Apenas un par de personas han logrado bajarse el Everest esquiando. Uno de ellos fue el japonés Yuichiro Miura, que haciendo honor a su apellido, le puso 'bemoles' al asunto un 22 de Mayo de 1970, y se lanzó en lo que a todas luces parecía un plan descabellado.
Miura, con un casco de piloto de combate, gafas protectoras y los labios untados con una película de protección solar para esquiar a alta velocidad a bajísimas temperaturas, descendió a tanta velocidad, que necesitó un paracaídas que con buen acierto se había echado a la espalda. El japonés contó más tarde que pensó que su muerte era casi una certeza. Un momento, un suspiro, y se impulsó por la empinada pendiente de 45 grados. Partiendo desde la cota 7.900 m., descendió durante 2.400 metros en 2 minutos y 20 segundos. En una entrevista en el Smithsonian, el alpinista y esquiador nipón contó que
“Cuando planeé esquiar en el Everest lo primero que me pregunté fue ‘¿Cómo puedo regresar con vida?’ Toda la preparación y el entrenamiento se basaron en esta pregunta. Pero cuanto más me preparaba, más sabía que la posibilidad de supervivencia era muy escasa. Nadie en el mundo había hecho esto antes, así que me dije a mí mismo que debía enfrentarme a la muerte”.
Para hacernos una idea de la dificultad de tamaña empresa, hubo que esperar nada menos que 30 años para que alguien emulara la gesta de Miura. El 7 de octubre del año 2000 el esloveno Davo Karnicar no solo completó la hazaña con éxito, sino que además hizo una bajada completa, convirtiéndose en el primer hombre en hacer un descenso integral con esquís del Everest. Con "un pie en Nepal y el otro en Tíbet" tardó 4 horas y media en completar.
Tres años más tarde fue el turno del ruso Vitaly Lazo quién quiso redoblar la apuesta. Si Davo Karnicar subió la hazaña haciendo un descenso integral, ahora él buscó hacerlo subiendo sin oxígeno suplementario, algo que ya había intentado sin éxito un año antes el polaco Andrzej Bargiel.
El pasado 31 de mayo del 2023 Vitaly Lazo se convirtió en la primera persona que logra descender desde el techo del mundo sin ayuda de oxígeno suplementario. El ruso se calzó los esquís en los 8.845 metros de altura para bajar hasta el campamento 2 en la cota 6.750. Y de ahí fue directo al hospital para tratarse de un edema cerebral. Por fortuna pudo contarlo y todavía hoy rememora tremenda hazaña.
A lo largo de estos años otros han ido intentando sin éxito hacerse un descenso integral del Everest con esquís como fue el caso de Andrzej Bergiel en 2022 o el del italiano Hans Kammerlander en 1996. Pero muy pocos son los que lo han logrado.
Hace unas semanas lo volvía a intentar el esquiador Jim Morrisson. Lideraba un grupo esponsorizado por The North Face y National Geographic y a quién algunos medios especializados habían apodado como la "expedición multimillonaria". Este era su segundo intento después de que el año pasado se les negara el visado de entrada a Nepal a dos miembros del equipo: al documentalista ganador del Oscar Jimmy Chin y al Jefe de expedición Conrad Anker El resto siguieron camino, pero luego tampoco les dieron permiso para subir, teniendo que dar la vuelta.
Pero este segundo intento tampoco ha podido ser. Curiosamente a Conrad Anker tampoco le dejaron entrar en Nepal. Y después fue la meteorología de nuevo la que les obligó a abortar la misión.
El equipo ya había superado el Campamento 3 (7.200 metros) tras haber ascendido por la ruta Hornbein Couloir en el Tíbet, se encontraron con malas condiciones meteorológicas y falta de tiempo para esperar a que 'escampara la tormenta'.
Se trata de un proyecto diseñado por Jim Morrison en memoria de su compañera Hilaree Nelson. La esquiadora de montaña estadounidense extrema falleció tras intentar esquiar desde la cima del monte Manaslu (8.163 metros - Nepal) en 2022. Ella y su compañero Jim habían realizado el primer descenso en esquís del Lhotse, la cuarta montaña más alta del mundo, en 2021.