Aprender a esquiar

Sí, ya lo sé, llevas mucho tiempo esperando ese día en el que por fin vas a probar lo que muchos de tus amigos ya llevan haciendo varios años. Seguro que te habrán contado que esquiar es uno de los deportes más divertidos y te garantizo que no se equivocan. Quizá antes no les tomabas muy en serio pero ahora estarás con unas ganas como para contar cada día que pasa. Según lo has visto en televisión parece un deporte fácil, tus amigos también te lo dicen, será cuestión de ponerse los esquís y luego tener cuidado con no perder el equilibrio. Bueno, algo de razón tienes pero antes de ponerte unos esquís déjame que te cuente lo que le pasó a mi buen amigo Pepe Cenizas. La verdad es que mi amigo Pepe era un chico de ciudad normal y corriente como cualquiera de nosotros, con una salvedad, nunca había esquiado. Un día su mejor amigo le animó a que subiera con él a la sierra y le prometió que en unas horitas le enseñaría a esquiar, "ya verás lo fácil que es" le decía. Claro que Pepe no tenía ni esquís, ni ropa apropiada, ni siquiera unos guantes. No importa, su amigo le dejó unos esquís y unas botas que le sobraban, además encontró unos viejos guantes por casa y lo de la ropa no fue problema, el chándal le serviría . Y ahí subió a la sierra contento como unas castañuelas. Lo primero que hizo el bueno de Pepe fue ponerse los esquís en un rellano, rápidamente se dio cuenta que mover esos "tablones" de casi dos metros era más difícil de lo que pensaba. Después de dos horas intentando inútilmente andar, subir, tan siquiera deslizarse, apareció su amigo que había estado esquiando en los sitios más recónditos y al verle le dice que se deje de tonterías pues como realmente se aprende es subiendo a las pistas. Así, que va a la taquilla a comprar un forfait que le cuesta cuatro mil pesetas, hala ya puede subir en los remontes mecánicos. En el telesilla, le acompaña su amigo que, por cierto, se llamaba Juan Sin Miedo, ahí le cuenta todas sus hazañas sobre los esquís. Esto ya es otra cosa, ahora va a esquiar de verdad aunque menudo frío que hace ahí arriba. Por supuesto al bajarse del telesilla, Pepe, que no tiene ni idea, se cae y le pega en la cabeza la silla, no importa, por lo menos ya está en lo alto. Pero al ver la pista, a nuestro desgraciado amigo se le ponen de corbata, Juan Sin Miedo le envalentona con frases heroicas y siempre relativas a los genitales masculinos, incluso para demostrarle lo fácil que es esto, le hace al lado mismo un par de requiebros que dejan a Pepe boquiabierto. Y ahí baja por fin encomendado a la Virgen Santa, efectivamente, no mantiene el equilibrio ni tres metros seguidos, de girar ni hablamos. Después de "rebozarse" en la nieve más de cuarenta veces parece que algo ha aprendido, incluso ya empieza a hacer algo similar a la "cuña". Pepe está agotado, empapado, congelado y le duelen los pies, para colmo se ha puesto a nevar. Esto empieza a no ser divertido y, en uno de los muchos intentos que ya lleva, ha vuelto a perder el control con tan mala suerte que embiste por detrás a una chica que también esquiaba. Ya ves el numerito, a los dos les tienen que llevar en camilla al centro médico de la estación. La chica se ha roto dos costillas y tiene una lesión de cadera, su novio quiere currar a Pepe, Pepe tiene una rotura de ligamentos en una rodilla y Juan Sin Miedo no aparece por ningún sitio porque ya antes le había dejado solo en la pista. Seis meses después de todo esto Pepetiene que ir a rehabilitación a curarse la rodilla (que paga él porque no tenía seguro de esquí), aparte tiene una denuncia por temeridad y encima su amigo Juan le insinúa de vez en cuando que le tiene que pagar unos esquís nuevos porque en el accidente perdió uno de los que le había prestado. Y claro, después de todo esto, ya no quiere ver unos esquís ni en pintura. Quizá ésta sea una historia un poco exagerada pero no te creas que va demasiado desencaminada. La experiencia de algunas personas en su primer día de esquí no fue muy diferente, suficiente como para no volver a hacerlo. Y es que esquiar aunque es una experiencia muy gratificante, no por ello deja de ser un deporte con ciertos riesgos si no tenemos cuidado. Asimismo, aunque el esquí es fácil de aprender, también es un deporte muy técnico y que sobretodo al principio requiere de un profesional que nos enseñe. Así que ya sabes, hay que prepararse para que esquiar sea la mejor experiencia de nuestra vida.