Hacía cinco años que no iba a Valdezcaray y no me he podido sentir más decepcionado que estos dos días. Voy a hacer un resumen porque es de traca:
Llego a la estación a las 9:15. Mención especial a la limpieza del aparcamiento, totalmente helado y peligroso, sin haber echado sal.
Voy a comprar el billete y sólo una taquilla abierta, con una cola monstruosa. Una hora para comprar el forfait, la gente enfadadísima, lamentable. Al final abrieron otra, pero aún así, teniendo seis taquillas estar sólo dos con lo que había, en fin. Se ve que contratar gente de refuerzo debe estar prohibido.
Tras comprar el forfait y, tras esperar otra cola, llego al alquiler. Otra media hora de cola, aunque menos caos organizativo.
Empiezo la clase tarde 15 minutos pese a haber subido con 105 minutos de antelación (soy poco precavido), y bien, al menos, por el profesor (chico majo y atento, aunque no me acuerdo del nombre).
Acaba la clase, y al intentar subir a Colocobia (que según el panel luminoso de abajo y la webcam, estaba abierta) me dicen que está cerrada por viento, pero qué cosas de la vida, Campos Blancos estaba abierto y no parecía que soplara demasiado fuerte. En eso se veía a gente trabajar en la telesilla, me supongo que intentando hacer de parapeto al viento y poder abrir, que nadie piense que les había pillado el toro, que lo tenían todo preparado.
Hoy subo otra vez, con Colocobia abierto según la web, pero vaya, también hacía viento selectivo. Cuando bajo veo que han cerrado la silla en la web, pero la pista sigue abierta.
Me supongo que estarán subiendo a la gente en moto de nieve a la cumbre o en Ratrac.
Mañana subiré también, pero lo primero que haré será poner una queja en la oficina (aunque será papel mojado, al menos me desahogaré) porque me parece bochornoso que una estación funcione así de mal, por lo que dudo que vuelva próximamente a la estación en la que aprendí.
