Ecologistas en Acción ha denunciado este lunes la licitación de unas obras de almacenaje de nieve por parte de la empresa pública Cetursa "sin haber obtenido las autorizaciones reglamentarias", ni haber informado al Consejo de Participación del Espacio Natural de Sierra Nevada.
Esta reacción se produce después de que Cetursa, que gestiona la estación granadina de esquí, haya sacado a licitación un contrato para la implantación de un sistema que le permita almacenar nieve de una temporada de invierno a otra y así poder utilizarla al principio de la temporada siguiente.
Es un sistema ancestral que se usaba siglos atrás para almacenar nieve en la montaña que en verano se bajaba a las ciudades para diferentes usos como la conservación de alimentos, protección de material de uso sanitario e incluso la elaboración de helados. Hace unos años en Finlandia comenzó a usarse para guardar nieve en las estaciones de esquí. Desde entonces esta técnica bautizada como 'snowfarming' se ha ido extendiendo a otros países como Noruega, Italia o Francia. También se usa para garantizar las condiciones en eventos deportivos como los Juegos Olímpicos de Invierno o la Copa del Mundo de esquí alpino o nórdico.
La nieve queda almacenada durante meses resguardada tan solo por una lona térmica con un tejido de alta tecnología que permite mantener la nieve a menos temperatura que en el exterior. No se usa electricidad ni se extrae agua de ningún lado. Simplemente se coge, en el caso de Sierra Nevada, unos 15.000 m3 de nieve de las toneladas que caen cada año en esas montañas.
Había que tener mucha imaginación para buscar un pero una técnica ancestral que ahora se usa en países tan ejemplarizantes a nivel ambiental como los escandinavos, pero la organización ecologista ha denunciado que se trataría de una nueva captura de agua para el "beneficio particular", dañando al medio ambiente y a la economía de los agricultores que dependen de las aguas del río Monachil para sus cultivos.
"Sería una nueva modificación de características de la concesión que ahora tienen y que debería ser aprobada por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir"
Según los ecologistas, el lugar donde se decida colocar este depósito artificial ocuparía más de mil metros cuadrados de suelo, que, de acuerdo a la idea de proyecto, tendría que situarse en una zona protegida del sol y los vientos, en lugares de mayor biodiversidad del Espacio Natural, lo que afectaría a especies protegidas o endémicas que desaparecerían para siempre.
Respecto al proyecto, la organización lamenta que no se mencione que, para acumular la nieve y luego repartir la que quede, se necesita maquinaria circulando, a pesar de que Cetursa "no para de vender" su apuesta por la reducción de emisiones de carbono y la sostenibilidad.
"Es tal la desesperación de los responsables de Cetursa que, en los plazos de ejecución que aparecen en la licitación, contemplan que se trabaje desde abril -o sea desde ya- hasta diciembre de 2023 y que, si al principio de la temporada 2023/24 la pérdida de nieve por fusión u otros factores superase el 30 % del volumen inicial, la empresa adjudicataria reintegrará el coste total del contrato"
Los ecologistas sostienen que Cetursa debería centrarse en cómo adaptarse al cambio climático y las condiciones cada vez más desfavorables para la práctica del esquí, de manera que se puedan salvaguardar los máximos puestos de trabajo posibles y se dejen de invenciones difíciles de asumir por la ciudadanía.
Esto es lo que ocupó el almacén de nieve de 12.000 m3 que creó Candanchú en 2015.