Bueno, ya he regresado a casa después de una más que accidentada travesía. He aquí el relato por partes:
Día 1 (lunes 30 marzo): boca sur del Túnel de Vielha – refugio de la Renclusa por el Coll de Mulleres (2.939m).
Salimos a las 7 y pico de la boca sur del túnel por la Pleta de la Rasa (1610m). Día desapacible, con el Tuc de Mulleres que se esconde entre las nubes, viento fuerte del W/NW y temperaturas altas (nos llovería a 2900m!!).
A medida que vamos subiendo por este peligroso valle (según Marc Breuil, autor del libro “La Travesía de los Pirineos con esquís”, esta etapa hasta el refugio de la Renclusa es la más seria de toda la Trans-Pirenaica) el tiempo va empeorando.
Decidimos pasar el paso clave por la vertiente S (izquierda), flanqueando las canales de hasta 40º. Este paso es peligroso por posibles aludes de placa, pero la otra opción (vertiente norte) está llena de aludes de fusión y coladas. Y teniendo en cuenta el tiempo que tenemos hoy (lluvia y temperaturas altas) un alud de fusión es más probable que un alud de placa.
Llegamos al refugio libre de Mulleres (2.360m) bastante mojados. Ahí nos encontramos a dos montañeros que han pasado la noche allí, han intentado subir al Tuc de Mulleres y han desistido antes las malas condiciones y están retirándose. La verdad es que a partir de ese punto haremos toda la ascensión a ciegas (visibilidad de 10 metros en el mejor de los casos) y guiados únicamente por el GPS. El viento sopla con mucha fuerza y el ruido que hace es ensordecedor.
Proseguimos la marcha hacia arriba a golpes de gps y de voluntad. En un par de ocasiones nos quitamos los esquís para subir palas más empinadas e intentar acortar el itinerario. La nieve está sopa por lo que las posibilidades de resbalar son pocas, y eso ayuda a la hora de hacer las vueltas maría más críticas.
Al final llegamos a la base del collado con una visibilidad casi nula y un viento que ruge más que un
Balrog. Volvemos a quitarnos los esquís y, mientras ascendemos por la rampa final a pata, oímos (porque verlos es imposible) como caen un par de aludes bastante cerca de donde nos encontramos.
En el collado (2.945m según mi gps) hacemos la transición a cuatro patas para no salir despedidos por el viento y empezamos a tirar hacia abajo con esquís en los pies. La visibilidad mejora ligeramente pero la nieve está horrible. Una mezcla de sopa y costra. Bajamos haciendo largas diagonales y girando en cuña. Por suerte a medida que bajamos, salimos de la nube y la visibilidad mejora, pero la nieve y el viento no.
Finalmente llegamos a la zona del Forat d’Aigualluts (2.000m) bajo un sol radiante y una suave brisa. Parece que estemos en otro planeta. De paso admiramos el Aneto que luce en todo su esplendor. Ponemos pieles para subir 200m de rampa (se hicieron interminables) y bajamos finalmente al refugio de la Renclusa cansados pero satisfechos.
En resumen: subida difícil por las condiciones de tiempo, bajada horrible por la nieve y la falta de visibilidad en el tramo superior (me mareé como una sopa) y, si no llega a ser por nuestro guía
Jon, de Huellas Blancas) y su buen hacer (impresionante la calma, técnica, experiencia, conocimiento de la montaña y tranquilidad en los peores momentos), seguramente aún estaríamos perdidos por ahí arriba. Al final han sido muchas horas y 1800m de desnivel positivo.
Día 2 (martes 31 marzo): refugio Renclusa – Aneto – Refugio Renclusa
Paso muy mala noche y me levanto sin fuerzas. Decido no subir e hice bien, pues me pasé todo el día en el baño, a ratos sentado y a ratos de rodillas. No consigo retener nada de comida. El día anterior me encontré flojo pero pensaba que era un problema de mala digestión de la cena o que algo me había sentado mal, pero ahora está claro que no es eso y que debo tener algún virus estomacal. Por suerte estoy en un refugio guardado, con comida, agua, calor y unos guardas muy amables. A ratos salgo delante del refugio y la gente que va llegando lleva mala cara. El día es espléndido aunque se nota que por arriba hace viento, pero a la altura del refugio no ha helado nada de nada y la nieve está sopa desde primera hora de la mañana. Veo a gente que incluso se pone los esquís en la chepa a media bajada. Luego llegan mis compis y emiten su veredicto: nieve costra peligrosa arriba y nieve muy papa abajo. Ni un solo giro bueno. En la costra todo el mundo bajaba haciendo diagonales y vueltas maría, y en la nieve papa en cuña. Además ha habido un par de aludes de fusión en la zona baja provocados por los propios esquiadores, y uno de ellos se ha llevado a uno de mis compis (I.) durante un trecho (sin ninguna consecuencia grave excepto el susto). El otro compi (G.) –el único que no había estado en el Aneto antes- ha hecho cima con Jon mientras que el I. les esperaba en la antecima. Y como suele ocurrir, han presenciado muchas escenas peligrosas en el tan infravalorado Paso de Mahoma debido a la acumulación de gente y a la inexperiencia de algunos. He aquí algunas fotos de ese día:
Me consuela pensar que no me he perdido una buena esquiada, pero tengo envidia (sana) pues por muy malas condiciones de nieve que haya habido, un día en la montaña siempre es mejor que un día sentado en la taza de un retrete en un refugio.
Día 3 (miércoles 1 abril): refugio Renclusa – Coll d’Alfred (2.875m) – boca norte del Túnel de Vielha
Segunda noche mala; aunque creo adivinar una ligera mejoría ni de lejos estoy como para realizar el viaje de vuelta, y menos cuando el grupo tiene prisa pues G. tiene que estar en Vielha antes de las 17h30 para coger el último autobús. Así que mientras Jon y mis compis tiran para arriba, yo bajo tranquilamente hacia los Llanos del Hospital -por la Besurta, en 1h15m- donde un taxi de Benasque me devolverá a la furgo que hemos dejado en la boca sur del túnel de Vielha. Cuando me reencuentro con ellos en Vielha me cuentan que la subida fue muy bien. Heló bien por la noche y la nieve estaba dura y el riesgo de aludes muy bajo. En el Coll d’Alfred se encontraron con que todo estaba helado, hasta tal punto que tuvieron que bajar derrapando y encordados, pues la primera parte es muy expuesta y una eventual caída hubiera sido fatal. Luego abajo en el valle del Riu Nere la nieve ya había transformado y pudieron hacer algunos giros, pero la bajada les dejó con un sabor de boca agridulce pues no las tenían todas consigo. Una vez más la experiencia de ir con un guía seguramente fue fundamental para que no pasase nada. He aquí algunas fotos:
Y eso es todo. Al final fueron tres días intensos, bastante frustrantes para mí los dos últimos, en los que no tuvimos ninguna esquiada decente… pero en los que el paisaje, la experiencia y el aprendizaje seguramente compensaron la falta de bajadas antológicas (al menos para mí sí!).
Y un consejo: si os queréis iniciar en el mundo de la travesía, pensad que hacer travesía es mucho más que simplemente bajar por nieve no pisada, e
id de la mano de un guía profesional cualificado. Y si como yo ya lleváis un tiempo haciendo travesía que no os dé vergüenza/reparo, cuando vais a hacer cosas más difíciles que las que hacéis normalmente y/o en terreno desconocido, ir de la mano de un guía. En el refugio de la Renclusa había un grupo de austríacos y suizos, todos de 40 tacos para arriba, que esquiaban como dioses. Se notaba que llevaban muchos años gastando pieles de foca... e iban acompañados por dos guías (franceses, pues estaban haciendo un tour de varios días por los dos lados del Pirineo)! A veces tengo la sensación de que en nuestro país ir con un guía es un síntoma de debilidad o de inexperiencia. Pues bien, quizá seré débil e inexperto, pero quiero estar seguro de regresar a casa vivito y coleando …y habiendo disfrutado lo máximo posible.
Gracias a Jon a I. y a G. por su ayuda y paciencia conmigo. Casi todas las fotos son de Jon y las cuelgo con su permiso expreso.
Tenéis más información sobre la zona del Mulleres en este enlace: [
lameteoqueviene.blogspot.com.es]
El track del gps del primer día aquí: [
es.wikiloc.com]
