El viaje esta vez transcurrió sin incidentes a destacar, ya será la primera vez que pase eso. El avión salió a su hora, no se perdieron ningunos esquís ni tablas, aunque ahí hubo un poco de suspense al salir todas menos una y pararse la cinta de equipajes especiales, los coches sin problemas, tenían algunos algún que otro golpe o arañazo pero aparecían en los partes como que ya estaban por lo que no suponía ningún problema, llegamos al pueblo a la primera, alquilamos los que íbamos a manos libres sin problemas y la compra a toda leche porque a las 17.00 h. cerraban, Vamos, lo que se dice "a pedir de boca".
Así que preparamos el planning y decidimos que el primer día visitaremos la estación del pavo, es decir,
Obergurgl - Hochgurgl
Lo de la estación del pavo es la coña porque la terminación de la palabra parece la onomatopeya del sonido de un pavo
La masificación de las pistas austriacas nos sigue sorprendiendo, por su falta de ... jejeje. Si habían 20 coches en el parking, casi que estoy exagerando, lo que nos permitía aparcar a pie de remonte. Así que nos empezamos a preparar para la faena:
Una vez preparados, subimos al telecabina y al salir, nos escontramos con una delicia de nieve.
El día anterior estuvo nevando, por lo que unido a las bajas temperaturas de varios grados bajo cero, da como resultado una nieve deliciosa que había que catar a toda costa.
Por supuesto, la buena nieve no nos impide disfrutar del espectáculo.
Pero los ojos se nos iban a las líneas, las hechas y las que había por hacer:
Así que allá que vamos sin más dilación. Aquí tenemos a naranjito, también conocido como el Recal, posando tal cual damisela a punto de convertirse en un demonio devorapistas:
Aunque no estaba solo, les acompañaban estos otros arrastraculos, que por orden de cercanía son Mary Joe, Pi y Rafa, disfrutando de la nieve más de lo debido: INDECENTES.
Así dejaban su rastro estos caracoles. Al fondo Guille y José.
Por supuesto, no sólo los surfetas tienen derecho a bajar por fuera pistas vírgenes, los palis como Miguel también les seguían. Qué gentuza, todos en fuera pista.
Si estaba buena la nieve, que hasta Mercedes quiso disfrutar del placer de la nieve virgen.
Y por último, aquí tenemos al otro Miguel del grupo.
Una gran estación que nos recibió con la mejor de sus nieves.
Grandes pendientes, buenos fuera pista y nieve perfecta es el resumen de nuestro primer día en Austria. Algún día tendré que volver para conocer sus pistas
Al segundo día apareció la hermana de un miembro del grupo que compite en el esquí de fondo, por lo que sedujo a alguno de los nuestros para que practicaran ese endemoniado a la vez que bello deporte. El resto nos fuimos a la estación que da nombre al valle