Tuve la inmensa fortuna de conocerlo hace ya como 20 años a través de su primo Raúl, amigo mío. La impresión que nos causó metiéndose 100 Kms de bici entre Granada y Alcalá la Real sin entrenamiento previo siempre fue objeto de admiración indisimulada para nosotros, porque efectivamente, no he conocido a un personaje más peculiar ni más fuerte que Alejandro. Años después cenamos con él en su casa, donde me dejó maravillado también personalmente.
Me uno al dolor de su familia
Vaya desde aquí mi homenaje