PEQUEÑO GALAYO, VÍA SUR DE LA APRETURA
(VARIANTE JORGE EXTREM, O CREO QUE POR AQUÍ NO ERA)
Bueno, pues ya que no podemos hacer el Urriellu, habrá que seguir desquitándose a lo grande. Seguimos en Gredos y vamos a realizar la ascensión al Pequeño Galayo, cima que únicamente se puede ganar por medio de escalada clásica.
Elegimos para ésta ocasión la Vía Sur Apretura. 5 largos ( que haremos en 4 ) con un grado V+, al que nuestro amigo Jorge le daría un poco de alegría y subirlo un poquito a 6A.
Aquí el croquis, cogido del libro de Raúl Lora de escaladas de Gredos.
El ya clásico ascenso al refugio Victory, con una amenazante niebla.
Y dejando el Refugio a nuestra izquierda, enseguida nos encontramos la mole picuda del Pequeño Galayo, al que atacaremos por la derecha, encima de unos vivacs existentes en la base.
La niebla viene y va, pero sigue persistiendo al inicio, haciendo más épica la escalada, ya que nos hiela hasta los huesos. Los tres, nos ponemos el plumas para subir. No es usual esta prenda en plena ascensión, pero las paradas para asegurar y esperar a los compañeros hacen que te quedes muy frío estando quieto. La roca también estaba muy fría, lo que dificulta los agarres. Jorge comienza el primer largo por un diedrito sencillito, bien definido. Como hay cuerda de sobra y no es muy difícil, decide unir los dos primeros largos ( IV - IV+).
Y allí va Ana, como un tiro.
El tercer largo debería ser un IV+, pero Jorge, que es una puta salamanquesa, se adhiere al rocaje vivo y ni se entera. Empieza a equipar por un diedrite directo hacia dos techacos que hay que salvar en babaresa y sin presas en los pies, fiándote de la providencial adherencia de Gredos. Ya terminando el largo, se le oye “ pues parece que por allí por la izquierda está más pisao”. Fectivamente. Pero mira, oye, que nos cascamos un 6ª por la misma cara…Eso si, yo tenía el ojete más fino que cuando tienes gases en la casa de otro.
Pero nuevamente la Anusca la saca del tirón ( qué remedio). Sólo hay fotos del primer techo, ya que luego estaba yo escalando también. El segundo era pindio, pindio…
Ya hemos pasado lo más duro y nos relajamos un poco. La niebla comienza a desvanecerse y la alegría se nota en nuestra cara. Aquí con Jorge máquina total, estrenando su TD 2 de escalada y disfrutando de las maravillosas vistas.
Con el magnífico Torreón al fondo…
Pero aún no hemos terminado, ni mucho menos. Otra babaresa, ésta en vertical/ oblicuo, V+, nos dejará ya en la cima. Pese a su dificultad, la sacamos con mayor agilidad. Es un paso muy bonito.
Ya sólo queda disfrutar de la cumbre y sus increíbles vistas.
Y esta impresionante toma de unos compañeros escaladores en la cima del Torreón.
Toca bajar. Para eso hay que liar este galimatías.
Hay que tener cuidado con algún rápel sucio por la caída de piedras. Una bien grande nos dio un buen susto, haciendo bueno el dicho de hasta que no estás en el coche, no has terminado la jornada.
Ya abajo, con la excelente punta del Pequeño Galayo de fondo. Con la satisfacción de haber subido a un pequeño gran pico.
En esta foto se puede apreciar esa majestuosidad de Galayos, de infinitas puntas afiladas. Torreón a la derecha, Pequeño Galayo, con la forma característica de “dedo” y su hermano Mayor, que no más difícil, el Gran Galayo tras él.
A estos otros escaladores, no les ha costado nada, nada…
Con la mirada perdida, ya queda pensar en el siguiente reto…Pero esas son ya otras aventuras que esperamos contar por aquí en otro momento.
