Hola a todos/as,
mi nombre es Miguel A. García, soy el enfermero que te asistió a pié de vía tras el accidente. Ante todo desearte una pronta recuperación y espero que en poco tiempo puedas estar disfrutando de las montañas. Llevo unos 20 años haciendo cosas por la montaña y alguna experiencia tengo, además me dedico profesionalmente a las emergencias pues soy bombero desde hace más de doce años.
He leído el mensaje, y creo que es de justicia que se cuente todo lo sucedido y no se ahorre en contar la segunda parte.
Cierto es que desde hace años hay un boom de los deportes de montaña y lógicamente los fines de semana la gente acude a disfrutar de la sierra en sus diferentes vertientes. Todos los que hacemos alguna actividad de riesgo debemos asumir nuestra responsabilidad en las decisiones que tomamos, y normalmente los accidentes ocurren por una sucesión de errores.
Ese día coincidió que yo andaba en la estación superior del Telesilla Stadium pues estaba cubriendo como enfermero la Ultra de Sierra Nevada. Eran casi las siete de la tarde cuando se acerca a nuestro puesto una chica pertrechada con su arnés y demás equipo de escalada y nos pide ayuda. Nos comenta que iba escalando y se desprendió una piedra, y ésta había golpeado en un pié a uno de los escaladores que iban por debajo de ellos. Lo comento con mis compis de la carrera y decidimos que acuda yo a valorar la gravedad de las heridas y en caso necesario, activar al resto de servicios de rescate. Una trabajadora del Parque Nacional nos lleva hasta las posiciones del Veleta, con la mochila de emergencias descendemos por el Veredón Superior y llegamos hasta el pié de la Vía Silvia, dónde había tres personas: la cordada formada por el escalador herido y su compañero, y el otro escalador que aseguraba por arriba a la chica. A éste lo conozco y es una persona con muchos años de experiencia, buena capacidad física y bastantes vías a sus espaldas.
Exploro al escalador herido, y observo una erosión superficial que sangra un poco y veo el tobillo está bastante inflamado. Puede ser una fractura. Le hacemos las preguntas de rigor y dada la hora y la gravedad de la situación, planteamos sacarlo nosotros mismos. Procedo a curar la herida, inmovilizo la fractura y le pregunto si quiere analgesia, me indica que no es necesaria pues no le duele tanto. Entre el resto de compañeros lo sacamos de los corrales hasta las posiciones dónde nos esperaba el vehículo del Parque Nacional, que lo condujo hasta la lanzadera del Servicio de Interpretación de Cumbres. Tardamos aproximadamente una media hora, porteándolo a nuestras espaldas entre los dos escaladores y yo. La trabajadora del parque nacional y la escaladora cargaron con la mochila de rescate y el resto de enseres. El porteo fue pesado, pues es una persona de buen tamaño y hay que salvar el desnivel y las incomodidades que tiene el veredón sin una camilla de montaña. En todo momento procuramos que no apoye el pié herido.
Les aconsejo que vayan al hospital de Granada, me comenta que puede aguantar el dolor y prefiere esperar hasta llegar a su ciudad de origen. El escalador herido me confirma que carece de tarjeta federativa. Finalmente ya en el bus, les doy los últimos consejos y nos despedimos. Les deseo buen viaje y pronta recuperación.
La pareja de escaladores (él y ella), tuvieron un comportamiento intachable. Les atendieron desde el primer momento en la pared: bajó hasta la reunión y fué quién desbloqueó el aparato asegurador, ya que en el momento del accidente iba escalando de segundo y el mismo se bloqueó por la acción del peso. El compañero del accidentado no sabía cómo realizar esa maniobra, no es una maniobra difícil pero requiere cierta práctica. También les montaron todos los rápeles y fué quién dirigió las maniobras de descenso hasta conducirlos a pié de vía. Una vez a salvo todos, ella fue quién corrió a dar la voz de alarma, él estuvo en todo momento con ellos y realizó buena parte del porteo.
Ese día observé tres o cuatro cordadas, una de ellas haciendo la vía de los Extraplomos del Veleta, y las dos cordadas implicadas en el accidente de la Silvia. Yo no vi ningún escalador más, a esas horas de la tarde no había ya mucha actividad por los Corrales.
Los guías de montaña, van con escaladores menos experimentados y en muchos casos noveles, y adelantan cordadas. Eso ocurre todos los días, y no solo con los guías. Es una norma no escrita, que en una escalada si hay una cordada más lenta lo normal es ceder el paso a la otra más rápida, siempre y cuando sea posible.
Todos sabemos que la montaña está viva y se producen caídas de piedras, esos son riesgos que hay que gestionar. A veces son peligros evidentes y otras no tanto. Decidimos hacer la vía o no. Tomamos la decisión de dejar pasar a la otra cordada o no. El que adelanta debe hacerlo con cuidado y primor para no crear peligro ni desprender rocas que lo puedan derribar o caer sobre otros. Aceptamos este juego y debemos ser consecuentes.
Hay que escalar de forma que las cosas salgan bien, pero es fundamental saber qué hacer cuando la escalada se tuerce. Dominar los descuelgues, desbloqueo de aparatos, rápeles guíados, polipastos, etc. Conocer las maniobras de primeros auxilios y tener un mínimo de autonomía. Evitar poner en riesgo innecesario a los equipos de rescate si nosotros mismos somos capaces de resolver un problema así. Todo ello requiere formarse, practicar, experimentar, leer y no bajar la guardia.
Ella soltó la piedra, pero tu decidiste hacer esa vía y ceder el paso. Con ello no quiero eximir a nadie de su responsabilidad, pero si me gustaría que se reflexionase sobre el tema y pensemos que no sólo una acción/decisón generó el accidente.
Si realmente queremos hacer una crítica, compartir una experiencia de la que todos podamos aprender y reflexionar, es bueno hacer un cuadro completo de todo lo ocurrido.
Me gustaría decir que a pesar de tu fractura, no todo fué mal. Esas personas también fueron generosas y prestaron su ayuda en todo momento. Se mostraron atentas, colaboradoras y cálidas. Prestaron su deber de auxilio, y un poquito más. Todo quedó en un susto. Afortunadamente la situación no era crítica y gracias a que las cosas se hicieron bien, podrás recuperarte y seguir escalando.
Ojalá te recuperes muy pronto, y desearos a todos/as muchos y buenos años de escalada y de vida.