Estados Unidos nunca ha sido un país donde se fabriquen muchos esquís. En cuanto alguna marca ha crecido se ha marchado a otro lugar. Fue el caso de HEAD que se trasladó a Austria, o K2 Skis que en cuanto vieron que en China podrían ganar más dinero se llevaron allí la producción.
En 2022 Andy Wirth, un veterano de la industria del esquí de los Estados Unidos con experiencia en la gestión de varias estaciones invernales de aquel país, presentó la nueva marca Peak Skis. Como socio de la empresa, Bode Miller, toda una leyenda de la Copa del Mundo de esquí alpino. Juntos pretendían crear una gran industria del material de deportes de invierno con sede en Montana.
En mente tenían ideas tan descabelladas, que hoy no se entiende como nadie les paró los pies a tiempo.

Auge y caída de Peak Skis
La historia de Peak Ski Company, la marca de esquís lanzada por el legendario esquiador Bode Miller y el veterano del sector Andy Wirth, es una narrativa de ambición desmedida, innovación prometedora y un final abrupto que ha dejado un reguero de decepción en la industria del esquí. Lo que comenzó como una visión para revolucionar la fabricación y venta de esquís, culminó en un colapso empresarial, dejando sin pagar a atletas de alto perfil y a empleados.
Bode Miller, el mejor esquiador estadounidense gracias a su 33 victorias en la Copa del Mundo de esquí alpino y seis medallas olímpicas, buscó crear su propia marca de esquís tras retirarse de la competición en 2017. Su camino incluyó breves asociaciones con marcas como Bomber (con quién pretendía nada menos que competir en la Copa del Mundo) y Crosson, donde ocupó cargos de responsabilidad en el diseño de los esquís.
Rápidamente empezó a aplicar modificaciones experimentadas a lo largo de su carrera deportiva que funcionaban a nivel de expertos.
En 2022, Miller sorprendió al anunciar el lanzamiento de Peak Ski Company, una marca que prometía esquís "revolucionarios". Inicialmente, se afirmó que la fabricación sería "100% USA" en Montana, en unas instalaciones de 1.000 m2 en Bozeman que bautizaron como "Peak Development Group & Innovation Center", y conocido popularmente como "Peak DevGru".
Sin embargo a los pocos meses se se confirmó que la fabricación principal se encargaría al fabricante esloveno ELAN, con quien Miller firmó un contrato y que, de hecho, ya había comenzado la producción de esquís para la temporada 2022/23 antes de su visita a Eslovenia. El diseño, no obstante, sería obra de Miller y su equipo en Montana.
El socio de Miller, Andy Wirth, quién aportaba una dilatada experiencia en la gestión de estaciones de esquí como Steamboat y Palisades Tahoe (antes Squaw Valley), tenía una visión de Wirth para Peak "grandiosa", vendiendo no solo esquís, sino una "revolución" con planes para un lujoso showroom, integración vertical y Montana como el corazón de la fabricación de esquí estadounidense de alto rendimiento.
Ambos socios vislumbraron un proceso de fabricación automatizado llamado "Peak Bolt" que reduciría el tiempo de producción desde los 45-75 minutos habituales a tan solo 4 minutos por par, con la ambición de licenciar esta tecnología a otros fabricantes y producir el 40% de los esquís y tablas de snowboard del mundo para 2029. También planearon una academia de fabricación de esquís de 25 millones de dólares que nunca se materializó.
Bode Miller ideó para los Peak Ski de alto rendimiento una característica distintiva: la "Tecnología Keyhole", un recorte en forma de ojo de cerradura delante de la fijación de la puntera que lo diseñó tomando como base unos Rossignol y quitándole la placa VAS (vibration absorption system)
Esta innovación, inspirada en una modificación personal de Miller en sus esquís de competición, prometía hacer los esquís más flexibles y obtener mejores giros sin sacrificar estabilidad, permitiendo una iniciación de giro más fácil y rápido. Aunque la mayoría de los esquiadores quizás no podían sentir la diferencia, el argumento parecía convincente.
La empresa también patentó un dispositivo de localización, Peak Loc8, que podía insertarse en esta abertura para localizar esquís perdidos o robados.
La primera colección consistió en seis modelos, cuatro de ellos enfocados al all-mountain, que es lo que más salida comercial tiene, y con el sello de 'Peak by Bode Miller' en cada tabla:
- The Peak 88;
- The Peak 98;
- The Peak 104,
- The Peak 110.
*Cada uno de ellos indica el ancho del patín.
También se lanzó una linea de alto rendimiento Side Country (SC), muy ligeros para hacer travesía:
- Peak SC 98
- Peak SC 104

Los esquís se ofrecían a un precio de lanzamiento de 890 dólares y se vendían exclusivamente online. Este modelo 'Direct to Client' (D2C) impedía probar los esquís antes de comprarlos, lo que frenó a muchos compradores a pesar de una política de devolución de 30 días.
No obstante los esquís de Peak recibieron numerosos elogios de medios especializados. El informe de consumo de Snowsports Industries America de 2023 clasificó a Peak Skis entre las cinco marcas más memorables después de solo una temporada en la nieve, un ascenso sin precedentes para una empresa de esquí nueva. Realmente si se les en foros y comentarios en redes sociales de la época, la gente se mostraba muy contentos con ellos.
La compañía atrajo a un equipo de alto perfil en marketing e I+D+i, además de esquiadores de renombre como Chris Davenport y Michelle Parker, que se unieron en 2022 como director senior de esquí e innovación de productos y como Jefe de diseño de producto, respectivamente. A ellos dos se sumaron J.T. Holmes y el explorador polar Doug Stoup.
Sin embargo, las señales de problemas surgieron pronto. Los cheques para deportistas como Davenport y Parker dejaron de llegar poco después de que firmaran sus contratos, recibiendo solo una fracción de lo prometido. La empresa también dejó a varios provedores sin pagar por eventos y promociones.
Desde el principio, Peak se lanzó con una meta ambiciosa de vender "cinco cifras" de esquís en el primer año, una cifra imprudente para una nueva marca sin presencia previa en la nieve. La producción se aceleró para igualar el entusiasmo, lo que llevó a un inventario inflado y a una falta de ventas. A los pocos meses del lanzamiento, la compañía comenzó a ofrecer descuentos de "compra uno y llévate otro gratis" incluyendo las fijaciones gratis. Tácticas que en la industria suelen indicar "apuros financieros" y que socavaron el valor de la marca.

El desplome y sus consecuencias
El showroom de Peak Ski Co. en Bozeman ya está cerrado; los directivos han abandonado la empresa, y sus dos docenas de empleados fueron despedidos.
De todo esto la gente se enteró porque alguién intentó entrar en su página web hace unos días después de ver que no se actualizaban sus redes sociales desde hace meses, y se encontró con que la han desconectado.
Los esquiadores patrocinados, así como Chris Davenport y Michelle Parker, han consultado con abogados y han presentado demandas por incumplimiento de contrato, aunque temen que no quede dinero para emprender acciones legales.
El Colorado Sun publica esta semana que Bode Miller atribuyó el cierre a los crecientes costos operativos y a la falta de cumplimiento de compromisos por parte de varios inversores. Al parecer el ex-corredor de Copa del Mundo ha asegurado que los desafíos del primer año crearon una "deuda significativa" que se arrastró al segundo año lo que ha generado deudas impagables. De hecho
"Elan tiene retenido un stock de casi 2.000 pares de esquís en su fábrica que no liberará hasta que se le pague. Si logramos que nos los envíen podríamos saldar deudas, incluidas las de Davenport y Parker."
Ahora, algunas de las cosas que se dijeron antaño generan dudas. Por ejemplo, en febrero de 2024, Andy Wirth y Bode Miller lanzaron una recaudación de fondos que recaudó más de 1.2 millones de dólares de 592 inversores. En esta campaña de crowdfunding, afirmaron haber vendido más de 4.000 esquís en su primer año, generando 3 millones de dólares en ingresos. Sin embargo, la veracidad de estas cifras es cuestionable dado que, según fuentes a las que ha accedido The Colorado Sun, Peak Ski Co. no vendió ningún esquí el año pasado.
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Peak Development Group & Innovation Center
Un legado incierto
El desplome de Peak Ski Co. es descrito como una "triste historia que no tenía por qué terminar así". Aunque la marca tenía todos los elementos para el éxito (una leyenda del esquí, un ejecutivo experimentado, un equipo prometedor, tecnología y una narrativa convincente) le faltó moderación. Se precipitó, prometió demasiado y confundió la publicidad con el progreso.
Bode Miller lamentó la situación pidiendo disculpas y reafirmando su creencia en el plan original, esperando poder "verlo hasta su finalización". Sin embargo, lo que se vislumbraba como su 'legado' en el deporte post-competición, parece haberse convertido en "otro error" en su historial de emprendimientos.
La historia de Peak Ski Co. sirve como una cruda lección sobre los peligros de la arrogancia, el gasto insostenible y el incumplimiento de promesas en una industria tan unida como la del esquí.
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Bode Miller sigue viviendo en Montana donde se dedica a críar a sus cinco hijos y ser embajador de la estación de esquí de Big Sky