Intento al Caballo. 13-4-13
Hola. El sábado mi Sra. Suegra fue a hacer un curso de cocina macrobiótica a Vélez Benaudalla, y necesitaba que alguien la llevara. Tenía que estar allí a las nueve de la mañana. No tardé ni 10 segundos en ofrecerme voluntario. Y en ese tiempo ya había organizado mi siguiente excursión a la sierra: salir de Vélez a las nueve y tirar para Nigüelas hasta la zona de Echevarría, aparcar a pie de nieve y subir al Caballo para estar de vuelta en casa a media tarde.
Pues nada, llega el día y para allá que vamos. El centro “Las Torcas” está en un camino rural con un acceso no muy claro desde la autovía, así que llegamos justillos, dejé a mis pasajeras y tiré para arriba. Por cierto, vaya vistas que hay desde esa zona hacia el Caballo. Esta foto del día siguiente, desde el lugar donde comimos:
Toda la comida fue con esas vistas.
La pista de la solana está muy mala. Hay muchos puntos en que es muy comprometido meterse con un turismo, por regueras de haber pasado agua, por piedras sueltas en lugares de mucha pendiente, o por roderas de otros vehículos en barro que han dejado unos agujeros que dan miedo. Desde la parte alta del camino, antes de llegar a Echevarría, las vistas eran así:
Por eso decidí seguir en dirección a la dehesa de Dúrcal, buscando nieve más baja en la umbría, y dejé el coche antes de un sitio por el que directamente no me atreví a pasar. Casi hora y media desde Nigüelas. A las 11:00 eché a andar, otra vez cargado como una mula. Al poco llegué a una cancela, y continué hasta sobrepasar un corral de ganado, donde había cuatro todoterrenos aparcados. “No estoy solo”, me alegré.
Un poco más adelante comenzaba la nieve en el camino, no así en la ladera; había que seguir progresando por el camino, en suave cuesta arriba, por donde había otras huellas de esquís anteriores. Los esquís me los puse a las 11:30. Media hora de porteo. Bueno, no está mal.
Avancé un rato por el camino que va junto a la acequia de los Hechos, hasta que tras una curva el camino se acaba. Creo que es el barranco del Caballo. En ese punto había bastante nieve continua hacia arriba, y por ahí comencé a progresar hacia arriba. Esto serían las 12:00 más o menos. La pendiente era fuertecilla y la nieve estaba bastante blanda. Comenzó a soplar viento. Por delante, a lo lejos distinguí a dos personas que subían, creo que sin esquís, no estoy seguro.
Tras un rato subiendo, casi todo el tiempo con una pendiente lateral “interesante”, llegué a un punto en el que los esquís se me iban para abajo por la nieve tan blanda, deslizando lateralmente. El canto no agarraba porque la nieve no tenía consistencia. Me paré.
Hacia adelante parecía que la cosa continuaba más o menos igual:
Así que, tristemente, decidí darme la vuelta. Además, me di cuenta de que no llevaba el móvil.
Darme la vuelta. Espérate, ¿cómo se da la vuelta aquí? Amoavé, hay bastante cuesta y al fondo un barranco.... bueno, no pasa nada..... el vientecillo molesta, comencemos por ponernos algo de abrigo.... joer, que follón es sacar el chubasquero de la mochila cuando llevas además colgada la bolsa de las botas.... bueno, lo consigo sin que se me vaya nada para abajo. Pero sigo mirando para arriba. Tengo que dar la vuelta. ¿Vuelta María?¿Qué dices?, con la cuesta que hay, tropiezo y me veo en el fondo del barranco.... Bueno, no hay prisa, me espero a que venga el helicóptero y que me saquen de aquí, si seguro que no tardan. Pero mejor esperaré sentado. Voy a hacerme un asiento escarbando con el bastón en la nieve. Como está blanda, no cuesta trabajo. Me queda cómodo.
¡Ah! Ahora que tengo una superficie horizontal ya puedo manejarme mejor. Así puedo fácilmente darle la vuelta a los esquís, y comenzar a bajar. Pero aún voy con las pieles puestas. Y con las fijaciones sujetas, claro. Bajo un poquito hasta una zona más llana, y ahora sí, en tierra firme, quito las pieles para bajar esquiando en condiciones.
Y ahora bajo lo que antes había subido. La nieve me gusta para esquiarla, es primavera cremosa muy agradable.
Llego al camino y sigo esquiando hasta el punto donde me puse los esquís, esquivando alguna que otra “trampa”:
Y vuelta a portear, cargado como una mula. Ahí al fondo se ve el corral y los coches (no el mío, que está más abajo).
A las 14:00 llego al coche y tiro para abajo, con una sensación de ¿fracaso?¿tristeza?¿alivio?
¿Alivio? Espérate, que todavía tienes que pasar con el coche por todos los baches, roderas, y tal...
A la altura de Echevarría, justo donde está la señal de Parque Nacional, veo algo en el camino, que parece un ojo. ¿Qué es eso? Me bajo.
Si no me equivoco, son bolas del cojinete del palier de un vehículo... ¡qué yuyu!
Bueno, vamos despacito, que queda una hora de bajada.
Llego sin novedad a Nigüelas a las 15:00. Mientras bajaba, me llama la atención el embalse de Béznar, lleno de agua. Vamos a echarle un vistazo. Me paro en lo alto de la presa, y, ¡qué preciosidad! ¡Qué espectáculo!
Con un cañón así se inniva toda la estación en una noche....
Desde abajo la vista es aún más espectacular:
Bueno, tiro para casa. Al cruzar sobre el otro embalse, por el rabillo del ojo veo algo. Decido echar un vistazo y me paro en la presa de Rules.
La vista del Caballo es, también, espectacular:
Pero no es eso lo que me llamó la atención, sino esto otro:
¡Hay gente haciendo windsurf en el embalse! Y no veas cómo le dan... no son principiantes, no.
Y yo que creía que el baño y la navegación no estaban permitidos en este embalse....
Pues nada, hay que ver lo que da de sí la nieve: la esquiamos, la escalamos, la navegamos, regamos, nos la bebemos..... el ciclo del agua.
Pues nada, espero que os haya gustado.
Un saludo
Almería 2005. Juegos Mediterráneos...
.....¡De invierno!