Dentro del programa de refuerzo y modernización de los sistemas de producción de nieve que Aramón está llevando a cabo en todas sus estaciones de esquí, el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) ha resulto de manera positiva la construcción de un embalse de 62.076 metros cúbicos de agua en Valdelinares, tal como recoge el Periodico de Aragón.
El INAGA, que con la resolución, exime de esta manera a este proyecto del procedimiento habitual de evaluación de impacto ambiental, reconoce que el volumen actual de agua embalsada en Valdelinares no es suficiente para garantizar una temporada completa de esquí, una actividad que dinamiza la economia local.
Actualmente, la estación de esquí de Valdelinares cuenta con tres embalses con una capacidad de 77.100 m3:
- La Toma, con 5.000 m³;
- La Tajera, con 25.000 m³; y
- La Cueva, con 47.100 m³.
Con los 62.076 m2 de La Mina, Valdelinares almacenará un 80% más de agua, hasta los 139.176 m³.
Según recuerda elperiodicodearagon.com, hace dos décadas que Valdelinares apuesta por modernizar sus instalaciones. Ya por entonces, Nieve de Teruel propuso ampliar la zona esquiable construyendo dos embalses: La Gitana (126.191 m³), y La Cueva (48.721 m³). Pese a que llegó a declararse de Interés General y se estimaba que se podría más que duplicar la capacidad de esquiadores, pasando de los 7.220 a 17.420, la propuesta no llegó a materializarse en su totalidad.
Desde la perspectiva medioambiental, el informe del INAGA valora de forma “compatible” el impacto que la construcción de la nueva balsa podría tener sobre la flora y el paisaje de la zona. Aunque en el emplazamiento se han identificado 204 ejemplares de Sideritis fernandez-casasii (una planta endémica catalogada como vulnerable en la Sierra de Gúdar) se han previsto medidas compensatorias que incluyen su replantación en un área próxima. Asimismo, se contempla la replantación de 50 pinos, lo que contribuirá a minimizar el impacto sobre la vegetación nativa.
En cuanto a otros factores, el impacto sobre el suelo y el relieve se ha estimado en niveles “medio” o “moderado”, mientras que la repercusión en la atmósfera se considera potencialmente “alta”. No obstante, los técnicos destacan que la viabilidad técnica y ambiental del proyecto dependerá, en última instancia, de la disponibilidad del caudal destinado a la producción de nieve.
Este ambicioso plan forma parte de una estrategia de inversión más amplia anunciada por el Gobierno de Aragón, en colaboración con los propietarios de las estaciones de esquí. Se han destinado 78 millones de euros para los próximos cuatro años: 64 millones para el Pirineo de Huesca y 14 millones a las de Teruel.
Según explicó el presidente de Aragón, Jorge Azcón, 48 millones provendrán directamente de los fondos autonómicos, complementados con 16 millones que las propias estaciones de esquí invertirán entre 2024 y 2027. Esta inyección de capital no solo busca optimizar la producción de nieve artificial (aplicando tecnologías de última generación que permiten un ahorro energético del 30% y una reducción en el consumo de agua), sino que también tiene como objetivo robustecer la oferta turística y garantizar el empleo en un sector clave para la economía regional.
