Sin un plan de ruta todavía establecido, Generalitat y Ayuntamiento de Lladorre han iniciado conversaciones para tratar de salvar la estación de esquí de Tavascán. Así lo aseguró el pasado jueves Carles Ruiz Novella, Presidente de FGC en la previa de la presentación de la temporada de verano en las estaciones de esquí bajo su tutela.
Al acabar la temporada de invierno, el Alcalde de Lladorre anunció que se veía en la obligación de ceder las instalaciones de Tavascán a La Generalitat (o a quién quisiera hacerse cargo) después de que los gastos para mantener la estación de esquí se habían vuelto inasumibles después de una temporada gafada en que se les estropearon dos máquinas pisapistas, una de ellas alquilada a Portè Puymorens para suplir la que se había averiado.
A este incidente se suma que el telesilla de dos plazas, prácticamente el único que tiene la estación de esquí (hay un telesquí en la cota media pero para debutantes) deberá acometer una profunda revisión. Instalado en 1998, deberá pasar una revisión extraordinaria en 2028. Es una operación muy costosa y en algunos casos implica incluso desmontar las pilonas. Todo esto lo paga el cliente, que en este caso es el Ayuntamiento de Lladorre.
A esto hay que añadir que el verano pasado se instaló la primera fase del sistema de producción de nieve que garantiza las condiciones hasta la zona media de la estación de esquí. Unas instalaciones que si bien fueron financiadas en parte por la Generalitat, tienen un mantenimiento que incrementa mucho la factura. Hay que tener en cuenta que quedó pendiente ampliar la linea de cañones hasta la cota máxima de Tavascán pero que tal como están las cosas, no se vislumbra que se haga a corto plazo.
Y es que la Generalitat aportó 500.000 euros para este sistema de nieve artificial. Pero luego el coste de la instalación subió hasta los 800.000. El ayuntamiento para no perder la subvención y un proyecto largamente esperado, pidió un crédito de 300.000 euros que ahora están pagando. En conjunto una serie de gastos que un Ayuntamiento tan pequeño como el de Lladorre, con apenas 254 habitantes, puede sostener. Así que acabada la temporada de esquí, pusieron las llaves de la estación sobre la mesa, dispuestos a ceder las instalaciones a la Generalitat o o quién quiera hacerse cargo de ella.
A 'groso modo'Tavascán necesita una nueva máquina pisapistas (unos 450.000 euros), hacer la revisión extraordinaria del telesilla (750.000 euros) o la compra de uno nuevo (4 millones de euros), así como hacer frente al crédito de 300.000 euros por la nieve artificial. Es decir, que se enfrenta a un mìnimo de 1,2 millones de euros o a casi 5 millones.
Carles Ruiz Novella reconoce que la estación de esquí de Tavascán es necesaria para la economía de aquella zona de la comarca del Pallars, y que se ha de encontrar una solución para mantener también los 40 puestos de trabajo a los que se alcanzan en días pico de la temporada.
Tavascán es la única estación del Pirineo catalan con explotación comercial de esquí alpino y de fondo