Dicho y hecho, tras la debida intendencia y varios días de ir viendo las modificaciones en la climatología de la zona,
, finalmente tomamos la decisión de tirar para Sierra Nevada el pasado fin de semana, con la intención de volver a subir al Mulhacén, pero esta vez para vivaquear en la cumbre, algo que nos queda claro a estas alturas de fechas, parece más bien cosa de suerte que de otra cosa, porque nada más lejo de la realidad, pues el mal tiempo entrante, sin visibilidad y nevando en la cumbre, nos obligó a declinar nuestras buenas intenciones, y quedarnos en el refugio de la Caldera, que para nuestra suerte estaba muy poco concurrido para como suele estar normalmente los fines de semana.
En esta ocasión y para variar el circuito a realizar, cosa de la que a pesar de las inclemencias nos alegramos de la decisión tomada, le metemos mano al camino por su vertiente norte, a sabiendas de que aún siendo una ruta no conocida ni sufrida por nuestras piernas, las vistas a encontrar van a ser todo un lujazo para nuestras retinas.
Como detalle anecdótico y sin que sirva de precedente, el personal decide tomar el bus que nos acerca hasta Posiciones, para con ello quitarnos la soporífera subida, que por otro lado quizás nos habría permitido un pequeño calentamiento para todo lo que se nos venía.
Iniciamos bajada hasta el Corral del Veleta por el Veredón,
Con las primeras vistas de lo impresionante del lugar. Algo único de ver y poder contemplar, a pesar de lo agreste que pueda parecer.
Tras un buen trecho en el Corral, afrontamos ese pedazo de pared que se nos antojaba muy fuerte para estar al principio, pero que sí o sí no quedaba otra que subir.
Una vez cubierto el primer objetivo, desde el Collado de Veta Grande nos aparece toda una visual del camino a recorrer, una auténtica balconada a esta cara norte y al inicio de los valles de Valdeinfiernos y Valdecasillas.
A partir de ahí nos toca tirar de cuádriceps y a bajar de nuevo, para ir casi a nivel de ladera, bordeando todo el corral del Valdeinfiernos, con un primer lagunillo casi escuálido, hasta llegar a Laguna Larga a los pies de la Caldera.
Aquí decidimos rancho y recuperar fuerzas con algo de sustento sólido que no viene nada mal. Pero no hacemos más que comenzar cuando empiezan a caer pequeños copos de agua nieve, que rápidamente van incrementando en cantidad. Recogemos las viandas, ropilla de agua puesta, mochilas una vez más a las espaldas y a voltear este pequeño espoloncete calderero, para ir buscando Juego de Bolos y la cercanía del Collado del Ciervo, nuevo objetivo de nuestro itinerario.
A pesar de algunos pasos un poco comprometidos, sobre todo por el peso de nuestras mochilas, finalmente logramos ascender hasta un nuevo balcón, en este caso el que se asoma a la amplia cara norte de Mulhacén y Alcazaba, con la Mosca en sus pies. Las vistas del momento bien merecían el esfuerzo y sacrificio tenido.
A partir de ahí y tras localizar no sin cierta dificultad, el sendero que nos va a llevar a media ladera, hasta la altura del Collado del Ciervo, acometemos esta parte final de nuestra trabajo del día, justamente cuando la climatología más seria se nos estaba poniendo. Obviamente ya habíamos perdido toda esperanza de hacer noche en la cumbre, pues la misma no había forma de divisarla. La cosa se estaba poniendo seria por momentos, pero llegados a este punto, sólo nos quedaba la esperanza de que el refugio de la Caldera, tuviera huecos para nosotros.
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Finalmente hubo suerte en el refugio y había sitio suficiente. Esa tarde noche y madrugada, compartiríamos habitación de hotel con un par de grupos de montañeros, la mar de apañados, y con los tuvimos un muy buen rato de tertulia en la cena y sobremesa, algo que se agradece enormemente. Nosotros que siempre coincidimos con montañeros experimentados, en algunos casos hasta ochomilistas, en esta ocasión nos tocaba el rol de veteranos,
, no ya solo por los años que lo son para algunos,
, sino además por las experiencias que ya empiezan a irse acumulando.
A la mañana siguiente y aún sin tenerlo previsto por hacerlo depender de la climatología, decidimos subir. Dicho y hecho. Efectivamente toda la parte alta ya mantenía una cierta cantidad de nieve, prueba de lo visto la tarde anterior. Fotos de rigor, personales para aquello del "yo estuve aquí", y las lógicas desde cumbre, porque subas las veces que subas, siempre tendrás nuevas fotos que realizar.
Toca bajar y para ello decidimos incluso para la primera parte con nieve, colocarnos los pinchos para evitar caidas tontas, que pudieran fastidiarnos la retirada.
En la bajada nos vienen nuevas fotos de todo lo que tenemos por delante en esta vertiente sur.
A partir de aquí, recogida de enseres, hacer la mochila y tomar la pista de vuelta apretando el culo y alegrando las piernas, para poder llegar hasta el coche en los Albergues, con tiempo para descansar un poco y si no tener una aceptable barticipación porque el tiempo no lo permitía, sí al menos algo lo más parecido. En el camino y en uno de esas pequeñas ventanas que se abren en el margen derecho de la pista, pudimos contemplar con algo más de cercanía, lo que el día anterior habíamos transitado, observándolo con más detenimiento desde las alturas.
Y con esto llegamos al final de este fin de semana montañero, algo que como siempre digo para nosotros es un auténtico lujo que nos permitimos muy pocas veces al año, pero que disfrutamos como niños con juguetes nuevos el día de Reyes.
Ya tenemos en mente cierta planificación para la que presumiblemente será la próxima escapada, pero para ello faltan aún algunos meses.
Saludos para todos y nos vemos en el Foro.