Como lo prometido es deuda (aunque con cierto retraso por causas ajenas a mi voluntad) aquí está mi pequeño reportaje sobre mi reciente viaje a Cervinia. La verdad es que este año ya veía muy complicado el esquí por curro sobre todo pero nos surgió la oportunidad de un viaje relámpago a Cervinia, salida el miércoles 5 de marzo de Madrid y vuelta el domingo 9.
Resulta que uno de los integrantes del viaje tiene un amigo en Rívoli que nos había invitado a pasar esos días en Chemois y aprovechar para ir a Cervinia y Zermatt.
El viaje fue con vueling hasta Milán Malpensa porque no había ofertas hasta Turín y lo único digno de reseñar es que fue muy movido y que aunque al principio nos dijeron que no, luego nos cobraban 37 euros por cada par de esquíes y trayecto por lo que nos los dejamos en Madrid (viene bien salir de España para ver las infraestructuras que hay por ahí y darse cuenta que no estamos tan mal porque lo del aeropuerto de Malpensa fue de traca; la autopista que llegaba hasta él cortada entera y ni una indicación de cómo llegar).
Llegamos a Milán a las 21:00 horas aproximadamente y entre que nos dieron el coche y llegamos a Rívoli, donde nos esperaba nuestro amigo, eran la 1 de la madrugada. Al día siguiente madrugamos y pusimos rumbo a Chemois. Está en el valle del Cervino y hay que subir mediante un teleférico..
Ver el Cervino apareciendo entre las paredes del valle impresiona y esto a continuación es Chemois en sí.
Son tres telesillas que te llevan hasta una cota máxima de 2500 metros aproximadamente que para la hora a la que llegamos (más de las doce del mediodía) y para quitarnos un poco el mono nos sirvió, aunque no tenía mucha nieve la verdad..
Las vistas inmejorables eso sí, aunque como veréis que en esta foto ya se ve Valtournanche no estaba precisamente a tope de nieve
El viernes nos levantamos a las 7 para irnos a Cervinia, pero entre que perdimos un teleférico para bajar al coche (viajes cada media hora) el alquilar esquíes y eso no estábamos subiendo en la primera góndola antes de las 10. Sacamos el forfait internacional para el viernes y el sábado porque el domingo con lo de tener que volver a Milán y eso no sabíamos lo que haríamos (97 euros los dos días con seguro incluido, vamos, igualito que Baqueira). En Cervinia había nieve pero bastante menos que en la parte suiza, de hecho nos comentaron que llevaba sin nevar desde el 4 de febrero, pero bueno, es otro mundo, se nos acabaron a todos las palabras cuando llegamos al Plateau Rossa y sin mucho frío la verdad, -2ºC al coger la primera góndola en Cervinia y –12ºC al llegar arriba...
y por fin veíamos Zermatt ahí abajo en el valle...
Esquiar con el Cervino a tu espalda es una pasada, no nos cansábamos de hacerle fotos (si no tenemos 200 del Cervino no hay ninguna)
La bajada del Plateau Rossa que hicimos hasta Furi para coger el Matterhorn express nos llevó cerca de una hora. Bajada a Furi
Aquí subiendo hacia Riffelberg..
Una vez en Rifelberg cogimos el tren que sube a Gornergrat...
toda una experiencia la verdad, sobre todo luego bajando por la pista que ves pasar el tren a tu lado.. Y arriba, en el observatorio de Gornergrat, el Monte Rosa, el iskan, el Cervino por supuesto... a lo lejos el Mont Blanc una auténtica pasada...
Desde Gornergrat bajamos a furi otra vez a coger la góndola que subía hacia Trokener Steg para ahí coger la que iba hasta el Klein Materhorn, ya que según habíamos visto el último enlace hacia Italia era a las 15:30 de la tarde y no lo queríamos perder...
increíble donde tiene la llegada puesta!!
Desde arriba se veía un mar de nubes que parecía que se iba a tragar la góndola.
Arriba pajarón por la altura, comimos un poco en el mirador y cuando estuvimos recuperados para Cervinia ya que era tarde.
El sábado nos levantamos a las 6:15 y estábamos subiendo en las primeras cabinas hacia el Plateau Rossa a las 8:30.
el Mont Blanc al fondo
Había caído una pequeña nevadita y estaba todo espectacular, eso sí, bastante más frío que el día anterior... Empezamos a ir hacia Rotorn para “conocer” toda la estación
La llegada a Rotorn.
El domingo no pudimos esquiar porque hacía muy mal tiempo, así que fuimos a dar una vuelta por Aosta antes de tirar para Milán. Han sido dos días de lo más intensos pero nos vamos con la idea de volver al año que viene con más tiempo y con, esperamos, nieve hasta abajo.