"Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar". Observar cómo les va a las ciudades y poblaciones que lo están apostando todo al turismo, resulta un gran ejercicio para imaginar lo que te viene encima si también estas en una de estas zonas cada vez más enfocada al turista. En el ojo del huracán básicamente la queja es la misma en todos lados: la falta de vivienda para los trabajadores y familias.
Y es que cada vez más se expulsa a familias y residentes de sus viviendas para meter turistas. Y es que estos últimos pagan cuatro veces más por un alquiler, lo hacen por adelantado, y al cabo de una semana como mucho se vuelven a su país. Ante unas condiciones así el alquiler tradicional de larga estancia no puede competir.
Estamos viendo chabolismo en Ibiza o en las bases de algunas estaciones de esquí, donde el aparcamiento se tiene que compartir con viviendas sobre ruedas de unos 15 m2 rodeadas de ropa tendida, mesas y sillas. Algo que debería ruborizar a los propios complejos invernales, aunque algunos empiezan a tomar cartas en el asunto.
Si en Europa el auge del turismo es consecuencia de la bajada de precio los billetes de avión, de la liberación de peajes en las autopistas y la libertad para hacer más escapadas en cualquier momento por los cada vez menos núcleos familiares con menores por la reducción de la natalidad, en Estados Unidos el problema es más por los nómadas digitales con sueldos de grandes ciudades que se establecen en poblaciones rurales o a pie de pista de esquí.
Empleados que solo necesitan una buena conexión a Internet y un aeropuerto cercano con conexiones diarias a la ciudad de su empresa para poder ir de vez en cuando. Y este es el caso de Stamboat Ski Resort.
A finales de la pasara temporada de esquí, NBC News informaba de la imposibilidad que tiene el Ayuntamiento de esta población de Colorado para encontrar un Jefe de Recursos Humanos pese a que se ofrece un sueldo de... 167.000 dólares! Algún candidato que se ha atrevido a optar al puesto, ha tenido que rechazarlo después de ver que le era imposible encontrar una vivienda en los alrededores donde el mínimo está en 2 millones de dólares.
El Ayuntamiento recomienda alojarse en lo que denomina Zona 1, porque en cuando empieza la temporada de esquí el tráfico aumenta muchísimo desde primera hora de la mañana, lo que provoca retenciones y complicaciones para llegar al puesto de trabajo a los que estén al otro lado de esa parte de la ciudad.
Muchas empresas, tanto las relacionadas con la estación de esquí de Steamboat Ski Resort como otras que dan servicios públicos como puede ser el hospital, ofrecen alojamiento a sus trabajadores. Pero los propietarios de las viviendas ya no quieren alquileres de larga estancia. En su lugar han ido cancelando los contratos a las familias para meter turistas que dan mucho más beneficio y menos problemas.
En consecuencia, muchos hoteles han visto como se reducía notablemente los clientes, por lo que están empezando a alojar a los empleados de muchos comercios, empresas y servicios públicos que aumentan plantilla en invierno para la temporada de esquí. Loryn Duke, directora de comunicaciones de la estación de esquí de Steamboat aseguraba a NBC que
"Antes las casas eran para los empleados y los hoteles para los huéspedes. Ahora las casas son para los huéspedes y los hoteles para los empleados"
La pandemia del COVID-19 presionó sobre los ya elevados precios de la vivienda en ciudades de esquí como Vail, Aspen y Steamboat Springs. A medida que se generalizaba el trabajo a distancia, los habitantes de zonas urbanas más caras se trasladaban a estas ciudades pintorescas, lo que inflaba aún más el valor de la propiedad. Esta tendencia ha expulsado a los residentes de toda la vida y a los trabajadores locales, provocando lo que Cindy Riegel, Presidenta de la Junta de Comisionados del Condado de Teton, describe a NBC como un cambio de "vivir cómodamente a hacerlo en modo de supervivencia".
Esta situación no ocurre solo en Steamboat. En otras estaciones de esquí como Jackson Hole, Vail Mountain o ciudades como Park City, están sufriendo también este cambio en su demografía. Poblaciones donde cada vez hay menos vida fuera de la temporada de invierno, cuando los turistas se van, y solo quedan los 'nomadas digitales'.
Y lo mismo que pasa a ese lado del charco, lo vemos cada vez más a este lado del 'charco'. El turismo ya se ha expandido por toda la costa de nuestro mediterraneo, y empìeza a hacer mella ahora en el cantábrico, e incluso en zonas de interior con zonas para el baño, donde la masificación provoca problemas incluso en plena naturaleza.