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Si a mi me pasa eso y se le han salido los esquís al tipejo, que es lo mas probable en esos casos, le agarro uno y lo bajo media pista. Que baje andando a buscarlo. Porque lo de "descontrolado", cuando uno va haciendo el cabra desde arriba, no es escuda alguna. A mi no se me olvidara el golpe, pero el tampoco se ira con un buen recuerdo de su maravillosa bajada.
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nachotornos
Hola a tod@s,
Hacía mucho tiempo que no escribía en el foro, aunque os sigo leyendo a menudo. Desgraciadamente, lo que me lleva a volver a escribir unas lineas es lo que sucedió el pasado 2 de enero, cuando a eso de las 13:00 horas, se me ocurrió bajar por El Río con Ana, mi hija de ocho años. Por lo general evitamos esa pista en la medida de lo posible, pero como queríamos parar a picar algo en la cafetería "pija" (la que hay frente a Neveros), no teníamos más remedio que tirar por allí.
El caso es que cuando ya casi estábamos llegando, apareció de la nada un esquiador completamente descontrolado y se llevó a Ana por delante. El golpe fue duro (sobre todo para una niña de ocho años), hasta el punto de que el chaval se quedó un buen rato tendido boca abajo, completamente inmovil (con las barbaridades que salían de mi boca en ese momento tampoco hubiera sido buena idea dar señales de vida ).
Desde aquí agradecer la ayuda a toda la gente que se paró a echar una mano y a tranquilizarnos a Ana y a mi (sobre todo a mi...). Y al abrazante que se la llevó por delante, pedirle disculpas desde aquí por los calificativos que le dirigí a él y a su santa madre, pero en ese momento de nervios, creo que estaban perfectamente justificados.
En el momento de ir a socorrer a mi hija no me preocupé ni de quitarme los esquís, y se conoce que hice un mal giro, porque al rato me comenzó a doler la rodilla izquierda hasta el punto de no poder andar sin cojear... Nos bajamos a la clínica de Pradollano a que le hicieran un chequeo a Ana, y aparentemente no había daños neurológicos ni ninguna costilla rota. Luego bajando a Granada, la pobre vomitó en el coche (otro susto, porque el médico me acababa de preguntar si había vomitado, y cuando le dije que no, me comentó que menos mal, porque hubiera sido un mal síntoma...). Esa tarde me enteré de que el problema serio después de un golpe en la cabeza es cuando vomitas "sin avisar", de manera espontánea, porque puede ser causa de lesiones neurológicas. Afortunadamente, en el caso de Ana fue fruto del mal trago pasado y de los nervios.
Pues bien, ya ha pasado casi un mes de aquello, y yo sigo con la rodilla un poco tocada (el lunes tengo cita con el traumatólogo para que valore los resultados de la resonancia magnética que me mandó). Pero lo peor de todo es que esta mañana, al decirle a Ana que, si los resultados son buenos, en breve volveremos a bajar a SN, en lugar de poner la sonrisa que solía poner con este tipo de noticias, ha puesto una cara de espanto que pa' qué, diciendo que ella no quería esquiar nunca más...
Y yo me pregunto: Ese chaval que bajaba completamente descontrolado, llevándose por delante a una niña, ¿En qué estaba pensando? ¿Creéis que es aceptable disculparse con la justificación de "perdona, niña, pero es que iba totalmente descontrolado"...? ¡¡Naturalmente que ibas descontrolado, ese es el problema!!.
En fin, que me temo que estas cosas van a seguir pasando mientras prefiramos gastar el dinero en cualquier cosa menos en contratar a un buen profesor que te enseñe, antes que nada, a controlar la velocidad.
Si alguien tiene una idea para que se le quite el miedo a Ana, soy todo oídos. Está claro que en cuanto se vuelva a poner las tablas y se haga un par de bajadas se le va a olvidar... Lo malo va a ser conseguir que se vuelva a poner las tablas.
Un saludo, y buenas huellas a tod@s!!
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nachotornos
Buenos días a tod@s,
Ayer volvimos de Sierra Nevada, después de cuatro maravillosos días de esquí: Nieve increíble (tal y como iba la temporada, era imposible creer que a estas alturas del año iba a estar así de bien...), poca gente (esperaba un aluvión el fin de semana) y lo mejor de todo, Ana se volvió a poner los esquís y a disfrutar de la nieve por primera vez después del accidente
Aprovecho para dar las gracias a Cetursa por habernos ampliado los 8 días que nos quedaban de forfait de la temporada anterior. En principio sólo lo hicieron hasta el 31 de diciembre, pero debido a las lamentables condiciones de la estación en esas fechas, nos ampliaron hasta final de temporada.
En cuanto a la vuelta de Ana "a lo blanco", ha sido más fácil de lo que pensaba, la verdad... A base de enseñarle las fotos que ibais colgando en el foro con las últimas nevadas, se fue animando, y el sábado ya estábamos con la mejor de las rutinas: desayuno en Pepe Bollos, subida a Borreguiles en el "huevo sentado" y un par de bajadas de calentamiento en las verdes, para, acto seguido, bajar el Río. Gracias, amigo Javi, por ejercer, una vez más, de profe paciente, y conseguir que Ana volviera a bajar su "pista maldita", esa que juró no volver a pisar nunca jamás Además del buen hacer de Javi, supongo que también ayudó el que Sergio y yo fuéramos de guardaespaldas, anticipando y cortando los giros de Ana (gracias Balsa!!) para asegurarnos de que ningún descontrolado pudiera arrollarla.
En fin, que si bien es cierto que la niña está un poco más moñas que de costumbre, estoy seguro que poco a poco todo volverá a la normalidad. De momento, el paso más difícil ya lo ha dado
Muchísimas gracias a tod@s una vez más por los mensajes de ánimo y los consejos, han sido muy útiles. Un abrazo, y buenas huellas!!
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Ski Selene
Hola a tod@s. Hacía mucho tiempo que no entraba en el foro y al ver este hilo de Sierra Nevada, accidentes y derivados, sólo he podido leerlo de cabo a rabo. Se me ha helado la sangre viendo el vídeo y sólo puedo alegrarme de que todo quedara en un susto para Ana y en una lesión recuperada para tí. Mi marido y yo tambien estuvimos esta Semana Santa en Sierra Nevada; ya desde hace tiempo dejamos Rio para una de las primeras bajadas de la mañana. Luego huímos de allí como de la peste.
Sierra Nevada me gusta mucho como estación, pero siempre he tenido la sensación de que hay más descontrolados por metro cuadrado que en otras estaciones. Este año lo hemos podido confirmar, hemos visto varios muchach@s bajando pistas rojas en cuña, sin capacidad de frenar, esquiadores arrollados por snowborders, snowborders arrollados por esquiadores...pero lo que nos ha dejado de piedra ha sido ver la actitud de un monitor de la escuela oficial.
Os voy a hacer un copia-pega del email que les envié y del que por cierto aún no he tenido respuesta. A ver si alguien ha tenido alguna experiencia similar y sabe lo que hay que contestar en estos casos.
"Hola, buenos días. Mi nombre es Paula ******** y el motivo de este correo es expresarles mi malestar por un incidente ocurrido el pasado jueves día 24. Antes de solicitar asesoría a los abogados del Colegio de Médicos de Madrid he creído oportuno comentarlo antes con ustedes y conocer su opinión al respecto.
El jueves por la mañana, sobre las 10.30 en la zona de Laguna de las Yeguas presencié cómo un esquiador era arrollado por otro, con la consiguiente caída del primero. Quedó tendido en la nieve sin moverse. Me acerqué al chico accidentado por dos motivos: por obligación moral y por obligación profesional ya que soy médico. En inglés, ya que el joven no hablaba español le pregunté como se encontraba, a lo que respondió "muy muy muy mareado". Mientras le buscaba el pulso, que resultó ser normal le pregunté si se había desmayado o golpeado la cabeza o la espalda, si tenía nauseas; a todo esto respondió que no; si podía mover brazos y piernas, respondiendo afirmativamente. Me dijo que le dolía mucho la pierna izquierda, bajo la rodilla.
En ese momento se acercó un monitor uniformado de rojo (Escuela Oficial de Sierra Nevada?). Preguntó al chico qué había pasado, yo intenté resumirle la situación del joven tras identificarme como médico y le rogué que llamara para que recogieran al chico ya que no iba a ser capaz de bajar por sus propios medios. Ignorando mis indicaciones empezó a repreguntar al joven qué había pasado, cómo se había caído y por qué no se levantaba. Pensé que con el revuelo de alrededor no me había oído así que volví a identificarme y a pedirle que avisara. En este caso sí se dirigió a mí, algo bruscamente y me confirmó que ya había avisado. Seguidamente empezó a desabrochar la bota izquierda del chico y a palpar la zona en busca, supongo, de signos de fractura o puntos dolorosos. En ningún momento le preguntó si había perdido la conciencia, golpeado la cabeza, si estaba mareado... No me pareció la forma más apropiada de abordar la situación pero en cualquier caso, esa parte de la atención ya la había hecho yo aunque el monitor no se hubiera dado por enterado. Mientras él se afanaba en seguir palpando la pierna del joven, doblándole la rodilla y provocándole dolor innecesariamente me centré en la postura en la que seguía tendido el accidentado. La cadera izquierda rotada lateralmente, la rodilla derecha doblada más de 90 grados, la cadera izquierda en rotación interna, la columna inclinada hacía la izquierda...en resumen una postura bastante incómoda. Me dirigí al joven suavemente diciéndole que íbamos a intentar colocarnos en una situación algo más cómoda para él, sin mover la pierna izquierda. Que lo intentara él solo y que si no podía yo le ayudaba. Fui a cogerle la mano. El monitor me gritó (Sí. Se dirigió a mí a gritos) que no tocara al chico, que ya estaba allí él y que le dejara hacer su trabajo en paz. No me pareció el momento de encararme con este caballero para indicarle que la atención que le estaba dispensado al joven no era mejor que la mía. No quería organizar una escena delante del chaval y de sus amigos. Y sinceramente, me pareció excesivamente nervioso y un puntito violento. Así que tuve que dejar al chico retorcido y hecho un ocho.
Me dí cuenta entonces de que el lugar del accidente no estaba señalizado. Me dirigí entonces al grupo de amigos del chico y les pedí por favor que clavaran unos bastones y unos esquíes en forma de aspa por delante de nosotros, para señalizar el lugar. En qué hora. El monitor (?, todavía estoy esperando que se identificara...) comenzó a gritarme otra vez, esta vez más alto. "Haga el favor de callarse y no molestar más, que ya estoy yo aquí. Usted no tiene nada que hacer aquí, cállese y no moleste más". Yo no daba crédito. De buenas maneras le indiqué nuevamente que era médico y que mi obligación era atender al chico. Más gritos "y yo qué se quién es usted, yo no puedo dejar que venga aquí cualquiera y dejar que toque a un accidentado" "esta es mi responsabilidad y usted aquí no pinta nada" "márchese inmediatamente porque lo único que está haciendo es molestar". Asombrada por lo que estaba oyendo, asustada por las maneras empleadas me levanté. Tuve fuerzas para preguntarle "de verdad quiere que me vaya??" "Qué se marche de una vez!!!!!!!!" Y en contra de mi ética profesional (y de mi obligación legal, por cierto) me marché del lugar.
No se qué les parece esta situación. Yo entiendo que los monitores tienen la responsabilidad de atender a un herido. Pero, sinceramente...si yo tuviera que elegir entre que, tras una caída me atendiera un médico o un monitor, elegiría médico porque creo que en relación con la atención sanitaria, médico "gana" a monitor. Y no por cuestiones de ego sino por sentido común y porque es nuestra profesión. Cuando quiera perfeccionar mi nivel de esquí, efectivamente contrataré los servicios de un buen profesor pero si me caigo y me hago daño espero que haya un colega por los alrededores.
Y otra cosa. Al margen de que era mi obligación como médico y como persona, no hice nada que ustedes mismos no indiquen en el reverso de los mapas de pista de la estación. Avisar a atención en pistas, colocar al herido en una postura cómoda, señalizar el accidente...Salvo avisar, el monitor no hizo nada de lo anterior y tampoco dejó que lo hicieran los demás, al menos mientras yo pude permanecer allí.
He de decir que cuando me iba, cabizbaja, asustada y con la rabia bulléndome dentro, el señor monitor me dio las gracias por pararme y por empezar a atender al chico y que le perdonara sus malos modos. No le respondí porque si le respondo las cosas hubieran ido mal.
Me quedé con las ganas de decirle muchas cosas, quizá se las puedan hacer llegar ustedes:
- Cuando se atiende a alguien que ha sufrido un traumatismo, hay que saber dónde se ha golpeado y descartar golpes en la cabeza o la espalda. Tanto más si el accidentado refiere estar muy muy muy mareado. Aún espero que le pregunte por estos puntos al joven.
- Seguro que es un excelente profesor, pero no puede desdeñar la ayuda de un médico en una situación como esta. Espero que nunca tenga que enfrentarse a una convulsión o una pérdida de conciencia...Creo que su actitud fue marcadamente peligrosa e irresponsable.
- Cuando te caes y te haces daño, lo último que quieres es que te pregunten una y otra vez por qué te has caído, por qué no te pones de pie y por qué no te bajas esquiando. Y lo se por experiencia, sufrí una grave lesión de rodilla hace cuatro años y aún recuerdo el dolor y el malestar.
- Cuando te caes y te haces daño tampoco quieres que te provoquen más dolor del que ya tienes. Empeñarse en palpar la zona lesionada...déjeselo al traumatólogo. Con su maniobra no sólo no va a diagnosticar nada sino que puede provocar más lesiones además de generarle al accidentado más dolor innecesario. Yo soy médico, cardióloga en concreto, y no se me ocurrió empezar a hacer maniobras diagnósticas absolutamente innecesarias. A lo mejor usted sabe más que yo de estas cuestiones, pero me va a permitir que lo dude.
- Los gritos, los nervios y la mala educación no son buenos en ninguna situación. Y menos cuando alguien ha sufrido un accidente. Si usted no sabe controlar sus nervios deje trabajar a alguien que está acostumbrada a enfrentarse a situaciones muy delicadas, con la vida de los pacientes en juego.
- Y no voy a entrar a valorar qué hubiera pasado si en vez de ser yo una mujer rubia de aspecto más o menos juvenil hubiera sido un señor doctor con barba. Me hubiera tratado usted con tanta grosería?
Quiero comentar además la exquisita amabilidad del personal del centro de salud, a donde me acerqué al cabo de un par de horas para preguntar por el estado del chaval. Tras identificarme me confirmaron que el joven no había sufrido ninguna lesión grave, que se había marchado con tan sólo un vendaje en el tobillo y que se encontraba bien. Les extrañó encontrarme un poco alterada y cuando les expliqué lo que había pasado se quedaron tan asombrados como me había quedado yo unas horas antes.
Dado que este monitor ha hecho que yo haya podido incurrir en un delito (omisión del deber de socorro) remitiré en los próximos días una consulta al servicio de asesoría legal del Colegio de Médicos de Madrid. Me gustaría adjuntar a esta consulta una respuesta por parte de ustedes valorando esta desagradable situación.
Quedo a la espera de su respuesta. "
Y aún sigo esperando...
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