Buenas tardes,
yo llevo más tiempo en Booking que en Nevasport
Habré hecho reservas con ellos, llamado algunas veces (pocas) al establecimiento, “que le ofrecemos el desayuno”, “que le sacamos de la habitación con vistas al muro de enfrente”, etc. Me han pedido que anule con Booking y les llame al día siguiente. Lo que tampoco me ha parecido muy ético…
Habré reservado y anulado varías veces aprovechando las cancelaciones gratuitas, lo que es un lujo para reservar locales que cuelgan el “completo” en un santiamén; habré escrito más de una veintena de reseñas lo más sinceramente que he sabido (para ayudar a otros usuarios a discernir con algo de criterio). En fin, las cosas que casi todos hacemos con la plataforma.
Lo que nunca he hecho es reservar un “No reembolsable”. Tampoco un pago completo por adelantado. Siempre termino el pago en el establecimiento y, si no hay opción, no hay negocio conmigo.
Bien es cierto que el hotelero, como se pueda cobrar la comisión alojándote en la habitación más cercana al ascensor, o donde se huele la cocina, o con los de la KDD Nevasport
, lo hace. Monjitas de la caridad, hay pocas.
¡Pero también las he encontrado! Recepcionistas con gran empatía cuyo sueldo no depende de Booking y su patrón ni entra ni sale en sus funciones, supongo.
Una vez tuve un problema con una reseña que describía el comedor de un pequeño hotel de dos estrellas en El Tarter, y la censuraron sin explicación: durante la cena, los padres de la patrona cuidaban al nieto de dos años allí mismo, con Pocoyó de fondo. Y al niño le gustaba más Bob Esponja, pero, por lo que sea, no se lo ponían…
En fin, Booking, como tantas plataformas agregantes de servicios, es lo que es: un escaparate gigantesco y multinacional en el que todos quieren lucir, pero se les atraganta pagar su precio, y hay cierta tendencia a que los platos rotos los pague el usuario.
