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Polvorilla en la colina
Todo eso está muy bien, sí señor , pero... qué se hace cuando las ganas de comer no son demasiadas?
Yo por ejemplo, no soy de mucho comer, y en la montaña, sobre todo cuando nos embarcamos en rutas de más de 30 kms, que es a menudo, pues a mediodía no me apetece demasiado comerme un bocata reseco. En mi caso, me apaño bien con frutos secos, fruta fresca, fruta deshidratada, galletas dulces y saladas... que se comen fácilmente. Suelo comer poco, pero picoteo continuamente. Siempre llevo ampollas de glucosa en la mochila, y por supuesto, mucho líquido: té calentito en invierno, colacaos, zumos, isotónicas y agua. Y ya a la vuelta, en casa, sí que ceno muy bien, con caldos y comidas reconstituyentes, porque yo soy bastante poca cosa, y en cada ruta suelo perder un kg de peso, incluso más
Todo esto, para rutas de un día, claro.
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