo el que se acerque por aquí que le dedique un día.El acceso se hace desde la misma ciudad de Aosta, una tremenda urbe de casi 40.000 habitantes. En el extrarradio, entre los polígonos industriales, las vías de tren y la carretera... un parking, unas taquillas y un telecabina. Impresionante, como quien aparca en el Carrefour para hacer la compra. El remonte cruza la autopista, las industrias, el río, y comienza a remontar la montaña.





Llegamos al centro neurálgico de la estación, mirando el plano de pistas. Son cerca de 70 kms, repartidos, fundamentalmente, en rojas. Empezamos por el primer telesilla que nos encontramos, y comenzamos a explorar el dominio. Pistas boscosas, con buenas pendientes, pisadas como alfombras, y muy poquita gente a estas horas. La base de la estación cuenta con unos cuantos apartamentos, remontes de principiantes y mucha animación. Es una zona excelente para aprender. Y un mirador del valle estupendo. Abajo tenéis una imagen de dicho centro neurálgico.





A priori, parece que la estación no dará mucho de sí. Sin embargo, ¡Vaya que si lo da! Los remontes son, en general, rápidos; existen tres telesillas desembragables y un telecabina en puntos clave de la estación. El resto, son biplazas más bien viejecillos, pero no son grandes longitudes sino grandes desniveles lo que remontan, así que cumplen sobradamente su finción. Al final, lo que sobre el papel parecen un montón de pistas prácticamente paralelas, todas juntas por la misma montaña, en la realidad es un enorme plató boscoso con multitud de rincones diferentes, y un desnivel bastante acentuado. Pila no es, en general, una estación fácil en absoluto.





Al fondo de este gran plató, emerge un murallón de montañas, que cierra el valle de Aosta por su cara sur. Aquí están las mayores dificultades de la estación. Dos vertiginosos telesillas biplazas suben a estos puntos, y desde aquí es posible hacer una serie de bajadas de unos 900 metros de desnivel, por pistas rojas, hasta la zona baja de la estación.





Desde arriba, no sólo las pistas quitan el sentido, sino la visión privilegiada de toda la ladera norte, que incluye el Mont Blanc, el Cervino, las Grandes Jorasses,...





Aparte del plató central, existen dos zonas más para esquiar. A la izquierda, el telesilla cuatriplaza Chamois, que trepa casi 600 metros de desnivel, dando acceso a tres pistas rojas realmente largas, bonitas y exigentes. Por último, en el extremo opuesto, hacia la zona derecha de la estación, también entre bosque, hay un pequeño telesilla que da acceso a las pistas más recónditas de la ya de por sí escondida estación. Soledad total para unas bajadas de dificultad media por la zona más soleada.





Para terminar la jornada, trepamos hasta la cota máxima de la estación, con la intención de ir descendiendo la bajada más larga posible, aprovechando bien las vistas, y disfrutando cada minuto de la soledad, la nieve, el frío, la sensación de estar esquiando una nieve polvo imposible en otras cotas, y sobre todo, las vistas de montaña más impresionantes de la vieja Europa.

El Mont Blanc.....





Una vista hacia la ciudad de Aosta desde las alturas....





Una mirada hacia la montaña desde donde descendemos....





Y un recuerdo excelente de una estación que considero imprescindible dentro del Valle de Aosta.





Nos quitamos los esquíes y decidimos ir a conocer Courmayeur. Para ello, cogemos el coche e intentamos que no se nos haga de noche antes de llegar. ¿El Objetivo? Ver el Mont Blanc de cerca y recorrer las calles de uno de los pueblos imprescindibles en la historia del montañismo y el esquí alpino. La estación de esquí promete tener, sobre todo, unas vistas alucinantes de todas las crestas de la montaña más alta de Europa.





Courmayeur es precioso, pero a mí no me acaba de convencer. No me gusta el centro de pijerío internacional que es este pueblo. Aunque claro, se me olvida pensar que yo soy parte del turismo que visita estos lugares. Muchas veces queremos sitios auténticos y vacíos, pero olvidamos que nosotros mismos somos turistas. Turistas que no quieren ver a otros turistas. ¡Qué contradición!





El pueblo es precioso, eso desde luego. Damos con la sociedad de guías de alta montaña, que nos hace ilusión contemplar.





Y para cenar, conseguimos dar con un restaurante apartado de las calles centrales, que nos ofrece comida valdostana exquisita. ¿Queréis ver el menú?





Ya es de noche, y volvemos pronto a Chatillon, con la esperanza de que en los días sucesivos el tiempo nos permita subir a Cervinia. Y así fue, las tres siguientes jornadas pudimos esquiar allí, incluso pasando a la parte suiza y haciendo unas cuantas bajadas por el Theodul, el Gornegratt y demás montañas de sobra conocidas por el foro. Comprobamos que Valtournenche es un pueblo precioso, auténtico y lleno de encanto. Y Cervinia, con ese entorno, ¿Se puede pedir más? ¡El mundo a nuestros pies!





Por las noches, bajamos a Aosta de nuevo, y descubrimos una ciudad peculiar, 100% italiana. El centro histórico tiene bastante encanto, y la plaza principal, aún en obras, nos ofrece esta visión del valle.





habrá una segunda parte de este reportaje, que centraré en descubrir la estación italiana de Cervinia. Curiosamente, existe una cantidad impresionante de información sobre Zermatt, pero no hay tanto ni de tanta calidad sobre el lado pobre , que no por ello peor: Simplemente, diferente.





Para terminar, os he dejado con una imagen de la cara italiana del Cervino. Imagen que ha presidido nuestras jornadas de esquí aquí, en el Matterhorn Paradise. Sirva como introducción para la segunda parte que intentaré publicar cuando pueda. ¡¡Espero que os haya gustado!!



10 Comentarios Escribe tu comentario

  • #1
    Fecha comentario:
    29/03/2010 09:00
    #1
    Espero con ansia esa segunda parte de una de las zonas más míticas del alpinismo y los deportes blancos.

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    • Gracias!
  • #2
    Fecha comentario:
    29/03/2010 14:08
    #2
    Que ganas de las 2º!!! Me estoy poniendo los dientes largos sabiendo que el año apsado recorrere toda esas zonas aprovechando mi erasmus en Turin...tomare nota de Pila y todolo que digas de Cervinia!

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    • Gracias!
  • #3
    Fecha comentario:
    29/03/2010 17:06
    #3
    Me gustó la primera, espero la segunda...

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    • Gracias!
  • #4
    Fecha comentario:
    29/03/2010 17:18
    #4
    Que bien redactado y que buenas fotos, otro que se apunta a la segunda entrega...

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  • #5
    Fecha comentario:
    30/03/2010 00:40
    #5
    Benas fotos! el comentario sobre el turismo, cierto como la vida misma.
    Sólo un pero... el Valle de Aosta no es tan italiano... se supone que es "francés", aunque Italia se esfuerza por "armonizar" esas diferencias.
    Espero la segunda parte... ¿incluye Monte Rosa?

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    • Gracias!
  • #6
    Fecha comentario:
    30/03/2010 13:02
    #6
    Espero ansioso el repor, Cervinia es mi destino del año próximo asi que agradeceré cuantos más detalles mejor, si no me tendrás poniéndote privados a tutti plain.

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    • Gracias!
  • #7
    Fecha comentario:
    30/03/2010 19:12
    #7
    gran report!! vaya acierto lo de pila!! vaya fotos!! que pedazo de valle!!! ojala tuvieramos en españa estaciones de 70km con esas vistas y esos aforos... vivir en una ciudad que con un telecabina te lleva a una estacion como esta debe ser la leche!!!

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    • Gracias!
  • #8
    Fecha comentario:
    02/04/2010 16:58
    #8
    Realmente bonito, espero que la segunda parte sea igual o mejor. Gracias por compartir.

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  • #9
    Fecha comentario:
    07/04/2010 09:59
    #9
    Oye, me esta gustando mucho el reportaje. En mi caso, yo soy el padre, antes montañero y ahora esquiador tardío, que me encanta esquiar con mi hijo, ( aunque me tiene que esperar bastante ).
    Espero que a la vuelta de algunos añitos todavia podamos hacer algunos vijes como el que nos estas contando juntos.

    Gracias por tu report y tambien espero la segunda parte.

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  • #10
    Fecha comentario:
    07/04/2010 17:41
    #10
    Chapeau. Gran report, muy bien redactado y con unas reflexiones muy sensatas. De esta manera me ayuda a descubrir otras zonas que no son las tipicas donde mucha gente hemos estado.
    Espero con ansias la segunda parte.

    PD: Por cierto puede ser que fueras maño. Es que recuerdo que escribiste un post en el foro de Zaragoza pero no recuerdo bien. A ver si coincidimos y si quereis el año que viene os unis a algun viaje que solemos hacer por austria pra diciembre

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    • Gracias!

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