nevasport.com

Javi
Enviado: 06-07-2002 08:07
ASNOA: LA SALVACIÓN DEL ALPINISMO

DESNIVEL, REVISTA DE MONTAÑA, NO 33, DICIEMBRE DE 1987

Este artículo fue escogido como uno de los 20 mejores artículos de la revista DESNIVEL, (quizás la más importante del mundo en su género), para la publicación de un libro conmemorativo de los 20 años de su fundación. Fueron 17000 las páginas revisadas para esta antología.

Hoy, 7 de octubre de 1897, es un día grande para las montañas y para la ética universal. Asumo con humildad mesiánica, pero con tal susto, la tarea de renovar el alpinismo. Sé, y el saberlo me crispa de escalofrío más que de alegría, que muy pronto, hablando de montañas y de escalada, se dirá: antes del 7 de octubre y después del 7 de octubre de 1987, por supuesto. Otros pronunciarán, en vez de la fecha, mi nombre. Me resigno. Pretendo también, suprimir de un plumazo, (olivettazo) la tercera parte que añadí a un conocido refrán que así reza: "Diez pescadores, diez cazadores, diez alpinistas, treinta mentirosos". La histórica propuesta es sencilla y raya en lo elemental, como lo verdaderamente grande: crear un grupo de jueces que atestigüen en las cumbres la verdad real y total de lo ocurrido. Así de simple. Entonces se acabarán las mentiras totales, las medias verdades, que suelen ser peores que las mentiras absolutas, las acomodaciones, las explicaciones, lo que se pretende dar a entender, las complacencias, ciertos silencios y complicidades, las forzadas justificaciones ante los patrocinadores, y por qué no, se terminará de una vez por todas "el mal tiempo que se nos echó encima y nos hizo absolutamente imposible coronar la cumbre". ASNOA (no confundir con otras tribus) será augurio de mejores tiempo técnicos, étnicos y meteorológicos. SELECCIÓN DE CANDIDATOS Alguien, un organismo que en su día estableceré (perdón, estableceremos) y que podría ser la ONU, la UNESCO, la OIT, la FMF (Federación Mundial de Filatelistas, o sea, coleccionistas de esputos internacionales) o en su defecto el PSOE, o en ultimísimo caso la UIAA, convocará a los interesados. Estos deberán ser abogados, porque el abogado ama y da su vida por la justicia y la honradez. En caso de insuficiencia en la comparecencia (no es rima ni verso, es simple ocurrencia) de candidatos, se convocará a cualquiera que se someta a un curso acelerado de amor a la justicia y a la honestidad, al estilo de los manuales ultra rápidos que venden en las librerías y que ofrecen: Napoleón en 5000 palabras, Chino en 8 días (o sea, que aprenda chino en ese tiempo), o Vida Sexual en media hora (¡muy poco tiempo!). Concluye la fase ética de la preparación con un blanqueado del cerebro y sobre todo del alma, para que el candidato sea inmune a las jugosas ofertas en dólares, o incluso pesetas, que vengan y que vendrán -téngase por seguro- de las firmas comerciales que patrocinan o de los expedicionarios mismos. ¡No los conociera uno! Aprobados los exámenes de amor a esas virtudes, el candidato ingresa en el terreno de la preparación técnica, en dos aspectos: uno, el estado físico a toda prueba, y el otro, sus condiciones de escalador y descendedor. Esto último porque subir montañas no es solo subirlas; es subirlas y estando arriba, sobre todo, bajarlas. (Podría concluirse que, en alpinismo, subir es bajar). El estado físico no abarca solamente corazón y pulmones; el estómago, olvidada víscera, es parte vital. El miembro de ASNOA, cuando haya comida comerá y cuando no haya no comerá. Que traducido en buen romance quiere decir: sabrá incluso aguantar hambre. La pérdida de peso deberá manifestarse en ganancia de lucidez mental y sobre todo de ética. Otro aspecto totalmente olvidado por los alpinistas es saber soportar el frío. El candidato de ASNOA deberá también, poseyendo las prendas adecuadas, prescindir de ellas en la proporción justa y, sin ofender el pudor, de modo que se haga, en cierta medida, menos dependiente del binomio calor-frío, factor limitante para muchos alpinistas. Con una ética a prueba de cañonazos de todo calibre monetario y un fisco de hierro, del bueno, nuestro candidato estará más allá del bien y del mal, del hambre y del frío y de otras cosillas. En el estricto dominio de la técnica estos guardianes de la ética alpinística serán reclutados entre los mejores roquistas, nievistas, hielistas, todogradistas, esquistas (de esquí), rapelistas o rapelonistas, aladeltistas, parapentistas, amén de senderistas (no luminosos como en el Perú, sino de randonnee, que dicen los vecinos), fotografistas y, para estar al día, a tono y al loro, escalodeportistas. Poseerán además estoicas e incisivas nociones de médico-forensistas, amputaciones y autopsias (escribir bien esta palabra, no es autopistas). Un poco, o un mucho para ser exactos, la versión alpina del ubermemsch (superhombre) que proponía este chaval alemán de apellido Nietszche. LA TARJETA BLANCA ¿Qué harán los guardianes y depositarios de la hasta hoy moribunda o extinta ética alpinística? Un rito muy sencillo que se convertirá en rutina, pasada la primera novedad. Sacarán tarjeta de color blanco inmaculado, como la nieve, a los que lleguen a la cumbre o al punto más alto. Allí anotarán vía, hora, número y nombre de los alpinistas, y demás datos que juzguen de interés. Leerán lo escrito al exhausto y reducido auditorio, y firmarán todos, ellos incluso y se estampará el sello de ASNOA (Asociación de Notarios Alpinistas). Hay que llevarlo, el sello. El funcionario añadirá los detalles que considere oportunos e interesantes y si está inspirado podrá componer un poema a la grandiosidad del viaje y a "la armonía perfecta que ha reinado entre los miembros de la expedición" y formulará el deseo a los dioses de los Himalayas consistente en que al regreso y en las calles y vida diaria, los componentes de esta expedición, por lo menos se hablarán y que lo narrado en las proyecciones de diapositivas coincidirá con los relatos a los amigos íntimos. Volvamos a la cumbre y a la ceremonia de la Tarjeta Blanca. El canto del himno de Nepal, de Afganistán, de la China o mejor del Tíbet, de las Naciones Unidas, de España, el Barras y Garrotes por siempre, el Cara al Sol sin crema protectora, Allons enfants de la patrie, la Internacional, el God save our gracious Queen, el del propio club o el de mi pueblo, es opcional y dependerá del oxígeno. Los expedicionarios podrán entregarse a todas las manifestaciones de alegría que deseen y que no excedan los límites de la moral y de la altura. Al regreso, la Tarjeta Blanca engrosará el archivo de ASNOA y servirá de testimonio, por lo que pueda ocurrir y quizás ya no volverá a ocurrir, y de material imprescindible de consulta para periodistas, hacedores de libros y de historias. Copia de ella se enviará a todas las federaciones de alpinismo del planeta y de la luna, cuando esta sea escalada. Igualmente a las revistas especializadas y buenas que publiquen fotos de color. ANTECEDENTES NOTARIALES Mi propuesta, si he de ser sincero y humilde -quiero ser ambas cosas-, tiene algunos remotos cuasi-antecedentes históricos, en dos de los llamados iniciadores del alpinismo: Antoine de Ville, calificado por algunos como precursor y por otros como auténtico fundador del alpinismo, y Edward Whymper, el legendario escalador victoriano del Cervino y padre del alpinismo moderno, según otros. Los reyes de antes sufrían de veleidades y caprichos reales. (Esto suena a pleonasmo. Consúltese esta palabra). Pues bien, Carlos VIII, que se negó a apoyar las locas ideas de Cristóbal Colón, viajando un día hacia Italia, contempló, despejada, "contra un cielo escandalosamente azul" (esta frase es mía y me gusta, aunque es tonta), la mole del Mont Aiguille, llamado también Mont Inaccessibilis, por eso, porque era inaccesible. En realidad no era inaccesible porque nadie había osado hasta entonces medírsele. Me atrevería a apostar que el monarca contempló la cumbre desde el sitio en que se la ve como una perfecta aguja. De otro ángulo su perfil no es tan perfilado (Estamos?). Pues bien, quedó preso de un éxtasis, de un orgasmo cósmico e inmediatamente concibió la idea de escalar la montaña. Que la escalara otro, por supuesto. Las cosas de los reyes son así y hay que perdonárselas. Ordenó entonces a su chambelán, Antoine de Ville, que coronara esa aguja. Y como donde manda rey no manda alpinista, nuestro simpático Antoine, "gabacho él", subió la pared. Fue un auténtico escalador, o si se prefiere, un auténtico escalerador, porque utilizó escaleras de madera y de mano. Olvidaba decir el año: 1492, una fecha memorable en la historia universal y española, y también sudamericana. Antoine de Ville desde arriba, a grito y pulmón batiente, hizo saber, por medio de un mensajero, al presidente del parlamento de Grenoble, que no bajaría hasta tanto un notario -si señor, un notario- no llegase hasta el Mons Inaccessibilis, para atestiguar la obediencia a la orden del rey "mi señor". Pasaron tres días y sus noches... menos mal que en la cumbre había una pradera, además de buen tiempo. Incluso encontraron chamois, o sea, rebecos (monte inaccesible!) y "pajaritos salvajes de tres colores a saber, rojo, rosado y gris". El capellán que subió, un cura alpinista, celebró, "el Santo Oficio en honor de Dios Padre y de la virgen María y de toda la corte celestial. A continuación cantaron el Te Deum, la Salve Regina y numerosas oraciones". Llegó por fin el enviado del parlamento y "se contentó con un proceso verbal al pié de la pared y se regresó asustado". Atestiguó haber visto las escaleras, empotradas en las grietas, y en la cumbre a Antoine de Ville y sus "compañeros de expedición" que se comunicaban con él gritando. Era el 26 de junio de 1492, cuatro meses antes del llamado Descubrimiento de América. ("Nosotros ya nos habíamos descubierto", dijo recientemente un indio de Colombia, cuando le preguntaron por el significado del Quinto Centenario). Igual preocupación, la del notario, si bien no llegó a materializarla mostró Edward Whymper en los Andes del Ecuador. El inmortal escalador del Matterhorn (no tan inmortal, porque murió a principios del siglo XX) resquebrajada el alma por envidia y maledicencias, a raíz de su triunfo y tragedia de 1865, quería aseverar ante su notario su ascenso al Chimborazo, al Cayambe, al Cotopaxi, al Antisana, al Tungurahua... en el Ecuador. NOTARIOS SIN ALMA La segunda tarea del funcionario de ASNOA es servir de testigo fiel en las tragedias, cuando las haya. Para ello se le exigen incorruptibles conocimientos como autoptista (no escribir aquí carretera), médico forensista y entender de las incisivas técnicas amputacionistas. Como tal, el notario alpinista no tendrá corazón para compadecerse ante las congelaciones y cadáveres. Siendo así que él deberá atestiguar cómo se produjo la catástrofe y la responsabilidad que a cada uno cabe en ella, no podrá en ningún momento prestar ayuda a heridos, edemados, aludados (de alud), congelados o despedidos. ¡Nada! Si participa ayudando no podrá luego testificar porque no puede ser a la vez "juez y parte". Esta es norma de derecho universal aceptada por los hunos (que eran tan malos) y por losotros, por los negros y blancos, por los rusos y por los gringos, por los republicanos y por los del otro bando, por los moros y los cristianos. Su corazón será de roca y de hielo. ASNOA diseñará mecanismos e implementará ejercicios para ir poco a poco secando, petrificando, insensibilizando y momificando el corazón de sus miembros. La emoción, desde las cavernas hasta la edad de la cibernética, ha sido mala consejera y el enemigo público número uno de la justicia. Y no ahondemos por hoy, en el sanguinolento tema. SISTEMA MÉTRICO Los notarios alpinistas de cultura anglosajona deberán pasarse al sistema métrico, único válido en las Tarjetas Blancas. En el material del funcionario, el primer instrumento será el metro. Con él medirá y nos dirá si fueron 3, o bien 3.1416, o tres y medio, o 148 exactamente, o 743 los metros que faltaron para llegar a la cumbre. Los medirá uno tras otro, uno encima o debajo del otro. El uso del sistema métrico no es capricho. Cuando a esa altura los pies están casi congelados o a punto de tal, medir en pies (feet) es imposible. Se obtendría una medida de mal color, olor y aspecto. Es cuestión de simple lógica. El rigor del metro se opone, pues, al más o menos de muchos alpinistas. ACTA NOTARIAL O SHOW DE LA CUMBRE ¿Cuál es el puesto del notario alpinista en la caravana? Se contemplan tres modalidades. Podrá adelantarse a la escalada o a la expedición misma y esperar en la cumbre la llegada de los alpinistas. Qué hará mientras tanto allí es cuestión de su inventiva y manera de matar el tiempo: leer historias de terror, cantar, saltar, escribir sobre la frialdad del mundo y los malos vientos que corren, salir a dar una vuelta, sacar el perro a hacer pis de cara o de pis al glaciar Baltoro por ejemplo, o al de Rongbuk; podrá incluso pensar y hacer necesidades menores; podrá pintar acuarelas (más exactamente hielo-relas o nieve-relas, porque allá no hay acua) de todos los ocho, siete y seismiles del horizonte. En fin, no se aburrirá. En caso de abrir una vía primerísima, nueva, directísima, superrectificada, etc., el notario alpinista renuncia, por estatutos, a su homologación. Su oficio es ser testigo, no lograr primeras. En tal caso evitará en lo posible dejar huellas, cuerdas, banderines etc., que faciliten la labor de los escaladores que vienen detrás y que serán los poseedores de la primera. De corazón insensible, como debe ser un auténtico notario alpinista, la vanidad de abrir vías no es lo suyo. El funcionario podrá también ascender acompañando a la expedición, pero en ningún caso ayudará en las labores técnicas o de acarreo de materiales. ¡Nada! La tercera modalidad de testimonio se logrará subiendo inmediatamente detrás de los triunfadores, quienes habrán dejado arriba constancia de la llegada: nombres, horarios, etc., y, según la nacionalidad del notario, alimentos perecederos: queso si es suizo, turrón si español, lasagna si italiano, arroz si nipón, cerveza si alemán, bebidas alcohólicas si inglés, chicles si gringo, maná si judío, El capital y el trabajo si ruso; nada si vegetariano. PAGO A LA ALTURA DE LAS CIRCUNSTANCIAS Es ASNOA la directamente responsable de ello, con los dineros que recibe de las cuotas anuales de las federaciones y clubes adscritos. Podrá aceptar donaciones de particulares o entidades, pero nunca de casas comerciales patrocinadoras de expediciones. Una tarifa rigurosa establecerá más altos horarios para los notarios alpinistas que opten por el primer método, a sea esperar en la cumbre la expedición. Y se añadirá un suplemento porcentual según el número de días de espera. Parece obvio que un notario alpinista que espera a sus clientes en la cumbre del Everest durante 15 días debe recibir más dinero (que irá seguramente a la postre a manos de médicos y hospitales) que quien solo se adelantó unas horas o acompañó a la expedición. También la tarifa distinguirá las alturas: una cosa es esperar tres semanas en la cumbre del K2, y otra en el Yelmo de la Pedriza, y así sucesivamente. De todos modos el pago será generoso. Habrá un salario básico mensual para prevenir la época de inactividad alpinística. La alimentación, el alojamiento, la correspondencia y compra de postales y souvenires exóticos, ciertas salidas nocturnas de los hoteles, los gastos que ocasione el viaje de la esposa -si viaja- del notario alpinista, corren por cuenta de la expedición, exactamente como si fueran directivos del ajedrez en tiempo de Campeonato Mundial. Consúltese esta reglamentación. OBLIGATORIEDAD OPCIONAL DE ASNOA La utilización de los servicios de ASNOA no es obligatoria; la expedición que los desee deberá solicitarlos por escrito con un mes de entrenamiento de anticipación. ASNOA se reserva el derecho de nombrar al notario alpinista acompañante y no aceptará sugerencias de nombres, ni tampoco vetos. ¡No faltaba más! Por lo demás, la Tarjeta Blanca es imprescindible para que una escalada o nueva vía sea aceptada internacionalmente. De esta manera, alpinistas quedan algunos que todavía escalan por amor a la montaña (!), por sentirse inmersos en la armonía cósmica, por vivir íntimas alegrías "lejos del mundanal ruido que del oro y el cetro pone olvido", por todas esas cosas melosas y trascendentes, etc., etc., etc., y otra vez etcétera, al manifestar su desprecio por las primerísimas, absolutas y supervariantes, no necesitarán ni utilizarán los servicios de ASNOA. En la solicitud de prestación del servicio la expedición hará constar expresamente que los mueve "el ánimo de figuración y, ojalá, el lucro". LOS "PONOS" ¿Qué ocurrirá si la práctica enseña que los notarios alpinistas venden su Tarjeta Blanca a expedicionarios o patrocinadores? Es posible que el frío de los ochomiles en vez de endurecer más su corazón, lo reblandezca. Para esta triste eventualidad tengo prevista la creación de un cuerpo policial, los policías notarios alpinistas, para vigilar a los notarios. Su reclutamiento y preparación será exactamente igual, menos en un detalle: el blanqueo y el lavado de su corazón será doble y con soda cáustica más concentrada. Para abreviar, a los notarios alpinistas se los denominará Nos y a los policías notarios alpinistas, los Ponos. Y si, los dioses del Himalaya no lo permitan, la venalidad (consúltese por favor este vocablo) llegase a hacer mella en los incorruptibles Ponos, la organización prevé la creación de los super policías notarios alpinistas, los Suponos. Y así sucesivamente... La preparación de éstos últimos incluye un super lavado de cerebro y de alma que los dejará prácticamente sin ésta última. (Que tampoco hace falta! Los hombres del siglo XX la han perdido y así viven!) El proceso se denomina: desalmamiento fase P (sin traducción decente). De este estado a la rigidez cadavérica solo hay un pelín. FRIALDAD PUNITIVA Los funcionarios de ASNOA sorprendidos vendiendo datos de la Tarjeta Blanca o compadeciéndose y ayudando en casos de accidente serán sometidos a castigos, a la altura de nuestra institución. La lista forma parte del secreto de ASNOA. Pero se filtran nombres como: caída libre cara norte, empujón tipo Rupal, nudismo ochomilero, metódica amputación total con sal al gusto y al unte, menú con hielo inyectable intravenoso aguja calibre 38 largo y otras exquisiteces variadas de la casa. ASNOA: LO MÁXIMO ASNOA es, pues, una propuesta seria, redentora del alpinismo. Con ella se cumplen cuatro metas históricas: 1) Acabar de una vez por todas con las mentiras de los alpinistas y reducir a cotas aceptables las envidias. 2) Rendir por parte del alpinismo un homenaje al Quinto Centenario de la obediencia de Antoine de Ville y también al mismo centenario del Descubrimiento de América (Aconcagua, Cerro Torre, Fitz Roy y compañeros, Huascarán, muy fácil, Chopicalqui, que subieron unos amigos míos, Chacrarajú, repetido por primera vez por otro amigo mío a los 16 años de la primera de Lionel Terray, Volcán Arenas del Nevado del Ruiz, Sierra Nevada de Santa Marta, todos los indios y yo. 3) Ayudar a erradicar de raíz (o sea completamente) el desempleo, cáncer de la economía mundial. La utilización en serie de Nos, Ponos, Suponos, Susuponos, etcétera, abrirá muchos puestos de trabajo. 4) Devolver a las ciudades la perdida paz y tranquilidad que deben gozar como morada del hombre. En efecto, la cantidad de gentes que mi sistema desplazará a las montañas (pobres ellas!, las montañas, las compadezco!) desahogará el ahogo (sic en mi original) de las urbes. En próxima ocasión completaré algunos detalles de este proyecto salvador de la ética alpinística y redentor de la paz de las ciudades. Hoy, la fiebre que tengo no me permite pensar y crear más.
ASNOA: LA SALVACIÓN DEL ALPINISMO

DESNIVEL, REVISTA DE MONTAÑA, NO 33, DICIEMBRE DE 1987

Este artículo fue escogido como uno de los 20 mejores artículos de la revista DESNIVEL, (quizás la más importante del mundo en su género), para la publicación de un libro conmemorativo de los 20 años de su fundación. Fueron 17000 las páginas revisadas para esta antología.

Hoy, 7 de octubre de 1897, es un día grande para las montañas y para la ética universal. Asumo con humildad mesiánica, pero con tal susto, la tarea de renovar el alpinismo. Sé, y el saberlo me crispa de escalofrío más que de alegría, que muy pronto, hablando de montañas y de escalada, se dirá: antes del 7 de octubre y después del 7 de octubre de 1987, por supuesto. Otros pronunciarán, en vez de la fecha, mi nombre. Me resigno. Pretendo también, suprimir de un plumazo, (olivettazo) la tercera parte que añadí a un conocido refrán que así reza: "Diez pescadores, diez cazadores, diez alpinistas, treinta mentirosos". La histórica propuesta es sencilla y raya en lo elemental, como lo verdaderamente grande: crear un grupo de jueces que atestigüen en las cumbres la verdad real y total de lo ocurrido. Así de simple. Entonces se acabarán las mentiras totales, las medias verdades, que suelen ser peores que las mentiras absolutas, las acomodaciones, las explicaciones, lo que se pretende dar a entender, las complacencias, ciertos silencios y complicidades, las forzadas justificaciones ante los patrocinadores, y por qué no, se terminará de una vez por todas "el mal tiempo que se nos echó encima y nos hizo absolutamente imposible coronar la cumbre". ASNOA (no confundir con otras tribus) será augurio de mejores tiempo técnicos, étnicos y meteorológicos. SELECCIÓN DE CANDIDATOS Alguien, un organismo que en su día estableceré (perdón, estableceremos) y que podría ser la ONU, la UNESCO, la OIT, la FMF (Federación Mundial de Filatelistas, o sea, coleccionistas de esputos internacionales) o en su defecto el PSOE, o en ultimísimo caso la UIAA, convocará a los interesados. Estos deberán ser abogados, porque el abogado ama y da su vida por la justicia y la honradez. En caso de insuficiencia en la comparecencia (no es rima ni verso, es simple ocurrencia) de candidatos, se convocará a cualquiera que se someta a un curso acelerado de amor a la justicia y a la honestidad, al estilo de los manuales ultra rápidos que venden en las librerías y que ofrecen: Napoleón en 5000 palabras, Chino en 8 días (o sea, que aprenda chino en ese tiempo), o Vida Sexual en media hora (¡muy poco tiempo!). Concluye la fase ética de la preparación con un blanqueado del cerebro y sobre todo del alma, para que el candidato sea inmune a las jugosas ofertas en dólares, o incluso pesetas, que vengan y que vendrán -téngase por seguro- de las firmas comerciales que patrocinan o de los expedicionarios mismos. ¡No los conociera uno! Aprobados los exámenes de amor a esas virtudes, el candidato ingresa en el terreno de la preparación técnica, en dos aspectos: uno, el estado físico a toda prueba, y el otro, sus condiciones de escalador y descendedor. Esto último porque subir montañas no es solo subirlas; es subirlas y estando arriba, sobre todo, bajarlas. (Podría concluirse que, en alpinismo, subir es bajar). El estado físico no abarca solamente corazón y pulmones; el estómago, olvidada víscera, es parte vital. El miembro de ASNOA, cuando haya comida comerá y cuando no haya no comerá. Que traducido en buen romance quiere decir: sabrá incluso aguantar hambre. La pérdida de peso deberá manifestarse en ganancia de lucidez mental y sobre todo de ética. Otro aspecto totalmente olvidado por los alpinistas es saber soportar el frío. El candidato de ASNOA deberá también, poseyendo las prendas adecuadas, prescindir de ellas en la proporción justa y, sin ofender el pudor, de modo que se haga, en cierta medida, menos dependiente del binomio calor-frío, factor limitante para muchos alpinistas. Con una ética a prueba de cañonazos de todo calibre monetario y un fisco de hierro, del bueno, nuestro candidato estará más allá del bien y del mal, del hambre y del frío y de otras cosillas. En el estricto dominio de la técnica estos guardianes de la ética alpinística serán reclutados entre los mejores roquistas, nievistas, hielistas, todogradistas, esquistas (de esquí), rapelistas o rapelonistas, aladeltistas, parapentistas, amén de senderistas (no luminosos como en el Perú, sino de randonnee, que dicen los vecinos), fotografistas y, para estar al día, a tono y al loro, escalodeportistas. Poseerán además estoicas e incisivas nociones de médico-forensistas, amputaciones y autopsias (escribir bien esta palabra, no es autopistas). Un poco, o un mucho para ser exactos, la versión alpina del ubermemsch (superhombre) que proponía este chaval alemán de apellido Nietszche. LA TARJETA BLANCA ¿Qué harán los guardianes y depositarios de la hasta hoy moribunda o extinta ética alpinística? Un rito muy sencillo que se convertirá en rutina, pasada la primera novedad. Sacarán tarjeta de color blanco inmaculado, como la nieve, a los que lleguen a la cumbre o al punto más alto. Allí anotarán vía, hora, número y nombre de los alpinistas, y demás datos que juzguen de interés. Leerán lo escrito al exhausto y reducido auditorio, y firmarán todos, ellos incluso y se estampará el sello de ASNOA (Asociación de Notarios Alpinistas). Hay que llevarlo, el sello. El funcionario añadirá los detalles que considere oportunos e interesantes y si está inspirado podrá componer un poema a la grandiosidad del viaje y a "la armonía perfecta que ha reinado entre los miembros de la expedición" y formulará el deseo a los dioses de los Himalayas consistente en que al regreso y en las calles y vida diaria, los componentes de esta expedición, por lo menos se hablarán y que lo narrado en las proyecciones de diapositivas coincidirá con los relatos a los amigos íntimos. Volvamos a la cumbre y a la ceremonia de la Tarjeta Blanca. El canto del himno de Nepal, de Afganistán, de la China o mejor del Tíbet, de las Naciones Unidas, de España, el Barras y Garrotes por siempre, el Cara al Sol sin crema protectora, Allons enfants de la patrie, la Internacional, el God save our gracious Queen, el del propio club o el de mi pueblo, es opcional y dependerá del oxígeno. Los expedicionarios podrán entregarse a todas las manifestaciones de alegría que deseen y que no excedan los límites de la moral y de la altura. Al regreso, la Tarjeta Blanca engrosará el archivo de ASNOA y servirá de testimonio, por lo que pueda ocurrir y quizás ya no volverá a ocurrir, y de material imprescindible de consulta para periodistas, hacedores de libros y de historias. Copia de ella se enviará a todas las federaciones de alpinismo del planeta y de la luna, cuando esta sea escalada. Igualmente a las revistas especializadas y buenas que publiquen fotos de color. ANTECEDENTES NOTARIALES Mi propuesta, si he de ser sincero y humilde -quiero ser ambas cosas-, tiene algunos remotos cuasi-antecedentes históricos, en dos de los llamados iniciadores del alpinismo: Antoine de Ville, calificado por algunos como precursor y por otros como auténtico fundador del alpinismo, y Edward Whymper, el legendario escalador victoriano del Cervino y padre del alpinismo moderno, según otros. Los reyes de antes sufrían de veleidades y caprichos reales. (Esto suena a pleonasmo. Consúltese esta palabra). Pues bien, Carlos VIII, que se negó a apoyar las locas ideas de Cristóbal Colón, viajando un día hacia Italia, contempló, despejada, "contra un cielo escandalosamente azul" (esta frase es mía y me gusta, aunque es tonta), la mole del Mont Aiguille, llamado también Mont Inaccessibilis, por eso, porque era inaccesible. En realidad no era inaccesible porque nadie había osado hasta entonces medírsele. Me atrevería a apostar que el monarca contempló la cumbre desde el sitio en que se la ve como una perfecta aguja. De otro ángulo su perfil no es tan perfilado (Estamos?). Pues bien, quedó preso de un éxtasis, de un orgasmo cósmico e inmediatamente concibió la idea de escalar la montaña. Que la escalara otro, por supuesto. Las cosas de los reyes son así y hay que perdonárselas. Ordenó entonces a su chambelán, Antoine de Ville, que coronara esa aguja. Y como donde manda rey no manda alpinista, nuestro simpático Antoine, "gabacho él", subió la pared. Fue un auténtico escalador, o si se prefiere, un auténtico escalerador, porque utilizó escaleras de madera y de mano. Olvidaba decir el año: 1492, una fecha memorable en la historia universal y española, y también sudamericana. Antoine de Ville desde arriba, a grito y pulmón batiente, hizo saber, por medio de un mensajero, al presidente del parlamento de Grenoble, que no bajaría hasta tanto un notario -si señor, un notario- no llegase hasta el Mons Inaccessibilis, para atestiguar la obediencia a la orden del rey "mi señor". Pasaron tres días y sus noches... menos mal que en la cumbre había una pradera, además de buen tiempo. Incluso encontraron chamois, o sea, rebecos (monte inaccesible!) y "pajaritos salvajes de tres colores a saber, rojo, rosado y gris". El capellán que subió, un cura alpinista, celebró, "el Santo Oficio en honor de Dios Padre y de la virgen María y de toda la corte celestial. A continuación cantaron el Te Deum, la Salve Regina y numerosas oraciones". Llegó por fin el enviado del parlamento y "se contentó con un proceso verbal al pié de la pared y se regresó asustado". Atestiguó haber visto las escaleras, empotradas en las grietas, y en la cumbre a Antoine de Ville y sus "compañeros de expedición" que se comunicaban con él gritando. Era el 26 de junio de 1492, cuatro meses antes del llamado Descubrimiento de América. ("Nosotros ya nos habíamos descubierto", dijo recientemente un indio de Colombia, cuando le preguntaron por el significado del Quinto Centenario). Igual preocupación, la del notario, si bien no llegó a materializarla mostró Edward Whymper en los Andes del Ecuador. El inmortal escalador del Matterhorn (no tan inmortal, porque murió a principios del siglo XX) resquebrajada el alma por envidia y maledicencias, a raíz de su triunfo y tragedia de 1865, quería aseverar ante su notario su ascenso al Chimborazo, al Cayambe, al Cotopaxi, al Antisana, al Tungurahua... en el Ecuador. NOTARIOS SIN ALMA La segunda tarea del funcionario de ASNOA es servir de testigo fiel en las tragedias, cuando las haya. Para ello se le exigen incorruptibles conocimientos como autoptista (no escribir aquí carretera), médico forensista y entender de las incisivas técnicas amputacionistas. Como tal, el notario alpinista no tendrá corazón para compadecerse ante las congelaciones y cadáveres. Siendo así que él deberá atestiguar cómo se produjo la catástrofe y la responsabilidad que a cada uno cabe en ella, no podrá en ningún momento prestar ayuda a heridos, edemados, aludados (de alud), congelados o despedidos. ¡Nada! Si participa ayudando no podrá luego testificar porque no puede ser a la vez "juez y parte". Esta es norma de derecho universal aceptada por los hunos (que eran tan malos) y por losotros, por los negros y blancos, por los rusos y por los gringos, por los republicanos y por los del otro bando, por los moros y los cristianos. Su corazón será de roca y de hielo. ASNOA diseñará mecanismos e implementará ejercicios para ir poco a poco secando, petrificando, insensibilizando y momificando el corazón de sus miembros. La emoción, desde las cavernas hasta la edad de la cibernética, ha sido mala consejera y el enemigo público número uno de la justicia. Y no ahondemos por hoy, en el sanguinolento tema. SISTEMA MÉTRICO Los notarios alpinistas de cultura anglosajona deberán pasarse al sistema métrico, único válido en las Tarjetas Blancas. En el material del funcionario, el primer instrumento será el metro. Con él medirá y nos dirá si fueron 3, o bien 3.1416, o tres y medio, o 148 exactamente, o 743 los metros que faltaron para llegar a la cumbre. Los medirá uno tras otro, uno encima o debajo del otro. El uso del sistema métrico no es capricho. Cuando a esa altura los pies están casi congelados o a punto de tal, medir en pies (feet) es imposible. Se obtendría una medida de mal color, olor y aspecto. Es cuestión de simple lógica. El rigor del metro se opone, pues, al más o menos de muchos alpinistas. ACTA NOTARIAL O SHOW DE LA CUMBRE ¿Cuál es el puesto del notario alpinista en la caravana? Se contemplan tres modalidades. Podrá adelantarse a la escalada o a la expedición misma y esperar en la cumbre la llegada de los alpinistas. Qué hará mientras tanto allí es cuestión de su inventiva y manera de matar el tiempo: leer historias de terror, cantar, saltar, escribir sobre la frialdad del mundo y los malos vientos que corren, salir a dar una vuelta, sacar el perro a hacer pis de cara o de pis al glaciar Baltoro por ejemplo, o al de Rongbuk; podrá incluso pensar y hacer necesidades menores; podrá pintar acuarelas (más exactamente hielo-relas o nieve-relas, porque allá no hay acua) de todos los ocho, siete y seismiles del horizonte. En fin, no se aburrirá. En caso de abrir una vía primerísima, nueva, directísima, superrectificada, etc., el notario alpinista renuncia, por estatutos, a su homologación. Su oficio es ser testigo, no lograr primeras. En tal caso evitará en lo posible dejar huellas, cuerdas, banderines etc., que faciliten la labor de los escaladores que vienen detrás y que serán los poseedores de la primera. De corazón insensible, como debe ser un auténtico notario alpinista, la vanidad de abrir vías no es lo suyo. El funcionario podrá también ascender acompañando a la expedición, pero en ningún caso ayudará en las labores técnicas o de acarreo de materiales. ¡Nada! La tercera modalidad de testimonio se logrará subiendo inmediatamente detrás de los triunfadores, quienes habrán dejado arriba constancia de la llegada: nombres, horarios, etc., y, según la nacionalidad del notario, alimentos perecederos: queso si es suizo, turrón si español, lasagna si italiano, arroz si nipón, cerveza si alemán, bebidas alcohólicas si inglés, chicles si gringo, maná si judío, El capital y el trabajo si ruso; nada si vegetariano. PAGO A LA ALTURA DE LAS CIRCUNSTANCIAS Es ASNOA la directamente responsable de ello, con los dineros que recibe de las cuotas anuales de las federaciones y clubes adscritos. Podrá aceptar donaciones de particulares o entidades, pero nunca de casas comerciales patrocinadoras de expediciones. Una tarifa rigurosa establecerá más altos horarios para los notarios alpinistas que opten por el primer método, a sea esperar en la cumbre la expedición. Y se añadirá un suplemento porcentual según el número de días de espera. Parece obvio que un notario alpinista que espera a sus clientes en la cumbre del Everest durante 15 días debe recibir más dinero (que irá seguramente a la postre a manos de médicos y hospitales) que quien solo se adelantó unas horas o acompañó a la expedición. También la tarifa distinguirá las alturas: una cosa es esperar tres semanas en la cumbre del K2, y otra en el Yelmo de la Pedriza, y así sucesivamente. De todos modos el pago será generoso. Habrá un salario básico mensual para prevenir la época de inactividad alpinística. La alimentación, el alojamiento, la correspondencia y compra de postales y souvenires exóticos, ciertas salidas nocturnas de los hoteles, los gastos que ocasione el viaje de la esposa -si viaja- del notario alpinista, corren por cuenta de la expedición, exactamente como si fueran directivos del ajedrez en tiempo de Campeonato Mundial. Consúltese esta reglamentación. OBLIGATORIEDAD OPCIONAL DE ASNOA La utilización de los servicios de ASNOA no es obligatoria; la expedición que los desee deberá solicitarlos por escrito con un mes de entrenamiento de anticipación. ASNOA se reserva el derecho de nombrar al notario alpinista acompañante y no aceptará sugerencias de nombres, ni tampoco vetos. ¡No faltaba más! Por lo demás, la Tarjeta Blanca es imprescindible para que una escalada o nueva vía sea aceptada internacionalmente. De esta manera, alpinistas quedan algunos que todavía escalan por amor a la montaña (!), por sentirse inmersos en la armonía cósmica, por vivir íntimas alegrías "lejos del mundanal ruido que del oro y el cetro pone olvido", por todas esas cosas melosas y trascendentes, etc., etc., etc., y otra vez etcétera, al manifestar su desprecio por las primerísimas, absolutas y supervariantes, no necesitarán ni utilizarán los servicios de ASNOA. En la solicitud de prestación del servicio la expedición hará constar expresamente que los mueve "el ánimo de figuración y, ojalá, el lucro". LOS "PONOS" ¿Qué ocurrirá si la práctica enseña que los notarios alpinistas venden su Tarjeta Blanca a expedicionarios o patrocinadores? Es posible que el frío de los ochomiles en vez de endurecer más su corazón, lo reblandezca. Para esta triste eventualidad tengo prevista la creación de un cuerpo policial, los policías notarios alpinistas, para vigilar a los notarios. Su reclutamiento y preparación será exactamente igual, menos en un detalle: el blanqueo y el lavado de su corazón será doble y con soda cáustica más concentrada. Para abreviar, a los notarios alpinistas se los denominará Nos y a los policías notarios alpinistas, los Ponos. Y si, los dioses del Himalaya no lo permitan, la venalidad (consúltese por favor este vocablo) llegase a hacer mella en los incorruptibles Ponos, la organización prevé la creación de los super policías notarios alpinistas, los Suponos. Y así sucesivamente... La preparación de éstos últimos incluye un super lavado de cerebro y de alma que los dejará prácticamente sin ésta última. (Que tampoco hace falta! Los hombres del siglo XX la han perdido y así viven!) El proceso se denomina: desalmamiento fase P (sin traducción decente). De este estado a la rigidez cadavérica solo hay un pelín. FRIALDAD PUNITIVA Los funcionarios de ASNOA sorprendidos vendiendo datos de la Tarjeta Blanca o compadeciéndose y ayudando en casos de accidente serán sometidos a castigos, a la altura de nuestra institución. La lista forma parte del secreto de ASNOA. Pero se filtran nombres como: caída libre cara norte, empujón tipo Rupal, nudismo ochomilero, metódica amputación total con sal al gusto y al unte, menú con hielo inyectable intravenoso aguja calibre 38 largo y otras exquisiteces variadas de la casa. ASNOA: LO MÁXIMO ASNOA es, pues, una propuesta seria, redentora del alpinismo. Con ella se cumplen cuatro metas históricas: 1) Acabar de una vez por todas con las mentiras de los alpinistas y reducir a cotas aceptables las envidias. 2) Rendir por parte del alpinismo un homenaje al Quinto Centenario de la obediencia de Antoine de Ville y también al mismo centenario del Descubrimiento de América (Aconcagua, Cerro Torre, Fitz Roy y compañeros, Huascarán, muy fácil, Chopicalqui, que subieron unos amigos míos, Chacrarajú, repetido por primera vez por otro amigo mío a los 16 años de la primera de Lionel Terray, Volcán Arenas del Nevado del Ruiz, Sierra Nevada de Santa Marta, todos los indios y yo. 3) Ayudar a erradicar de raíz (o sea completamente) el desempleo, cáncer de la economía mundial. La utilización en serie de Nos, Ponos, Suponos, Susuponos, etcétera, abrirá muchos puestos de trabajo. 4) Devolver a las ciudades la perdida paz y tranquilidad que deben gozar como morada del hombre. En efecto, la cantidad de gentes que mi sistema desplazará a las montañas (pobres ellas!, las montañas, las compadezco!) desahogará el ahogo (sic en mi original) de las urbes. En próxima ocasión completaré algunos detalles de este proyecto salvador de la ética alpinística y redentor de la paz de las ciudades. Hoy, la fiebre que tengo no me permite pensar y crear más.
Karma: 0 - Votos positivos: 0 - Votos negativos: 0
chuchin
Enviado: 06-07-2002 11:01
Muy bueno.El colega tuvo que tener un buen rato para hacerlo. ¿Quién lo escribió?
La peña pasará de leer esto ya que no les gusta nada de esto. Voy a poner otro en otro tema de Mark Twight y que opine quien quiera o que pase del tema. Él se lo pierde.
Muy original el del artículo de arriba. Buena manera de dar caña con palabras sarcasticas.
Saludos y lo siento por lo del viaje de trepar. Llorón Mi cabronazo se pie me lo impide. Llorón
Karma: 0 - Votos positivos: 0 - Votos negativos: 0
Javi
Enviado: 07-07-2002 08:17
Chuchin, lo encontré por ahí, mientras que buscaba información de vías de escalada. Era la página de un periodista colombiano que no tenía nada que ver con el alpinismo. No te sé decir cuál es, porque llegué a ella de chiripa. Como te he dicho en el artículo del Twight: ¡Gracias por ponerlo!
Karma: 0 - Votos positivos: 0 - Votos negativos: 0
Miguel
Enviado: 08-07-2002 10:08
Buenísimo tío, una cosa así sería ideal pa acabar con tanta mentira y tanto envidioso k hay por ahí suelto. Eso sí, no me gustaría entrar en ASNOA, pues sería chungo no poder pronunciarse por nada. Enhorabuena por el texto y al escritor, k aunk seguro k no lo leerá.
Karma: 0 - Votos positivos: 0 - Votos negativos: 0
Escribe tu respuesta






AVISO: La IP de los usuarios queda registrada. Los comentarios aquí publicados no reflejan de ningún modo la opinión de nevasport.com. Esta web se reserva el derecho a eliminar los mensajes que no considere apropiados para este contenido. Cualquier comentario ofensivo será eliminado sin previo aviso.