A finales del pasado mes de noviembre Fonna Sport AS, empresa que gestiona las instalaciones del glaciar noruego, anunciaba que se declaraba en quiebra y que ya no abrirían este verano. Aunque se trata de una estación pequeña con pocas visitas en general, sí es un espacio muy importante para los entrenamientos de clubes de esquí e incluso para el Equipo Nacional Noruego.
Entre los argumentos que se dieron para finiquitar las instalaciones de Fonna Glacier Ski Resort estaba el ya clásico cambio climático que sirve ya como excusa para estos cierres. Y si bien es cierto muchas veces, en el caso noruego, donde la nieve sigue muy presente todo el año, la realidad estaba detrás de Trond Mohn, un inversor ligado al sector del petroleo de Noruega que había estado poniendo el dinero para abrir cada primavera. Ahora con 80 años está poniendo en orden sus activos y cediendo algunos de ellos a su familia. Seguir financiando ese glaciar ya no estaba en los planes del family-office.
A lo largo de estos meses tanto clubes de esquí como la propia Norges Skiforbund han estado trabajando en buscar maneras para volver a reabrir Fonna este verano. Finalmente, parece ser que hace unas semanas se reconvirtió Fonna AS en una Fundación sin Ánimo de Lucro cuyos principales accionistas serán la Federación de esquí de la región de Hordaland y la de Agder/Rogaland.
El objetivo es ahora poder poner en marcha ya las instalaciones para poder abrir este próximo mes de mayo. Ahora como fundación parece que tienen más facilidad para acceso a financiación de bancos y estatales. De momento, a corto plazo, lo que buscan es simplemente poner en marcha el telesquí y poder señalizar las pistas para que se pueda entrenar allí este mismo verano.
A largo plazo buscarán dinero para mover todas las instalaciones unos metros más arriba con el objetivo de garantizarse las condiciones de nieve hasta el final de la temporada de verano. Si bien es verdad que durante el invierno las nevadas son tan abundantes y sucesivas que es prácticamente mantener aquello abierto, luego cuando llega el verano las temperaturas suben rápidamente a partir del finales del mes de junio, lo que hace que muchos años se llegue muy justo al final de la fecha programada, que suele ser a mediados de julio.
Sin el glaciar las opciones de los equipos y clubes que entrenan allí era buscar un sitio en los otros dos glaciares que abren en Noruega, pero seguramente la mayoría de ellos habrían acabado yendo a Austria y Suiza. Los precios son mucho más caros, a lo que hay que contar traslados y manutención. Sale más rentable pagar para mantener abierto Fonna.
Al frente de esta tercera oportunidad para Fonna (es la segunda vez que quiebra) se ha colocado a Bjørnar Neteland, corredor de Copa del Mundo de esquí alpino hasta 2019 quién lleva desde hace unas semanas moviéndose para recaudar el dinero suficiente para poder abrir. Ahí entra no solamente nóminas para trabajadores, sino el pago de la electricidad, gasoil para la pisapistas y algunos gastos más. La parte positiva es que la reserva de pistas para entrenamiento va a muy buen ritmo.
Además de buscar dinero en subvenciones y préstamos, también han abierto una ronda de recaudación (crowfounding). Todo eso junto al alquiler de las pistas y los ingresos del edificio de restauración, debería permitir acabar la temporada en números positivos.

Un solo telesquí permite acceder a las pistas de entrenamiento que se marcan a partir de primavera