Nunca antes había estado en una romería, ni tampoco había recorrido las pistas de Sierra Nevada a pie en sentido inverso al natural para una esquiadora, y menos aún de noche.
Son las 3h55 de la madrugada, bajo desde el hotel hasta la plaza de Pradollano de donde sale la romería. Me sorprende el ambiente y comprobar que muchos han subido en coche y están sacando el equipo de montaña del maletero, terminando de abrocharse las botas de montaña, sacando los bastones...
Me reúno con un centenar largo de romeros entre los que no están mis queridos compañeros de esquí Alf, Juan Luis, Joseluinnn y José Miguel ¿dónde se habrán metido? Empezamos la marcha, hace una noche hermosa y cálida, los romeros atacan las rampas de la carretera de la estación con mucho ánimo y entusiasmo. Me quedo de las últimas para ver si mis compañeros nos alcanzan, lo que me permite comprobar que algunos voluntarios de protección civil se situan al final del grupo. Tras unos minutos,los cinco fatiguitas romeros nos encontramos. Antes de dejar la carretera para enfilar hacia la Maribel, nos dan algunas instrucciones y, por fin, abandonamos las luces artificiales y nos dirijimos hacia la oscuridad del monte.
Tras subir un pequeño repecho, me encuentro en la Maribel, levanto la vista, el cielo está estrellado y a mi izquierda veo un cuarto de luna menguante que nos ilumina, no siendo necesario ninguna otra luz para caminar.
Para mi sorpresa, reconozco cada metro de la pista y mientras ando la visualizo, de noche y andando parece más ancha que en invierno, de repente descubro ese trozo de valla debajo de la cual casí desaparece ante nuestros ojos un esquiador novato. Tras el susto y atenderle, supimos que era su primer día de esquí, y decidió en ese mismo momento seguir andando. Allí de noche, casi 6 meses más tarde, me pregunto cómo llegaría abajo.
Una de la mejores formas de reconocer si una pista es azul o roja es subirla andando. ¡Lo que me costó superar las dos palas claramente rojas de la Maribel! Casí sin resuello, sudando, llegamos al cruce con la pista del Río, encima de nuestras cabezas vemos luces en el edificio del Telecabina, allí está prevista nuestra primera parada. Recobro las fuerzas hasta llegar a Stadium.
Me paro en la esquina del edificio y recuerdo con emoción que allí conocí a los primeros fatiguitas, primero Angel12, allá por el mes de diciembre y luego en enero, a Jonyfollones, ocho, Killo, Laura, Adriana, Carlos doo woop y Pet. Ilumino con mi linterna el lugar donde suelen estar colocados los portillones de entrada, y en medio del impresionante silencio, me viene a la mente ese domingo de abril en el que María José77, Laura y yo enfilamos la entrada con la cara amoratada por el frío y el granizo, sin aliento y muertas de risa, a las 16h45 justo a tiempo para la última subida de la temporada, mientras AntonioB, Joseluinnn, Killo y Juan Luis nos esperaban arriba. Adivino más que veo Granados, donde más de uno de mis amigos se estrenó en rojas.
Tras subir la pala que lleva a Borreguiles, esa que siempre está llena y que esta temporada se solía convertir en pista de patinaje a media mañana, nos tenían preparados en el Campanario un pequeño tentempié (en este caso literal) que consistía en chocolate caliente y algún dulce. Allí volví a reunirme con mis compañeros, que había perdido de vista porque al igual que cuando esquiamos suelo ir en retaguardia y también porque, todo hay que decirlo, mi ritmo andando es mucho más pausado. Pero en esta romería no te sientes solo, siempre encuentras alguién que te da ánimos o viceversa.
Tras un breve descanso de una media hora, salimos y pude ver que el termómetro marcaba 17º, y en ese momento Juan Luis y José Miguel nos dicen que prefieren no seguir y regresar. Así que sólo tres Fatiguitas acompañados por Luna enfilan la segunda parte de la caminata por la zona de principiantes.
Mis piernas agradecen la poca pendiente, sin que sirva de precedentes, de las pistas verdes. Poco a poco el cielo empieza a clarear, pasamos la entrada al snow park, un grupo de despitados y yo nos desviamos hacia el observatorio, tras desandar el camino, nos aproximamos a la Laguna. Son casi las siete de la mañana y con la imagen en mente de la laguna nevada, eso es lo que descubro:
Reanudamos la marcha y en la foto siguiente podeis ver el recorrido de la romería y quizá visualizar, como yo, ese lugar con nieve y esquiadores.
Más adelante, reconocí esa tremenda pala de la trucha, auténtico terror de esquiadores poco experto, que en verano se convierte en un pedregal empinado, y reviví ese día de marzo en el que el Fatiguitas Team casi al completo pudo contemplar la bajada memorable de Adriana. Los romeros que pasaban a mi lado se preguntarían de qué me estaría riendo allí, sola y con el cuerpo roto por el cansancio.
Pero aún quedaba lo peor de la romería, tras ese pequeño llano
los romeros hacen una pequeña parada para recoger el pañuelo blanco bautizado de la Virgen y emprender la subida del último repecho, una chorrera, largo y duro como él solo para llegar a los Tajos. Nos acordamos de Kilimanjaro, ya que cerca de allí tuvo ese percance del que se está recuperando.
La subida se hace cada vez más dura, pero todos sacamos fuerzas de flaqueza casí estamos arriba, y llegamos
lo único que piensas en ese momento es que lo has conseguido, contemplas el paisaje
a la gente, cansada,
de todas las edades
y merece la pena. Alf, Joseluinnn y yo compartimos con otros romeros nuestra experiencia. Se acerca el sol y todo está ya preparado para la celebración de la Santa Misa.
Es el momento apropiado para dar las gracias por esta magnífica temporada en la que tuve la suerte de conocer a todos estos amigos maravillosos.
Pero tenemos que pensar ya en el regreso, que nos estamos enfriando y el cansancio está haciendo mella. Poco a poco, la gente abandona los tajos
En el camino de regreso, comentamos la diferencia entre el paisaje nevado y este. Aunque reconozco que también tiene su belleza, la majestuosidad de la Sierra en invierno es indiscutible.
5 de agosto
3 de marzo de 2007
5 de agosto
3 de marzo de 2007
5 de agosto
Mientras nos dirigímos al telesilla Veleta, nos encontramos con algunos de los simpáticos habitantes de Borreguiles
Nos subimos en el telesilla, entre risas, ya que lo cogíamos a la inversa, además ante el asombro de los trabajadores de Cetursa con Luna que es una perrita muy valiente. Mientras bajábamos, disfrutamos contándonos anécdotas de la temporada de esquí. Y como colofón de esa mañana, no podía faltar la foto oficial en el Vodafone , lugar de encuentro, con un significado especial para cada uno de nosotros. ¿Cómo podíamos explicarle a la que nos hizo la foto porque queríamos que saliera Vodafone ?
Fué una experiencia maravillosa, que me gustaría repetir y compartir de nuevo con mis amigos, y si puede ser, tras una temporada de esquí tan buena como la pasada y con más nieve.
Galadriel