El tercer lunes de cada mes de febrero se celebra en Estados Unidos el President's Day. Se crea de esta manera un largo fin de semana de tres días, que tradicionalmente los esquiadores aprovechan para asaltar literalmente las estaciones de esquí del país. Las mayores colas que puedas ver en las redes sociales, son grabadas generalmente a lo largo de esas jornadas.
Aún así, las colas en los remontes han sido tradicionalmente un problema general, especialmente en los últimos años en que con la llegada de los Forfaits de Temporada multiestaciones, los americanos se han lanzado a la aventura de descubrir nuevas estaciones de esquí. Primero fue el Epic Pass de Vail Resorts, que actualmente da acceso a medio centenar de complejos invernales, y poco después se apuntaron los de Alterra Mountain Co con su Ikon Pass y sus cerca de 20 destinos incluidos.
Además de estos existen el Indy Pass, el Powder Pass, el Mountain Collective y unas cuantas propuestas más que dan acceso a varias estaciones de esquí. En un país con una gran tradición a coger un vuelo y con billetes de avión domésticos relativamente baratos, es fácil ir a por aquella montaña donde hay buenas condiciones.
El año pasado Vail Resorts rebajó su Epic Pass un 20% para compensar el cierre apresurado del 2020, cuando el COVID obligó a pararlo todo a mediados del mes de mazo. Pasada la pandemia, la gente se lanzó a por las actividades al aire libre, entre ellas el esquí. A la mucha afluencia y la bajada de precios, se unió la falta de personal. Esto provocó la tormenta perfecta para aquellas hileras históricas en los remontes.

Pero esto año parece que la situación ha cambiado por completo. Así lo explica Blomberg.com en un artículo de esta semana, en el que asegura que en estaciones de esquí como Jackson Hole, no se han visto colas en todo el invierno pese a que está siendo una de las teporadas con más visitas de los últimos años.
¿El secreto? Subida de precios y reservas. Aunque esta estación de Wyomming está en el programa Ikon Pass de Alterra, obliga a los poseedores de su forfait a reservar el día que quieran ir a esquiar. Se acabó el presentarse de repente en el remonte "sin avisar". Esto permite a los de Jackson Hole planificar el día dependiendo de la gente que va a acudir a sus montañas. Y además limitar la llegada de clientes cuando ven que ya son demasiados.
Esto es aplicable a los no clientes habituales de la estación. Aquellos que tienen el forfait de temporada de Jackson Hole no necesitan más que ir con su pase el día que quieran. Sin avisar.
Podría parecer que limitar el número de esquiadores diarios podría reducir su número, pero al parecer ha sido todo lo contrario. Cuando alguien de Ikon Pass entra a hacer su reserva, si para ese día no hay sitio, se le ofrece otro entre semana, o un pase de tarde. Lo mismo para los que quieren comprar un forfait, una opción que cada vez se reduce más. La venta de pases de una sola jornada se deja para jornadas muy concretas.
La implantación de reservas es algo que está presente en muchas de las grandes estaciones de esquí de Norteamérica desde la pandemia. Si bien Vail Resorts lo dejó de hacer, siete complejos invernales incluidos en el Ikon Pass como la propia Jackson Hole, además de Aspen Snowmass en Colorado y Taos en Nuevo México, todavía los piden para ayudar a controlar las multitudes.
Gracias a esto se ha podido planificar la contratación de trabajadores extras en los días de máxima afluencia, la ampliación de zonas de estacionamiento y contratación de buses lanzadera, o más personal en los restaurantes.

Incremento de precios
Al mismo tiempo se han subido los precios. Vail Resorts aumentó un 7% su Epic Pass (939 dólares), mientras que Alterra ha dejado este invierno su Ikon Pass a 1.079 dólares. A esto se le ha de añadir los precios dinámicos, algo también bastante generalizado que ha llevado ver precios astronómicos por el forfait de 1 solo día.
Si hasta la pandemia era Vail y Aspen quienes tradicionalmente competían por ver quién vendía el forfait más caro, y éste se vendía en la semana de Navidad a más de 200 dólares, este año el precio máximo ha sido fuera de estas fechas señaladas. Y es que ya no se mira el momento, sino afluencia.
La estación de esquí de Arizona Snowbowl cobró 309 dólares por 1 día de esquí el 21 de enero. Acababa de caer una gran nevadas, y los 'cazadores de powder' estaban acudiendo en masa. Así que el sistema de precios dinámicos marcó un precio 'disuasorio'. Un par de semanas después volvió a repetirse la situación y nuevamente hubo quién los pagó por darse el placer de pegarse el 'polvazo' de la temporada.
Nuevos remontes
Finalmente, otra de las cosas que se han visto esta temporada, es la instalación de nuevos remontes. Este verano se ha visto un récord de montaje de estos aparatos en las estaciones de esquí de los Estados Unidos.
Tanto es así, que muchos se han tenido que ir acabando ya con la temporada en marcha, y se han acabado inaugurando ya en Navidades o incluso mucho más tarde, como es el caso de Deer Valley, donde a principios de febrero pudieron poner en marcha su Burns Express, el primero de su tipo con barra de seguridad automática.
El objetivo princpial ha sido reducir la congestión de los remontes, y ayudar a que los esquiadores se muevan más entre sectores sin tener que bajar a tomar los mismos telesillas. Los nuevos además son ya en general de seis plazas e incluso de ocho, abandonando los tradicionales 'quads' (4 asientos) que se seguían comprando masivamente hasta la pandemia.
Las estaciones esperan no tener que ver más, imágenes como esta en Vail