Tras los sinsabores de la pasada temporada pensábamos que por fin ésta iba a ser la buena, la que nos resarciera por todo lo sufrido... pero no; de eso nada, monada. La Pinilla sigue en sus trece de hacernos aguantar todo tipo de infamias meteorológicas. Como reza el título de esta entrada, parecemos el protagonista de la película El día de la marmota, que se despierta un día tras otro y siempre le ocurre lo mismo. Pues nosotros siempre estamos con la misma canción: un día cae una esperanzadora nevada, que nos hace ilusionarnos con que "ya empieza la cosa", y al poco la */?#!!%& lluvia hace de las suyas y lo lava todo todo. Al menos podía ser lluvia marca "Ariel", que lava más blanco, pero no; es lluvia caliente que se funde la nieve y nos deja la montaña de color marrón. Eso, un marrón tras otro es lo que nos tragamos cada temporada.
Para los incrédulos, así estaba La Pini el pasado día 8 de noviembre:
Y así quedó el día 8 de diciembre; sí, exactamente un mes después:
Duele ¿verdad? Pues eso.
...Ah, y lo peor de todo tal vez es recordar cómo estaba la estación el día 29 de noviembre:
Lo dicho, que una y otra vez volvemos -ya no sé si a tropezar con la misma piedra o con la misma nube- a quedarnos con la miel en los labios. Y como Sísifo, nos tocará una y otra vez subir la montaña y comprobar con amargura que la lluvia nos empuja hacia abajo.
Qué manera de sufrir...