Desde mayo de 2017 todos los nuevos telesillas que se instalen en las estaciones de esquí (o fuera de ellas) en Estados Unidos, tienen la obligación de venir equipados con una barra de seguridad para impedir la caída accidental de sus pasajeros. Por más increíble que parezca, esto no era norma hasta entonces.
Como resultado, durante décadas se han ido montando miles de telesillas en los Estados Unidos sin barra de seguridad. Aunque algunas estaciones de esquí sí las incorporaron cuando renovaban su telesilla (o colocaban una cadenita), hay muchos otros complejos invernales que no lo hicieron. Y esos remontes continuarán así hasta que algún día se cambien.
La opción era que en paralelo a la obligación de incluir la barra de seguridad en los nuevos telesillas, se obligara a colocarlo en las sillas antiguas que no lo llevaran, pero se llegó a la conclusión de que esto hubiera implicado unos costes enormes para estaciones de esquí en muchos casos medianas o pequeñas por varias razones:
- Encontrar una solución de posventa puede significar fabricar barras específicas para cada silla individual, lo que incurre en un costo significativo de materiales, mano de obra e ingeniería.
- El peso adicional de cada barra también significa que es posible que sea necesario redistribuir las sillas a lo largo del cable, y es posible que fuera necesario quitar algunas de ellas, lo que reduciría la capacidad del remonte.
- La barra de seguridad añadida también puede cambiar la forma en que la silla se mueve a través de las poleas y gira por la rueda motriz. En algunos casos, añadir una barra de seguridad se vio que era casi imposible por la inclinación del remonte y los espacios libres de giro.
- Una vez finalizado el trabajo de modernización, la silla debe someterse a otra ronda de pruebas de carga, lo que suma más costes de ingenierías.
Además, se tomó en cuenta que si bien esa barra da más seguridad al pasajero, su funcionamiento solo es tal si el viajero la baja correctamente. Las estaciones de esquí del este las han ido colocando más que las del oeste, por eso cuando algún esquiador no baja la barra cuando está en las Rocosas, se dice que en su mayoría es de esa costa oeste.
Y todo esto viene porque del Oeste viene precisamente una reclamación millonaria de un esquiador que se cayó una silla sin barra de seguridad o cadena. El hombre, que dice que viajaba con su nieto en uno de los telesilla de Willamette Pass (Oregón), acabó precipitándose de una altura de más de siete metros.
El accidente ocurrió el 15 de enero de 2023 cuando el hombre subió al telesilla Peak 2 en Willamette Pass con su nieto de 10 años. Al parecer, la silla se balanceaba de lado a lado por el viento y los dos se agarraron a los reposabrazos antes de que el abuelo saliera despedido de la silla al pasar por la segunda torre del remonte. Su nieto pudo seguir sentado hasta la zona de embarque.
En la demanda se afirma que estuvo colgado de la parte inferior de la silla durante varios segundos antes de caer al suelo desde una altura de entre seis y siete metros. Sufrió fracturas por compresión y estallido de cuatro vértebras, así como diversas lesiones de tejidos blandos.
La Patrulla de Esquí lo trasladó a un puesto de urgencias para hacer un primer tratamiento y de allí se lo llevaron al Hospital de Bend, Oregón. Posteriormente fue hospitalizado durante dos semanas en la ciudad de Corvallis (Oregón) tras una operación urgente de espalda, y de nuevo después para una operación de reparación de hernia. En Estados Unidos la sanidad no está cubierta por el estado, y ni siquiera tampoco por las mutuas privadas, que tratan de desentenderse de sus clientes, así que el hombre ha tenido que poner ya más de 330.000 dólares y prevé 250.000 dólares en gastos médicos futuros.
Aunque el telesilla Peak 2 de Willamette Pass fue renovado en 2022, lo que se hizo realmente fue una actualización para cambiarle el motor que funcionaba a base de gasóleo por uno de electricidad tal como se hace en Europa. La estación de esquí es una de las más económicas de Estados Unidos. Entre semana se puede esquiar por 19 dólares, y sábados y domingos por algo menos de 40.
La estación de esquí de Willamette Pass quedó bajo la órbita de Mountain Capital Partners en 2023. Esta es la compañía de estaciones de esquí de mayor en Norteamérica tras Vail Resorts. En apenas una década ha pasado de gestionar un solo complejo invernal en Nuevo México, a tener una cartera de una docena de centros, la mayoría en Estados Unidos, pero también en Chile, donde está creando el mayor dominio esquiable del hemisferio sur.
De prosperar la demanda de este hombre, muchas estaciones de esquí que pensaban poder estar a salvo de reclamaciones similares, deberán plantearse si colocar una barra de seguridad con el consiguiente incremento de costes que esto puede significar.
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El telesilla Peak 2 de Willamette Pass no tiene ningún tipo de seguridad anticaidas