Las Wild Card o Tarjetas de Invitación son muy habituales en los Juegos Olímpicos, donde a algunos deportistas se les permite participar aunque no reúnan los puntos o la clasificación necesaria para participar. Pero también es muy habitual en el tenis, tanto en torneos pequeños como grandes.
Las Wild Cards a nivel deportivo aparecieron en Estados Unidos en los '60 y se orientaban a equipos de las Grandes Ligas de Beisbol, Basket, Hockey y Futbol Americano. Se les otorgaba a equipos que habían quedado en segundo a cuarto lugar y no podían acceder a las Finales. Con el tiempo se extendieron a otros países y deportes.
El COI las utiliza para que países que no pueden aportar muchos deportistas por puntos, al menos puedan llevar a alguien a unos Juegos Olímpicos. Es muy raro que un Wild Card logre nada relevante, aunque en más de una ocasión se han llevado el protagonismo por su deficiente actuación, como fue el caso del célebre nadador de Guinea Ecuatorial Éric Moussambani en Sidney 2000, donde casi se ahoga aunque logró acabar su carrera como pudo y agotado.
El Moussambani del esquí fue el venezolano Adrián Solano, quién en los Mundiales de Lahti 2017 resbalaba y caía constantemente en el recorrido de nórdico. Aunque también logró acabar.
Fuera de los Mundiales, en competiciones de esquí hasta ahora solo se daban Wild Cards en el Freeride World Tour. Eso si, con muchísimo mejor rendimiento. Así lograron participar en más de una ocasión los araneses Abel Moga y Aymar Navarro, dejando un buen sabor de boca a todos.
Ahora es la FIS quién en la actualización de su reglamento para esta próxima temporada de esquí publicado el pasado 9 de julio, ha introducido las Wild Card. No dijeron nada, pero unos periodistas austriacos se dieron cuenta esta semana al repasar las novedades para este invierno.
¿Y que dice el artículo 3.2.1? Pues que se puede dar una Wild Card a aquellos esquiadores/as y snowboarders que lo soliciten, siempre y cuando hayan ganado en alguna ocasión la clasificación General de la Copa del Mundo, un Globo de alguna disciplina, una medalla de oro en un Mundial o Juegos Olímpicos.
Además, esta solicitud se puede hacer siempre y cuando hayan pasado dos años desde la retirada y debe pedirse antes del mes de septiembre de cada año. Si se le concede, podrá salir justo después del Top-30, es decir, que se le dará el dorsal 31 (o justo después de algunos atletas que se benefician de 500 puntos de la Copa del Mundo).
En definitiva, parece una normativa hecha a medida de Marcel Hirscher, lo que demostraría el interés de la FIS por su 'vuelta al ruedo'.
De todas maneras, el austriaco, ahora corredor de bandera neerlandesa, asegura que mantiene su compromiso con Nueva Zelanda. Allí del 15 al 19 de agosto próximos se disputan dos Slaloms y otros dos Gigantes. Precisamente las disciplinas con las que logró todas sus victorias (menos una).