En una época en que podemos conectarnos a prácticamente todo lo que tenemos alrededor, desde una nevera, un televisor, nuestro coche y hasta unas zapatillas de running o incluso una camiseta de fútbol, era cuestión de tiempo que las marcas de esquí buscaran lo mismo para nuestras tablas.
El proyecto "Smart Ski Experience" es, quizás el primero de ellos. Está compuesto por un grupo de empresas liderado por Rossignol junto a Lumiplan (especializada en información dinámica/en tiempo real para el transporte, ciudades y actividades de montaña) y el CEA de Investigación y Desarrollo de Grenoble. Juntos están tratando de ofrecer una nueva experiencia conectada a los aficionados al esquí.
“Mejorar tu técnica de esquí, registrar el tiempo de práctica, elegir el par de esquís ideal, hacer que la actividad deportiva sea divertida”: estas son algunas de las promesas del proyecto “Smart ski experience”.
La innovación se basa en un sensor independiente de energía colocado en el esquí que se comunica por Bluetooth con tu teléfono móvil de manera que te pueda ir indicando y corrigiendo si es necesario, tú técnica esquiando. Es como tener a Carolo a tus pies.
La fusión de los datos procedentes directamente del esquí con los procedentes del teléfono (acelerómetro, girómetro, GPS, etc.); enriquecida por una IA, permite obtener tres valores precisos para el usuario combinando parámetros clave como la potencia de apoyo sobre los esquís, la frecuencia de los giros y la velocidad. Simplemente integra una función "Smart Ski Experience" en su aplicación patentada "Mountain Live" ( Android e Iphone).
Xavier Roussin-Bouchard, Director de Innovación de Rossignol está al cargo de este proyecto, cuya inversión inicial es de un millón de euros, el 50% de ellos subvencionados por la Región de Auvergne-Rhône-Alpes a lo largo de 36 meses,
"Se está llevando a cabo en dos fases de 18 meses. La primera fase de experimentación ha permitido desarrollar el sensor autónomo en modo Bluetooth. La segunda fase servirá para eliminar los obstáculos técnicos con vistas a la fabricación e implementación en 2025, y para definir la estrategia en términos de productos y servicios asociados".
Dos dispositivos piezoeléctricos transforman en energía eléctrica la tensión ejercida sobre el esquí durante el giro que alimenta la electrónica de consumo ultrabajo y calcula la fuerza ejercida por el esquiador sobre sus esquís. Por tanto, al no tener batería o pilas, y con un mínimo de componentes electrónicos, esta nueva tecnología tiene un impacto medioambiental muy bajo.
Otra de las ventajas, además de corregir tu técnica, es que permite al usuario alargar la vida de su equipo controlando su estado de desgaste gracias al sensor que registra el tiempo que pasa esquiando. Son datos que también son útiles a la hora de reciclar los esquís, que permitirá saber qué elementos son más aprovechables dependiendo del uso que se le haya dado.
El sistema recupera microwatios durante toda la consulta. Optimiza el uso de esta energía muy baja para realizar cálculos y almacena la información antes de enviarla por Bluetooth al teléfono.
Las primeras pruebas públicas tendrán lugar hasta el 19 de febrero, aprovechando los Mundiales de Esquí Alpino Courchevel Méribel 2023. Se están prestando a los esquiadores y profesionales algunos prototipos, y con sus comentarios se mejorará el producto con vistas a su
Rossignol hace años que lleva investigando en este sector. En 2017 lanzó un primer prototipo de esquís con leds en la parte superior de las tablas. Aquella primera experiencia ha servido ahora como base para seguir mejorando, en este caso aplicando sistemas de Inteligencia Artificial.
Al mismo tiempo, Rossignol sigue investigando en la captura de datos para otras disciplinas deportivas a las que se dirige (trail, ciclismo, etc.).