Un rancho de 2.000 acres (800 ha.) en Montana, con sus propias pistas de esquí privadas, se ha puesto a la venta por 24 millones de dólares.
Uno de los elementos más destacados de la propiedad es que tiene una veintena de 20 pistas de esquí que solo pueden ser usadas de forma privada. Están ahí porque en el año 2000 alguien comenzó un proyecto para levantar una estación allí mismo, pero después de haber construido algunas instalaciones le denegaron el permiso.
En ese momento el dueño de aquel rancho y las tierras adyacentes era un tal Tom Maclay. El hombre quería desarrollar una estación de esquí de lujo con tiendas, restaurantes y viviendas, pero nunca obtuvo el permiso necesario del Servicio Forestal de EE.UU. porque gran parte de las pistas discurrían por cotas donde las precipitaciones son más de agua y pocas veces en forma de nieve. En 2009, tras una serie de solicitudes de permisos y falta de avances, los bancos ejecutaron la hipoteca. Finalmente la propiedad fue subastada por 22.5 millones de dólares en 2014.
Gracias a todo ese proyecto iniciado, el rancho cuenta con infraestructura que podría servir para desarrollos a menor escala. Así tiene caminos asfaltados y otros de grava, red eléctrica soterrada, y derechos de agua.
Las pistas de esquí fueron diseñadas por una empresa especializada y alcanzan casi los 2.000 metros de altura. Los actuales propietarios las han ido manteniendo, por lo que siguen siendo completamente funcionales para uso privado. Eso sí, al parecer solo se han podido usar en años con buena nieve y como mucho un par de meses. También pueden usarse para bicicleta de montaña durante todo el año. Las rutas de acceso permiten a los excursionistas llegar a lagos alpinos y vistas sobre la línea de árboles que de otro modo serían difíciles de alcanzar.
El rancho puede utilizarse como rancho privado o comunitario, o para conservación, dado su valor ecológico y la cercanía a hábitats importantes. Se encuentra al pie de la cordillera Bitterroot y limita con el Bosque Nacional de Lolo, que colinda con la Selway-Bitterroot Wilderness, una de las mayores áreas protegidas del Estados Unidos.
En Estados Unidos es relativamente habitual encontrarse con casas que tienen una estación de esquí privadas. En todos los casos se trata de antiguos proyectos que por alguna razón u otra acabaron fracasando. Por ejemplo, también en Montana, se ponía a la venta en 2023 esta casa con una pequeña estación de esquí de tan solo seis pistas que llegó a funcionar en los años '30 y '40 del siglo pasado.
Un caso curioso fue el de una pareja que en 2016 se compró una mansión, y descubrió que allí mismo años atrás había sido una estación de esquí hasta mediados de los '90.
Otro caso a destacar es el de un hombre que compró una estación de esquí que cerró en 2017. Como nadie la quiso comprar, se la quedó con sus remontes y dos pisapistas incluidos, pero para convertirla en una mansión con 'pistas en su patio trasero'.

Pistas de esquí de Lolo Ranch en desuso pero no abandonadas