Vehículos con las llaves puestas, vallas de obra tiradas sobre una pick-up y un año más los pocos cañones de nieve que tienen, sin tapar una vez acabada la temporada de esquí. Tampoco se sabe nada de la revisión V7 del telesilla de la estación de esquí, el cual lleva pendiente desde hace más de un año.
La dejadez de la estación de esquí de Sierra de Béjar es tal, que se puede hablar ya de instalaciones abandonadas a su suerte. En una carta abierta por Alberto Segade, antiguo responsable de comunicación en GECOBESA (empresa que estuvo gestionando esas instalaciones hasta 2024), se expone la lamentable situación de este complejo invernal que hace unos años veía cada fin de semana la llegada de miles de esquiadores, sobre todo de Madrid, que además de las pistas, llenaban restaurantes, alquilaban material y dinamizaban la economía de una comarca en depresión económica desde el cierre de muchos talleres téxtiles.
DESGUACES “LA COVATILLA” Máquinas dispersas y destartaladas a la intemperie, vehículos en estado de desguace con piezas sueltas en su entorno, caros equipos de control sin protección que no se han retirado, mallas de protección sin recoger, aspersores y lanzas del sistema de innivación con las tripas fuera, motores eléctricos sin carcasa…
En las fotos tomadas el pasado domingo día 18 de mayo, se puede ver, incluso, una máquina retroexcavadora abandonada en el centro del aparcamiento.
La estación de esquí cerró el pasado 20 de abril y parece que todo está como quedó entonces. Nadie atiende a los teléfonos porque el personal está de vacaciones pagadas antes de ser dado de baja (25 sueldos que seguiremos pagando todos, algunos hasta mediados de agosto) para recuperar las horas extras trabajadas a lo largo de una corta temporada en la que solamente se ha podido esquiar, un par de meses, en el corralito de debutantes. Cuesta trabajo asumir tan elevada compensación después de marcharse sin recoger.
Ante el lamentable estado de las máquinas e instalaciones y la inexistencia de responsables cualificados o profesionales en plantilla, no hay previsión ni planificación para reparaciones, ni nadie trabajando.
Nada se sabe de las revisiones y mantenimientos pendientes, ni de la planificación cara a la próxima temporada, tampoco del plan de vigilancia ambiental ni de las labores de verano en el dominio esquiable. No se han dado explicaciones sobre el desastre de la temporada, ni publicado datos.
Los fondos pendientes de inversión están sin destino y a punto de perderse. No hay acuerdo ni modelo establecido para asegurar la gestión de las instalaciones de manera adecuada.
El fracaso del alcalde y la concejal delegada con La Covatilla es estruendoso, a partir de una gestión indefendible que pone en peligro su mera existencia, Si lo que pretendían era cargársela, están a punto de conseguirlo. Por el camino se han dilapidado millones de euros y arruinado expectativas de negocio para muchas empresas, además del tributo hacia todas las personas que, desde hace más de un siglo, contribuyeron a hacerla realidad.
Ante una demostración tan contundente de incompetencia (que se multiplica en el resto de áreas municipales) solo queda la puerta de salida. Reconocer el descalabro ante la ciudadanía y ceder el testigo podría ser un colofón digno para ambos, en vez de aferrarse al cargo, manteniendo un discurso que ni ellos mismos se creen y ocasionando un grave perjuicio económico para las arcas públicas y los negocios de la zona.

Imágenes de Sierra de Béjar La Covatilla tomadas el pasado 18 de mayo donde se puede ver el estado de abandono y vandalismo de muchas de sus instalaciones. Fotos: Alberto Segade
La revisión del telesilla debía haberse hecho el verano pasado. Sin embargo no se hizo nada hasta bien entrado el otoño. Se fue retrasando los trabajos continuamente, llegándose a asegurar que hasta el mes de marzo no estarían acabados. Pero ni siquiera esa fecha se cumplió.
La temporada se intentó salvar a base de vender cafés y batidos de chocolates en la cafetería y poniendo en marcha un pequeño telesquí de menos de 200 metros para debutantes. Porque la cinta para la pista de principiantes también tenía el cuadro eléctrico estropeado y nadie lo arregló en todo el invierno.
Después el Ayuntamiento montó una carrera escolar, el Alcalde y la Concejala de Turismo se hicieron la foto y se marcharon con la misma falta de verguenza con la que llegaron. En definitiva, una gestión tan mala como cutre que no parece que tenga señales de corregirse.
De hecho,a la vista de las imágenes, poner aquello en orden cuesta cada vez más dinero porque hay que ahora habrá que arreglar lo que se ha vandalizado o estropeado pòr dejadez y abandono.

Moto de nieve de Sierra de Béjar- La Covatilla, dejada a la intemperie y con un intento de puente en su llave de contacto. Foto: Alberto Segade