
Me fui con mi padre a enseñarle un poco de un país que me tiene enamorado. Cogimos el vuelo hasta Munich con Iberia, desde allí coche de alquiler a Ötz, pueblo al principio del valle donde se encuentran Sölden y Obergurgl(entre otras).
El primer día, por cercanía subimos a Sölden, la estación presentaba buen aspecto, abierta al 90%. Lo mejor, como siempre el glaciar, la nieve estaba espectacular. Había hielo... pero por las paredes!

POr supuesto, nos bajamos el muro de copa del mundo. Mi padre al principio tenía reparos, pero cumplió.

El segundo día nos fuimos hasta Stubai, también glaciar, también con autopistas y con nieve fantástica.

En esta tremenda vista hay una cas... de Heidi?yo supongo que será un refujio de montaña, o algo por el estilo.

Para terminar el día nos bajamos esquiando desde el glaciar hasta la base, por un itinerario de unos 10 km muy bonito, aunque a mi padre se le hizo un pelín pesado. Para reponer fuerzas no hay nada mejor, jejeje.

Tercer día tocaba Sankt Anton. Salio un día muy malo, con niebla y nevando a ratos. La nieve poco pisada, así que se formaban bañeras. Fuimos hacia el Valluga, previo paso por el nuevo funitel con su gigantesca rueda Ferris...

Al llegar arriba del Valluga, en vista de las malas condiciones mi padre decidió bajaren la cabina, y yo decidí bajar solo, ya que el resto del grupo que subio con nosotros ya había salido. La bajada fue maravillosa, la sensación de soledad, de sentir la montaña para tí solo... mejor con más luz, pero entonces no hubiera existidi esa soledad, es que no se puede tener todo!


Bajamos y nos dimos una vuelta por el pueblo. Encontarmos el estadio de los mundiales, y foto de rigor.

También palpé una nalga... un poco fría, aunque ciertamente turgente.

El cuarto día tocaba Lech, y nos levantamos con una buena nevada

Esto es lo que veíamos a diario al desayunar... me gusta más que lo que suelo ver normalmente.

Una vez en la estación nos dedicamos a completar el Weiss Ring, una forma muy correcta de conocer Lech, Zürs y Zug. El dia fue precioso, y la nieve muy buena. La única pega es que el Ring tenía trampa en forma de Skiroute que parecía cortita sobre plano, pero resulto ser bastante larga, y las piernas de mi padre ya no estaban para muchos trotes. Aún así cumplio.



Como premio, aparte de la cerveza de rigor, nos fuimos a la pisacina de S. Ankton. Además teníamos una cita con un señor que conocimos la tarde anterior, al que le hizo gracia mi sombrero, y que me quería regalar unos broches. Entre otros, uno de la ptrulla de rescate en alta montaña de Austria y otro del Ski Club Arlberg, el club más entiguo del mundo. Toda una joya que no puede encontrarse en las tiendas, o por lo menos eso me dijo. A mi me hizo mucha ilusión.

Quinto día, Ischgl. Una estación que cada vez me gusta más, no se por que, jejeje. Mi padre se levanto mareado, así que subí yo solo a esquiar. El se cogió un "sube y baja". La bajada hasta Samnaun, ya en Suiza es preciosa, encajonada en un valle, larga, muy recomendable para bajarla con calma.

Y luego, a disfrutar del mejor Apreski de Europa. Lo estabais esperando, e hice las fotos especialmente dedicadas a los foreros...
Zdenka

Inga

Klaudia

María

El último día tocaba Kitzbühel. Nos despedimos de nuestro Gasthoff y de la familia Braunegger, que tan bien nos trató, por el módico precio de 20.5 € al día, con desayuno y tasas incluídos.

Kitzbühel estaba floja de nieve, pero aún así la estación es preciosa. Y tiene bar iglú

Y a mí me parece el pueblo más bonito de los alpes


En resumen, aunque no había tanta nieve como me hubiera gustado, disfruté mucho del viaje. Ich liebe Österreich!