Interesante libro de Manuel Titos sobre los orígenes del montanismo granadino. Es de la editorial Comarex y tiene un precio de unos 10 euros. Merece la pena leerlo, si es que con los tiempos que corren, eso de leer un libro tiene sentido. Es una de las cosas que se puede hacer en el fresco verano de Sierra Nevada.
Resulta que lo de subir a la sierra fue una especie de locura que se le ocurrió a diez personas, todas ellas de la buena sociedad granadina, y que cada verano desde 1898 celebraban una subida anual a Sierra Nevada, de todas las cuales deja cumplida y documentada referencia el profesor Titos, que por eso es catedrático emérito de la Universidad de Granada y que se nutre de abundantes citas a pie de página sobre las fuentes de los relatos.
La primera fue en el verano de 1899, concretamente comenzó a la una de la madrugada del día treinta de julio donde se reunieron todos los participantes, en la casa de uno de ellos, donde se amontonaban:
bultos de ropa, cajones con viandas, maletas, colchones, cantaras y vasijas de diferentes formas y la más amplia colección de utensilios. Todo ello iba acomodado en lo lomos de dieciocho mulos, incluidas dieciocho gallinas vivas, que espantaron al portador que no estaba dispuesto a llevar sobre su lomo semejante carga
También llevaban una tienda de campaña desmontable, con toldos para el sol. Un ingenio complicado obra de uno de los socios, y que luego intento construirse de obra, en lo que ahora es el cilindro derruido que hay en el Collado del Veleta, y que pueden ver todavía los que se paran allí para hacerse fotos...o a mear..
Para este propósito, la tienda del Sr Ventura Sabatel tenía un embudo al que se le añadía una manguera sin que los participantes tuvieran que pasar frío a la hora de aliviar la "trempera matinera" ( perdon por el catalanismo)
Llevaban guía, cocinero, camareros, escopetas y perros y le disparaban a todo lo que se movía. Incluso en una de las excursiones organizaron en Siete Lagunas, un puesto para dispararle a los buitres con los restos de unos borregos que se habían zampado en el almuerzo
También llevaban generadores de corriente y aparatos reproductores de música. Componían versos, leían a los clásicos y efectuaban preciosos retrato y dibujos paisajisticos
Se lo pasaban muy bien y dejaban testimonio de ello.
Ahora que se intenta romper la estacionalidad de la estación de esquí ¿ no se podrían reeditar todas y cada una de las excursiones de este selecto grupo de pioneros, señalizado todos los puntos de paso, fuentes y lugares de referencia?
El problema es que los talibanes del Parque lo prohíben.....y también la dificultad de encontrar dieciocho o vente burros sin necesidad de echar mano de las listas electorales...
Saludos