Si un esquiador pudiera considerar una buena semana de esquí como un premio, a nosotros la semana del 12 al 19 de enero del 2007 nos tocó el "gordo" de la lotería. Una semana de la mejor nieve, con el mejor sol y en una de las mejores estaciones de esquí del mundo. ¿Que mas se puede pedir? Evidentemente se puede pedir mas, pero es como si el recién agraciado con el "gordo" pidiera un euromillón con bote.
Un viaje perfectamente planificado por Ski Sabica (Justo es reconocer las cosas bien hechas y a precio ajustado, aunque algunos vean publicidad), una semana con gente conocida y alguna desconocida, que han ayudado todos poniendo de su parte para que todos o casi todos tuviéramos nuestra mejor semana de nieve de nuestras historias como esquiadores y por supuesto, la suerte de que no apareciera ningún inconveniente en forma de problemas de enlaces, perdidas de equipajes o lesiones serias, aunque a algunos nos comienzan a hacer estragos los años y padecíamos un buen rosario de golpes y dolores.
De Izquierda a derecha:
Arriba: Palmira, Lanja, Elite27, CCC, Kickass, Jom, Pepe, Matamalos
Abajo: Sonic, Capi-Cook, Blackrider y Jazzman.
Un viaje a los EE.UU. es diferente. Suena fácil la frase, pero es un viaje al nuevo mundo o cuando menos a otro mundo. Desde la llegada al aeropuerto de entrada (en nuestro caso Filadelfia) todo se presenta diferente. Te sorprenden los vehículos, los policías, los carteles en un español "diferente", las vestimentas e incluso los usos y las costumbres.
Todo el mundo parece estar dispuesto a soltarte un "excuse me" por las razones mas fáciles (incluso diría exageradas). Un "please" con cualquier sugerencia o un "thank you so much" por cualquier gesto normal tuyo. Evidentemente no todo suena fácil y el tramite en Aduanas e Inmigración suele venir acompañado de malas caras, sospechas, e incluso te llegas a sentir molesto cuando te acercan un perro que te va a olisquear como a un delincuente o peor, como un sufridor de un campo de concentración. Estas "molestias" no solo suceden a la entrada como debiéramos sospechar, sino que a la salida del país también te hacen sentir menospreciado cuando aparece una oficial de "Homeland Security" a voz en grito ordenando seguir unas determinadas ordenes en un ingles incomprensible de barrio bajo de Filadelfia. Y el que no entienda, que se joda.
Ni de lejos todo lo diferente es malo. El hacer una visita a un supermercado, es una fiesta. De colores, de sabores y sobre todo de cosas extrañas como encontrarte un pasillo exclusivo para "Chips" y otro para salsas, junto a uno de comidas "Organic". No olvidemos que estamos en un país tan extenso y tan diverso que encontramos la fiebre por el físico (operaciones de estética a niñas de 12 años y obsesiones por el culto al ejercicio en determinados estratos de la sociedad y en determinadas zonas del país) y personas de pesos absolutamente inimaginables en Europa.
Un recorrido por las carreteras te sorprende con unos pueblos sacados de cualquier película de las que vemos a diario, pero que nos siguen pareciendo algo muy diferente porque siempre vemos los filmes norteamericanos como decorados. Solo los paisajes y paisanajes europeos nos resultan creíbles, así que cuando cruzamos por Idaho Springs y nos enfrentamos con la oficina del Sheriff, el Motel, la Iglesia (por supuesto Adventista Unitaria Creacionista del 7º cielo y de los Todos los Santos, como poco) y las casas construidas de madera en el S. XIX junto a las minas de oro abandonadas, nos siguen pareciendo decorados irreales y visiones absolutamente novedosas que no vemos cuando cruzamos un pueblecito noruego junto al Circulo Polar Artico o uno holandés en el que haya un mercado dominical de quesos.
Las comidas. Es aquella relación de amor-odio, especialmente para aquellos golosos-glotones que tenemos algún problemilla con la báscula y con la fuerza de voluntad para todo aquello que suene a calorías. El precio de comida rápida es más que bueno. Las cantidades monstruosas y para ser comida rápida, la calidad es mucho mayor que la de aquí, llegando a convertirse en pantagruélicas degustaciones de grasas [i]trans[/i]. Fuentes inconmensurables de nachos con variedad de "toppings" diversos por encima en forma de queso, bacon, jalapeños, aceitunas, etc. todo ello regado con enormes cervezas. No hemos probado otras cosas en restaurantes de postín porque, sinceramente, el precio es caro, convirtiéndose en prohibitivo especialmente si acompañamos con vinos.
¿Que decir de la fiesta? Si, efectivamente, lo de las películas por y para adolescentes sucede también en la realidad. Chicos y chicas de todas las edades (legales, por supuesto) beben sin mucha medida (y a precio bastante asequible (unos 5 $ la copa) hasta conseguir estar casi totalmente ebrios, justo cuando comienza un juego en el que algunas chicas se frotan como dinamos de antiguas BH y todos o casi todos los chicos babean mientras se les encienden los ojitos con tanto roce y a la vista de determinadas formas femeninas contoneándose. ¿Y nosotros? Disfrutando del espectáculo absolutamente sorprendidos y muy entretenidos.
Después de un largo e incomodo viaje de ida (cada vez hacen mas pequeños los aviones) con 9 horas desde Madrid a Filadelfia, mas 2 para el enlace y 4 hasta Denver, con otras dos largas de carretera hasta Vail en un comodísimo y profesional servicio de transfers, recogida de llaves y definitivo acomodo, previa elección de grupo y cama, uno llega al apartamento y es cuando entiende a los osos que hibernan. Pasaría varios días seguidos durmiendo, pero la nevada que en esos momentos esta cayendo y que ha hecho el viaje desde Denver hasta Vail algo mas que una ruta por hielo y nieve nos hace prever que la diana sonara pronto al día siguiente.
Tuvimos la opción de alquilar un vehículo en lugar del transfer al apartamento y algunos éramos firmes defensores de esta opción por movilidad, pero la sola imagen de haber tenido que conducir esos casi 200 Km. por la Interestatal 70 con la tormenta de nieve después de casi 20 horas de aeropuertos y tener en cuenta que la conducción en los EE.UU. es absolutamente desconocida y diferente para nosotros, me hace tener la imagen de una noche en un calabozo del Sheriff de cualquier pueblo del lejano Oeste, que es donde estábamos precisamente y me entra un terrible pánico. Por otra parte Colorado Mountain Express es una empresa bastante seria con unos 400 vehículos y con un programa de trabajo interesante para quien quiera probar a trabajar en un lugar como las estaciones de Colorado.
El sistema de shuttles o lanzaderas como dirían los modernos o el sistema de transporte en bus, como decimos los clasicos es impecable. Gratuito, puntual, profesional y hasta las dos de la mañana. Incluso creo poder decir que es donde hemos pasado nuestro mayores momentos de risas. No necesariamente con alcohol por medio. Te recogen cómodamente de una amplia red de paradas desde West hasta East Vail y te llegan a llevar a remotos pueblos, entre ellos alguno llamado "Out of service" o algo similar (risas de teleserie de fondo).
Como comentaba, la nevada que estaba cayendo provocó que a poco de llegar, soltar los bártulos y repartirnos entre los dos grupos nos desmayáramos para descansar lo mas posible antes de levantarnos a las 7. Creo que los nervios al mas puro estilo Reyes Magos hizo que mas de uno a las 5 o 6 ya tuviéramos los ojos como platos y disfrutáramos del paquete por la mañana. Como no teníamos para desayunar mas que las guarrerías que habíamos comprado en una estación de servicio en la I-70, nos dispusimos a hacerlo en Lionshead, después de tomar 2 buses distintos pero con un servicio impecable, mientras Pepe y alguien mas iban a por los forfaits.
Mientras tanto, seguía nevando suave pero continuadamente cosa que sucedió casi todo ese día y el siguiente, aunque con menor intensidad. En todo momento, eso si, con casi absoluta visibilidad. Incluso en muchos momentos disfrutábamos de un sol espectacular y la ligereza de la nieve y una suave brisa hacían que esta viniera desde cientos de metros, de una nube lejana o de los árboles que conforman el perimetro las pistas.
En las primeras subidas en telesilla ya comenzamos a disfrutar de la visión que se abría bajo nuestros esquís. Solo ver la nieve y se intuía su ligereza y su frescura, mientras nos mirábamos con picaras sonrisas, incluso de silla a silla.
Las primeras bajadas decidimos tocar la zona de Lionshead (Eagle's Nest) y después movernos pero casi siempre por la zona del Frontside, que es la zona que se encuentra mas cercana a los accesos de la estación, entres por Golden Peak, Vail Village o Lionshead.
- TO BE CONTINUED -