Bueno, había que darle un tiento a esa norte de la Alcazaba, ya eran muchos añicos trabajándola en la cabeza y ese post resucitado con el magnífico reportaje del Wilhemi y el Rai ha sido la puntilla para que uno se lance de cabeza.
Así que al fin las estrellas, las constelaciones y dios sabe que más se alinearon para que en compañía de mi amigo Pedro nos cargáramos de ilusión para semejante reto. Los vinates del país seguro que también han contribuido
Pues eso, el lunes, tras almorzar con un gato serrano nos lanzamos hacia las fuentes del río Genil en busca de las majestuosas nortes de la Sierra. Qué maravilla
La verea de la Estrella, se veía fresquita. Buena señal para lo de más arriba?
Llegamos a la famosa curva y como siempre
Una vista de detalle y una primera impresión, poca nieve, y unas suposiciones: nieve transformada, corredores en buen estado y aproximación y progresión rápida. Demasiado optimismo
Puesta de sol, visitantes de tamaño y a la piltra.
Falla el despertador y arrancamos con una hora de retraso a la siete, con las primeras luces del día sobre los Machos y con un guiño de la luna.
Nos vamos aproximando por el Espolón de la Alcazaba hacia nuesto objetivo.
Muy poca nieve. Los crampones nos los ponemos en la base de la primera cascada.
Donde el Rai y el Fernandico encontraron camiones de nieve, nosotros tuvimos la alegría de disfrutar de dos largos de casi 60 metros con unos bonitos resaltes de hielo
Terminado el hielo, to parriba a buscar el siguiente tramo de la superdirecta y a mi juicio el más duro de toda la vía como bien se desprende también del croquis. Eso sí, la nieve hasta llegar a la base, penosa.
La cascada una maravilla pero de un hielo durísimo, muy duro y estalladizo.
Por la izquierda parece más fácil pero el hielo es frágil y corre el agua. Unos golpecillos y mejor por la derecha por la vertical total.
Un tornillico y dale, pero esto de vivir bajo los trópicos la mayor parte del año hace que uno no las tenga todas consigo y finalmente desisto. Decidimos sortear los primeros 4 metros por una travesía de roca por la izquierda para retomar la cascada.
Seguimos ahora si disfrutando. Reunión y mirada hacia arriba confusa, hielo colgante!! Habrá que sortear este largo por la izquierda.
Otro largo más de nieve y alcanzamos la zona del vasar y el famoso gendarme.
Mirada parriba y mirada a la muñeca. Nos queda poco tiempo. Poco o nada de hielo hacia arriba, todavía 300 metros para cima y muchos más para abajo. Hemos venido a disfrutar y si la norte ha esperado hasta ahora, seguro que podrá seguir esperando un poco más hasta que la completemos. Nos vamos pues en busca del Espolón de la Alcazaba por una travesía lateral.
La nieve de consistencia azucarada, o sea, nieve polvo sin transformar.
La travesía ligeramente inferior en altitud a la del Vasar tiene su encanto. Delicada en el último tramo.
Por fin llegamos al Espolón. Los rayos del sol nos acarician por primera vez en todo el día a las 5 de la tarde. Lo celebramos.
Una bajada de dos horas y media por ese espolón nos separa de nuestros sacos
La cascada desde el Espolón, impresiona pensar que hemos pasado por allí
el Juego de Bolos desafiante y los Machos nos miran, seran los próximos,
A disfrutar compadres,
Saludos.
Pájaro