La nevada del lunes había dejado la zona de Lunada bonita, pero las altas temperaturas a lo largo de la semana dejaron todo como antes. Aún así teníamos esperanzas de poder rascar una bajada, y para allí nos fuimos.
Llegamos al aparcamiento y comprobamos que la nieve escasea, pero “nuestro tubo” sigue ahí.
Así que “enfocamos” los esquís y para arriba
Empezamos con frescor y alguna nube peregrina, pero la temperatura no es mala.
Poco después llegaron Fran y Yara, que habían salido una poco más tarde. La nube peregrina de momento se quedaba detrás
Llegamos al conocido tramo de agroesquí…
Y, por supuesto, boñigaesquí
Seguimos subiendo, empieza a calentar
Se abre un claro en la zona en la que estamos, y empieza a sobrar ropa
Superamos la zona donde el viento nos hizo darnos la vuelta el pasado fin de semana. La nieve poco compacta obligaba a hacer diagonales largas.
Y con Benny Hill llegamos a la antecima
Mientras esperamos a que lleguen Yara y Fran, nos acercamos por un senderillo hacia la misma cima de La Miel. Al fondo se ve el Castro Valnera, y a la derecha tenemos Cantabria,
Me asomo al pedestal
Y Bea hace un bailarín con un fondo inmejorable
Cuando volvemos, nos encontramos con Trufa
Señal inequívoca de que ya han llegado nuestros compañeros. Bajamos hasta el collado con ellos
Y Bea se hace sus posturas de “Yoga en la nieve”, volumen 3.
Iniciamos la bajada, la nieve en el primer tramo está muy rica
A partir de ahí ya va perdiendo calidad, pero aún así se deja esquiar. Llegamos al paso de agro/boñigaesquí
Y sin más incidencia concluimos el descenso. Al final el día nos ha aguantado muy bien, hemos disfrutado del que probablemente sea el último día de travesía por la zona, ya que la previsión a corto plazo no es nada halagüeña… pero que nos quiten lo esquiado!
Parada técnica de vuelta a casa a comprar yogures y dulces, y a esperar a que cambie el tiempo. Si no hay nieve, saldremos a patear el monte.
