Juanjo es un hombre tranquilo y apacible aunque también inquieto y lleno de proyectos para mejorar su tierra. Este jienense, que estudió ingeniería de caminos en Granada, vive y trabaja en Austria, para una de las más importantes empresas de transporte por cable del mundo. Le conocimos hace un par de años, cuando nos presentó ese precioso libro sobre la historia del transporte por cable en Sierra Nevada, una verdadera joya.

Hace unos días tuvimos la oportunidad de disfrutar de su compañía y nos presentó este ambicioso proyecto que nos dejó enamorados y soñando con la posibilidad de que algún día Granada tenga la comunicación sostenible y moderna que merece con su sierra. Un proyecto que ya ha presentado a todos los ayuntamientos e instuciones que tienen capacidad para ponerlo en marcha.
¿Por qué surge el proyecto Sulayr 2025?
El Proyecto Sulayr 2025 nace en realidad como respuesta a un gran problema que sufre Sierra Nevada, los granadinos y todos los amantes de la nieve y de la montaña y que aún no ha sido solucionado. No es una idea nueva, sino la optimización de un antiguo proyecto que no estaba planteado correctamente y que era inviable desde el punto de vista técnico y financiero, tal como se ha podido comprobar. Lo que planteo es una solución para la ciudad de Granada y para Sierra Nevada, que propongo de forma totalmente particular, como ingeniero y como ciudadano, después de haber vivido durante tantos años la experiencia de subir a Sierra Nevada. Todo ello me ha permitido analizar con cierta profundidad la idea, hasta tal punto que no veo mejor alternativa de transporte entre Granada y Pradollano para el presente y para el futuro. Y no sólo como solución a los problemas de tráfico, a la falta de aparcamientos y a la mejora de la experiencia del usuario, sino también como una posibilidad para el desarrollo sostenible de otras actividades deportivas, turísticas y culturales en la ciudad de Granada y en Pradollano.

¿Qué objetivos tienes en cuenta a la hora de plantear este proyecto?
Los objetivos principales que persigue el proyecto son medioambientales y de movilidad, aunque también turísticos, deportivos y culturales. No debemos olvidar que existe un objetivo europeo llamado el Gran Pacto Verde que fija unas metas medioambientales para el 2050, muy ambiciosas en algunos aspectos desde mi punto de vista, pero fácilmente alcanzables en otros. En el documento se recogen una serie de propuestas para adaptar las políticas de la UE sobre energía y transporte, entre otras, para crear una Europa más limpia, más saludable y climáticamente neutra. Y este proyecto aspira a conseguir esos objetivos.
Mi gran preocupación es la desestacionalización definitiva de la estación de esquí y montaña. Hasta ahora el nombre de Sierra Nevada está ligado al deporte del esquí. Como estamos viendo los últimos años, la nieve cae cada vez en menor cantidad y de forma más irregular en el tiempo. Frente a los 4 meses de nieve, repito irregular, tenemos 8 meses en los cuales Sierra Nevada desaparece casi por completo. Además, el efecto “isla meteorológica” que nos brinda Sierra Nevada durante los meses estivales está infravalorado. La masificación del litoral mediterráneo seguirá creciendo y las agradables temperaturas de la montaña son un valor añadido que apenas se tienen en cuenta en la actualidad. Por tanto, la inversión a largo plazo y la visión de futuro de Sierra Nevada debería ir más enfocada a esos 8 meses, que lamentablemente, y según los expertos, serán más en el futuro.
Cuéntame en qué consiste el proyecto:
El proyecto consiste en la implantación de una red de transporte colectivo a través de una línea de metro desde la estación de ferrocarril de la ciudad de Granada, sustituyendo a la actual línea 33 de autobús, hasta Cenes de la Vega, lugar donde se situaría una estación multimodal que acogería la terminal de la línea del metro y la del teleférico, así como un aparcamiento para bicicletas y patinetes eléctricos y de vehículos. De esta manera se conseguiría un acceso a Pradollano libre de emisiones.

Por otro lado, se lleva produciendo en Cenes de la Vega, desde hace muchos años y de forma natural, un fenómeno relacionado con el transporte colectivo a pequeña escala. Es el lugar estratégico en el que varios amigos quedan para subir a la Sierra con un solo vehículo. A pesar de esto y teniendo en cuenta la reducida superficie disponible para aparcar, este efecto ayuda a comprender mejor que Cenes de la Vega es el lugar idóneo para hacer este intercambio de sistema de transporte de vehículo privado a colectivo. Y esto lleva ocurriendo muchos años.
Además, la situación de una ciudad como Granada con respecto a Pradollano es algo privilegiado y único en el mundo. Los 13 kilómetros en línea recta que separan ambos puntos permiten pensar, sin ningún tipo de problema, en soluciones como la que planteo con este proyecto.
De esta manera y para el correcto funcionamiento del teleférico desde el punto de vista técnico se plantean 3 estaciones intermedias, las cuales se han situado estratégicamente para su óptimo aprovechamiento:
- Parada Neveros: situada cerca del punto de despegue de los parapentes, atendería a este importante grupo de deportistas, con tan conocida y larga trayectoria en Granada. Además, la estación daría acceso al Bikepark Sulayr situado en la ladera frente a Cenes de la Vega. Se convertiría en un potencial centro deportivo para aficionados a la bicicleta situado muy cerca de la ciudad de Granada.
Fuente: Google Earth Fuente: TrailTech - Parada Trevenque: facilitaría el acceso a la media y baja montaña de Sierra Nevada, tan poco visitada y con algunos de los parajes más bonitos de todo el macizo montañoso.
- Parada Jardín Botánico: se permitiría un acceso directo al Jardín Botánico Hoya de Pedraza, uno de los parques botánicos más importantes en el ámbito nacional e internacional, sin necesidad del uso del vehículo privado.
Fuente: Google Earth
Pero la medida más urgente y necesaria que contempla el proyecto, como ya he esbozado anteriormente, consiste en la restricción del acceso mediante vehículo privado a Pradollano, permitiéndose la entrada por carretera solamente a trabajadores, empresarios, residentes y huéspedes de hotel, de la misma forma que se lleva haciendo en el centro de las grandes ciudades de todo el mundo. Esta medida no ha supuesto ningún problema ni queja hasta el momento. Además, sería necesario también promover de forma más contundente la “micromovilidad”, es decir, el uso de la bicicleta y el patinete eléctricos, tanto en Granada como en Pradollano, teniendo en cuenta que Granada es una de las cuidades con peor calidad del aire del país.

Pero es posible que haya mucha gente en contra, tal y como ocurrió con el proyecto del teleférico en el año 2000. Sobre todo, por los asuntos medioambientales.
No es así. La principal diferencia con el proyecto original del teleférico de Sierra Nevada es que estoy planteando una medida que evita la contaminación del aire y acústica de miles de vehículos al día a través de la restricción del acceso mediante vehículo privado, que promueve el transporte colectivo y que no afecta a los intereses del Parque Nacional de Sierra Nevada.
Es más, estoy proponiendo una idea totalmente compatible con los objetivos medioambientales de la Unión Europea: el acceso libre de emisiones y mediante energías renovables a Pradollano. Cualquier otra solución intermedia es más perjudicial para el medioambiente, más costosa a largo plazo y con peores resultados en cuanto a la experiencia del usuario.
Estamos acostumbrados a que, por ejemplo, la construcción de carreteras y autovías con dinero público esté normalizada en la sociedad. Nadie se queja, nadie pone pegas. Estoy proponiendo una idea que ofrece mucho más valor añadido que una carretera desde muchos puntos de vista.
¿Y cómo es posible rentabilizar un proyecto tan ambicioso?
Muy sencillo. Entiendo que es un proyecto ambicioso, sobre todo con relación al asunto de la restricción del acceso de vehículos privados. Es una decisión que se ha tomado desde hace muchos años en los centros de las grandes ciudades europeas y de todo el mundo. No es nada nuevo. En Sierra Nevada está ocurriendo casi todos los fines de semana que en un momento determinado del día se corta el acceso con vehículo a Pradollano, obligando a cientos de familias a darse la vuelta a casa. Esa improvisación debe cambiar. Y todo es debido a la gran cantidad de vehículos que pretenden alcanzar Sierra Nevada. Este problema, con el teleférico y desde Cenes, sería muy fácil de regular.
Existen poblaciones en muchos lugares de Centroeuropa donde este fenómeno se lleva implementando desde hace muchos años: Zermatt, Bettmeralp, Stoos, así como en los centros de las grandes ciudades… ¿y por qué no considerar Pradollano de la misma manera, peatonalizando además gran parte de la urbanización? Se aumentaría considerablemente la calidad de vida de los residentes, así como de los visitantes.
Por otro lado, en España no solemos tener en cuenta los costes por cada kilómetro que recorremos con nuestro vehículo (amortización, neumáticos, seguros, mantenimiento, reparaciones, etc.) y mucho menos los costes medioambientales. Según los cálculos de una Universidad del País Vasco, el coste total de subir y bajar a Sierra Nevada desde la estación de ferrocarril de Granada con coche es de unos 75,00 euros, incluidos los 10 euros de coste medio del aparcamiento de Pradollano.
Y no pensemos que el teleférico es una solución sólo para el invierno y para los esquiadores. En absoluto. Es una solución y un sistema de transporte para todo el año. Hablemos del turismo de la ciudad de Granada. El viaje en teleférico desde Cenes hasta Pradollano se convertiría con casi total seguridad en la segunda atracción más visitada de la ciudad después de la Alhambra. Además, la mayoría de los peatones o no-esquiadores que visitan Pradollano compra el tique de subida en la telecabina Al-Andalus para disfrutar de la nieve. Estoy seguro de que el viaje desde Granada en teleférico se convertiría en una gran atracción en sí. Desde el punto de vista turístico para Granada mi pregunta es: ¿aumentaría este proyecto la estancia media actual de 1,7-1,8 días del turista en la ciudad? ¿Qué consecuencias tendría esta inversión para el sector de la hostelería en Granada?

Pero algunos pueden pensar que es un proyecto técnicamente imposible y muy costoso.
Si tenemos en cuenta otros proyectos que se han ejecutado en Andalucía y con el cual estamos, no sólo solucionando un gran problema de movilidad, sino aportando valor y permitiendo el desarrollo de forma sostenible de otras actividades en la ciudad de Granada y en Sierra Nevada, no es para nada costoso. Véase la autovía de la Costa, el túnel del Guadalquivir en Sevilla, el Metro de Málaga, el tranvía de Jaén, el puente de la Constitución en Cádiz, entre otros muchos proyectos de movilidad y turísticos.
En Vietnam se ha construido un teleférico de similares características y de una sola sección de 8 kilómetros de largo. En la ciudad de La Paz, en Bolivia, está funcionando la mayor red de transporte público de teleféricos del mundo con 32 kilómetros moviendo más de 300.000 pasajeros al día. Debemos tener en cuenta que en la temporada invernal 2023-24, es decir, durante 4 meses, acudieron 800.000 esquiadores y 330.000 visitantes a la estación de esquí. Pensemos en el potencial de los 8 meses restantes, en el turismo de Granada y en la posibilidad de desarrollo de otras actividades deportivas, turísticas y culturales en Granada, en las estaciones intermedias del teleférico y en Pradollano. Es asombroso.
Otro punto para tener muy en cuenta es la posibilidad de financiar el proyecto mediante fondos europeos. En Italia, un proyecto de teleférico de la misma naturaleza (repito que este proyecto no es ningún invento futurista) de 4,4 kilómetros de longitud en la ciudad de Trieste, ha recibido en enero de 2025 casi 50 millones de euros para su construcción. Estamos hablando de que el Proyecto Sulayr 2025 podría optar a mucha más ayuda, en comparación, por parte de la Administración Pública.
Considero que es muy importante y necesario que se aporten soluciones a este gran problema medioambiental y de movilidad, que se estudien y que se tomen decisiones. Lo he vivido en primera persona y lo están viviendo residentes, empresarios y usuarios. Espero que no ocurra lo mismo que con el proyecto de recuperación del último tramo de tranvía de Sierra Nevada en Güéjar-Sierra que presenté hace ya 3 años y sobre el cual todavía se sigue hablando hoy en día. Sigo pensando que el Proyecto Sulayr 2025 es el mejor proyecto para el futuro de Granada y de Sierra Nevada.
