Después de agotar el sábado las opciones por
Lunada, el domingo tocaba cambio de cordillera, a buscar por los rincones de la Ibérica los últimos resquicios de nieve.
Así que subimos por la carretera de la Cruz de la Demanda hasta donde nos dejó la nieve, aparcamos y salimos con los esquís puestos desde la misma cuneta
Subimos por la carretera, sin un plan claro. Nos habían comentado que esa zona aguantaba bastante bien la nieve, así que esperábamos encontrar algo que mereciese la pena
En las zonas más solanas no había continuidad de nieve. Qué sería de nosotros sin un poco de agroesquí…
Alcanzamos la Cruz de la Demanda, desde aquí teníamos la opción de tirar hacia el Otero a la derecha y bajar su cara Este o hacia la izquierda, al Alto de Dos Hermanas. Como hacia el Otero no había nieve, la decisión fue fácil. Dani transitando por el collado.
La vertiente oeste prácticamente sin nieve
En un momento dado decidimos quitarnos los esquís y subir rectos en vez de hacer una diagonal un tanto incómoda. Llegamos a Dos Hermanas y contemplamos el paisaje. A lo lejos, el Otero
La parte burgalesa de La Demanda
Y allí, entre nubes (para variar), el San Lorenzo
Dani sacó el juguete a pasear, unas vistas al cordal de la Demanda
Probamos la altura máxima a la que llegaba el cacharro. Ahí abajo a lo lejos, ampliando, estamos nosotros
Acercando un poco más…
Y sin más dilación, a esquiar!
La nieve no está mal, primaveral pero disfrutona
Buscamos el camino entre árboles y alguna que otra calva
Disfrutando de las vistas y de la buena nieve. El esfuerzo (tampoco mucho) claramente merecía la pena.
Dani vio un saltito, pero el primer intento no salió bien, así que me dejó la cámara y remontó (sin poner las focas)
Para tener la foto buena
Seguíamos bajando, a ratos con sol, a ratos con nubes
Firmando en la nieve
Nieve que se dejaba esquiar
Según bajamos la cota el blanco elemento iba escaseando…
Pasamos a “esquí-matojo”
Hasta que se nos acabó la nieve. Esquís a la mochila, cara de satisfacción, y para arriba
Esta es la bajada que nos hicimos, unos 250 metros de desnivel, escaso, pero gozado.
Ésta es la parte mala… las botas que llevamos están muy bien para bajar, pero caminar con ellas no es lo más cómodo.
La subida por la cresta es corta pero intensa. Con buenas vistas, eso sí.
Terminamos la subida y nos volvemos a poner los esquís para bajar por la carretera hasta el coche. Con las botas sueltas por no volver a apretar… me da por hacer el tonto y casi acaba en desgracia. En fin…
Llegamos esquiando de vuelta al coche, con el pequeño tramo de agroesquí.
Y después del esfuerzo, la recompensa. No todo va a ser esquiar…
Y esos es todo, si no cambian mucho las cosas está complicado volver a esquiar, pero… que nos quiten lo bailado”. Gracias a Dani por el transporte, la compañía y sobre todo por las magníficas fotos.