El telecabina permite que más personas con sus diferentes necesidades físicas puedan acceder a cotas más altas de las montañas. Desde personas mayores con movilidad más reducida, a familias con cochecitos de bebés o incluso a practicantes de otros deportes como moutain bike. Especialmente agradecidos son aquellos usuarios en silla de ruedas, que gracias al sistema desembragable pueden entrar fácilmente en la cabina.
Pero hay un tipo de usuario del que curiosamente nadie ha pensado: el esquiador en silla. Y es que hay que recordar que para entrar en las cabinas hay que hacerlo sin esquís puestos. Y es algo que los usuarios discapacitados no pueden hacer, puesto que eso requeriría salirse totalmente de la silla y montarse en una de ruedas.
Cuando se montó el telecabina de Valgrande-Pajares ya se pensó en el acceso universal para todo tipo de usuarios, entre ellos los que sufre algún tipo de discapacidad. Pero al parecer no existe ningún sistema para que puedan entrar esquiadores en silla. En el diario elcomercio.es explicaban esta semana el caso de José Fernández Vázquez. Tiene 58 años y esquía pese a que una caída en caballo le dejó sin movilidad en las piernas.
Junto a Pablo del Corro y David Vázquez han formado un pequeño grupo al que han bautizado como "Eskapa" cuyo objetivo es que se visualice el esquí adaptado. Hasta ahora no tenían ningún problema en hacerlo en Valgrande-Pajares. Simplemente se subían al telesilla, y listos. Pero ahora el telecabina es el único remonte que te deja en la cota alta. Y aunque sí está preparado para entrar con silla de ruedas, no lo está para hacerlo con silla de esquí adaptado.
La entrada previa a la cabina es una superficie de goma libre de nieve, por lo que este tipo de sillas no pueden deslizarse. Así que desde Valgrande-Pajares se pusieron manos a la obra para inventar algún sistema que les permitiese entrar.
Finalmente ha creado una especie de carro. La silla se monta encima, se puede rodar por la superficie de goma y entrar en la cabina. Eso si, ha de ser empujada por un par de personas u operarios del remonte. Fernández explica al elcomercio.es que
Con una telesilla tenemos autonomía total. Pero la cabina es muy cómoda y rápida, se esquía más y nos protege de las inclemencias meteorológicas. Con esta solución, estamos encantados. La parte negativa es que wn un remonte de este tipo no se va a tener nunca autonomía, vamos a necesitar de ayuda».
Un carro permite entrar en la cabina con silla de esquí