La Federación Internacional de Esquí y Snowboard (FIS) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) han anunciado una nueva asociación para concienciar sobre el futuro sombrío al que se enfrentan los deportes y el turismo de invierno a causa del cambio climático.
Mensajes clave
La Organización y los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales aportarán datos y conocimientos especializados en el marco de iniciativas conjuntas de sensibilización y promoción de cambios concretos.
En virtud de un nuevo memorando de entendimiento, ambas organizaciones se comprometen a colaborar para poner de relieve los amplios efectos del aumento de las temperaturas mundiales en la cobertura de nieve y hielo, así como para establecer iniciativas prácticas encaminadas a reforzar el diálogo científico y deportivo.
Es la primera vez que la OMM, un organismo especializado de las Naciones Unidas, se asocia con una federación deportiva internacional. La Secretaria General de la OMM, Celeste Saulo ha afirmado que
"Las vacaciones de invierno arruinadas y los eventos deportivos cancelados no son más que la punta del iceberg del cambio climático. El retroceso de los glaciares, la reducción de la cubierta de nieve y hielo y la fusión del permafrost conllevan repercusiones de gran envergadura para los ecosistemas, las comunidades y las economías de montaña, repercusiones que serán cada vez más graves a escala local, nacional y mundial durante los próximos siglos".
Por su parte, el presidente de la FIS, Johan Eliasch se ha sumado añadiendo que
"No hay duda de que la dimensión de la crisis climática sobrepasa de lejos el ámbito de acción de la FIS o la esfera del deporte: es una auténtica encrucijada para la humanidad. Con todo, es evidente que el cambio climático constituye, fundamentalmente, una amenaza existencial para el esquí y el snowboard. Seríamos negligentes si no hiciéramos todo lo posible para encarar este reto basándonos en la ciencia y el análisis objetivo. Esta es la estrategia que tratamos de aplicar y que conforma la esencia de esta prometedora asociación con la OMM".
En la temporada 2023/2024, la FIS organizó en 166 sedes distintas 616 pruebas de la Copa del Mundo tomando en consideración todas las disciplinas de esquí como snowboard. Un total de 26 carreras, un 5% aproximadamente, fueron canceladas por razones meteorológicas.
El acuerdo
El memorando de entendimiento entra en vigor antes del inicio de la temporada de invierno 2024/2025 y se establece por un período inicial de cinco años que podrá renovarse automáticamente.
El acuerdo sienta las bases para un amplio abanico de actividades e iniciativas conjuntas que situarán los datos y conocimientos científicos de la OMM y los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) en el centro mismo de los deportes de nieve y el turismo de montaña, un ámbito en el que los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes.
Cada año, las dos partes definirán el programa de iniciativas que se pondrán en marcha. Las primeras ya se han previsto para las próximas semanas: el 7 de noviembre se organizará un seminario web dirigido a las 137 federaciones nacionales de esquí, así como a los gestores de instalaciones y los organizadores de eventos. Esta actividad se centrará en el cambio climático y sus posibles consecuencias para la nieve, el hielo y los deportes blancos, y en ella se sintetizará la evolución de las herramientas de pronóstico que contribuyen a optimizar la gestión de la nieve en torno a las estaciones de esquí.
Cambios en la cobertura de nieve
Varios estudios han analizado los efectos del cambio climático en los deportes y el turismo de invierno, puesto que son componentes fundamentales de la economía de las regiones montañosas y nórdicas:
En un estudio a cargo de científicos franceses y austriacos publicado en 2023 en Nature Climate Change se analizó la situación de 2.234 estaciones de esquí de 28 países europeos y se llegó a la conclusión de que
"sin innivación artificial, el 53 % y el 98 % de esas estaciones correrá un riesgo muy elevado de sufrir carestía de nieve en un contexto de calentamiento global de 2 °C y 4 °C, respectivamente".
En el estudio se pusieron de relieve los retos medioambientales y climáticos más generales, incluida la necesidad de limitar el calentamiento global mediante la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Suiza, país donde se encuentran las sedes de la FIS y de la OMM, ha elaborado escenarios detallados del cambio climático y ha determinado que, desde 1850 los glaciares alpinos han perdido cerca del 60 % de su volumen. Además, en altitudes inferiores a 800 metros, el número de días con nevadas se ha reducido a la mitad desde 1970, y las precipitaciones caen en forma de lluvia y no de nieve, según explica la Oficina Federal de Meteorología y Climatología de Suiza (MeteoSwiss).
Hace 50 años, la isoterma de 0 °C se situaba en torno a los 600 metros sobre el nivel del mar. En la actualidad, en un contexto de inviernos cada vez más cálidos, esta se encuentra en torno a los 850 metros. Según los escenarios de cambio climático para Suiza (CH2018), la isoterma de 0 °C subirá entre 400 y 650 metros más de aquí a 2060 si no se mitiga el cambio climático, y quedará a una altitud de entre 1 300 y 1 500 metros aproximadamente.
Notas a los editores
A principios de este año, la Federación Internacional de esquí y Snowboard expuso sus opiniones y planes respecto a la acción climática en el Programa de Impacto de la FIS.
El Consejo Ejecutivo de la OMM acordó a principios de este año considerar la criosfera una de sus principales prioridades, una prueba de la creciente preocupación que suscita en todo el mundo el derretimiento del hielo, la nieve y el permafrost. Alrededor del 70 % del agua dulce de la Tierra adopta la forma de nieve o hielo y cerca del 10 % de la superficie terrestre está cubierta por glaciares o mantos de hielo. Por tanto, los cambios en la criosfera (esto es, las partes heladas del sistema Tierra) afectan a todo el planeta.
Los informes anuales de la OMM sobre el estado del clima proporcionan información actualizada periódicamente sobre la criosfera, incluido el retroceso de los glaciares, el hielo marino y la cubierta de nieve.
En los últimos decenios, el calentamiento global ha provocado una disminución generalizada de la criosfera. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), estamos asistiendo a la fusión de los mantos de hielo y los glaciares de Groenlandia y la Antártida, la reducción de la cubierta de nieve, la disminución de la extensión y el espesor del hielo marino del Ártico y alrededor de la Antártida, y la fusión del permafrost en el Ártico y las regiones montañosas.
El deshielo del suelo congelado en las regiones montañosas, árticas y subárticas incide directamente en la estabilidad de las infraestructuras construidas sobre él, además de contribuir al aumento de la cantidad de carbono presente en la atmósfera. Los cambios en las nevadas y la cubierta de nieve no solo afectan al turismo de invierno, sino también a la generación de energía hidroeléctrica y al transporte.