La vida es un continuo sorteo. Superar los 80 años no requiere solamente de buenos hábitos alimenticios, sino de que la suerte sonría y no se acabe con una lesión de cadera inesperada o una de esas tantas enfermedades todavía sin remedio como un alzheimer, un parkinson o un cancer. Gianni Salvoldi es un italiano que a sus 92 años puede decir que es uno de esos que ha sorteado muy bien todo eso.
Y es que este profesor de esquí italiano, sigue dando clases cada día en invierno en la pequeña estación de Montepora, al norte del país y no muy lejos de la ciudad de Bérgamo. Al menos en Europa, no se conoce que haya alguien guiando a debutantes a esa edad tan avanzada, así que hace el 6 de diciembre de 2023 le hicieron un pequeño homenaje.
En Milán, en la sede de la Región de Lombardía, el presidente del Consejo Regional, Federico Romani, le entregó una medalla de bronce y un certificado donde se dice que Gianni Salvoldi lleva la friolera de 50 años dando clases de esquí. Al acto también asistieron la subsecretaria de la Región de Lombardía, Lara Magoni, las hijas de Salvoldi, Mery y Debora, y la presidenta de la escuela de instructores de esquí de Lombardía y alcaldesa de Foppolo, Gloria Carletti. Lo que da una imagen de hasta que punto este hombre es venerado.
Varios medios locales se hicieron eco de este acto y se hizo un rápido repaso a la vida de Gianni Salvoldi. Después de haber trabajado como agricultor, carpintero, carpintero y químico, en 1967 Salvoldi comenzó sus estudios para ser profesor de esquí. En 1971 consigue el título de instructor tras aprobar los exámenes en la Marmolada mientras hacía el servicio militar. Y así comenzó su andadura en la escuela italiana de esquí del Monte Pora, donde aún imparte clases. Desde su jubilación a tiempo completo, aunque durante muchos años combinaba sus lecciones con el trabajo en la fábrica. Y en verano enseñaba tenis en una academia.
En declaraciones recogidas por Il Giorno de Lombardia, Salvoldi explica que
«Mi pasión por el esquí nació en las praderas de Premolo, cuando yo era un niño. En aquella época se utilizaban esquís de madera, elaborados a partir de algún árbol del bosque, atados a los zapatos con alambre. Se subía a pie y luego se bajaba porque no existían los remontes ni los telesillas.
Eran años en los que nevaba mucho. No había muchas distracciones y bajar con el trineo o sobre tablas de madera era toda nuestra diversión.
Hacía mucho frío, íbamos en pantalones cortos. Éramos pobres, pero nos divertimos mucho en esa nieve."
En cuanto al secreto de su estado físico, Salvoldi asegura que en verano, cuando tiene tiempo sale a pasear por la montaña y que hace deporte al aire libre todo el año. En cuanto a la salud, asegura que solo se ha podido cuidar ya de adulto, porque antes se pasaba mucho hambre y se comía lo que se podía:
"Como un poco de todo, me regalo un huevo todos los días, pensando en cuando no nos lo podíamos permitir. Como mucha fruta, y eso también es algo que sólo he podido comer de adulto. En tiempos de guerra no había fruta y cuando podíamos robábamos algunas manzanas y cerezas de los árboles.
En la cena tomo una copa de vino, me gusta. Es sobre todo una manera de estar juntos, de sentirse bien con amigos y seres queridos."
Video de Gianni Salvoldi esquiando el año pasado
Hace quince años, en 2009, durante un día de trabajo en las pistas, sin caerse, tuvo una luxación de cadera. Diez años antes le habían operado y en el hospital los médicos le sugirieron que dejara de esquiar. Pero se puso una venda y comenzó de nuevo. Sin embargo, esquiar con esa venda abdominal le provoca a Gianni Salvoldi problemas intestinales. Se somete a unos controles y resulta que tiene cáncer de colon, que se detecta a tiempo y se cura,
«Probablemente si no hubiera insistido en seguir esquiando no estaría hoy aquí. Se puede decir que fue el esquí lo que me salvó"
Otra de las cosas que hace es no tomar riesgos en pista. Si la nieve es primaveral y blanda, o si ha nevado recientemente sigue dando clases de esquí hasta siete u ocho horas diarias. Sin embargo, con la nieve artificial dice que intent esquiar muy poco. "Es tan duro como el asfalto, si te caes te lastimarás, prefiero no arriesgarme"
Los médicos no obstante le han recomendado que se baje de los esquís y cuelgue las botas, pero él no tiene intención alguna de hacerlo: "Mientras mi cuerpo aguante, seguiré adelante".
Y a tenor por el video del acto de homenaje que le hicieron hace un año, el hombre goza de una salud de hierro y tiene toda la pinta de que va a enseñar a muchos alumnos más.
Homenaje a Giann Salvodi en Milán hace un año